El avance estratégico de las relaciones entre Turquía e Irak
Turquía está impulsando su presencia en Oriente Medio y ha asignado a un mandatario especial del presidente Recep Tayyip Erdogan en Irak.
La elección de Veysel Eroglu es una herramienta de diplomacia estratégica de un premeditado plan, distanciado de presentarse bajo un foco militarizado y del empleo de enviados de las fuerzas militares. El objetivo de ello es desarrollar una influencia holística que pueda crear una relación armónica con Irak.
Precisamente, la figura de coordinador de alto nivel que ofrece Eroglu como comisario enviado es considerada como una decisión óptima, al estar especializado en la gestión de controversias con los kurdos, turcomanos, suníes y chiíes. De esta manera, es la persona que puede asegurar la conexión equilibrada con el Gobierno iraquí y que sabrá actuar ante la reactividad de Irán a estos cambios en las dinámicas regionales debido a que el nuevo modelo turco parte desde una visión de geopolítica, en la que el país euroasiático ansía crear una zona de seguridad en antítesis a la actuación de Irán, y si resulta victorioso su estatus se verá reforzado en toda el área geográfica y reducirá la autoridad iraní.
Las relaciones entre Turquía y Siria trabajadas desde hace más de una década simbolizan el movimiento proturco de la región y también la templanza y determinación de Turquía para conseguir sus objetivos y quitarle progresivamente control a Irán. La actuación turca en Siria integró asistencia militar, capacitación política, apoyo diplomático y la utilización de alianzas regionales como la de los países del Golfo e internacionales como la de Estados Unidos.
Para su plan en Irak, Ankara pretende dar respuesta a los problemas internos, como solventar la cuestión crucial de la gestión y tratamiento del agua que se acrecienta por las sequías o la situación económica para evitar una mayor degradación de la condición del país, deterioro que ha sido en gran medida acentuado por la conversión de Irak en un frente militar por parte de Irán.
La designación del representante se vincula con la primera visita al país transcontinental del primer ministro iraquí, Mohamed Shia Al-Sudani, a Turquía. Esto demuestra el apoyo mutuo al modelo, así como el interés en una relación duradera. Asimismo, Al-Sudani ha afirmado el rol de Turquía en la estabilidad regional y contra la influencia iraní, en particular en referencia a la que la nación de mayoria chií posee sobre Irak desde el año 2003 con la invasión estadounidense y el posterior incremento de la relevancia de las Fuerzas de Movilización Popular y de los partidos iraníes sobre el poder del Estado de Irak.
Se incluye en estas conversaciones el instituir una conexión duradera entre ambos países. Un aspecto clave es la colaboración de desarrollo, ofreciéndose establecer fábricas turcas en las ciudades industriales iraquíes. El valor de este sector se debe al creciente reconocimiento que está teniendo para Turquía Irak como proveedor energético y mercado para inversiones, sumado al interés de Erdogan en la reactivación del oleoducto iraquí-turco.
El Proyecto de la Ruta Plan de Desarrollo es un plan de infraestructura de gran escala que pretende unir a Turquía con el Golfo y actúa como otra esfera significante porque sería el acceso que rompería los lazos económicos que subyugan a Irak con Irán y que posibilitaría la entrada de Irak al sistema económico regional y facilitaría el desarrollo del país, además de que unificaría por carretera y ferrocarriles a Irak con Turquía creándose de esta manera un nexo directo. Este plan consolidaría los lazos de integración e intereses entre Irak y Turquía y con el resto de los países vecinos.
Erdogan también subrayó su interés de promover la cooperación en materia energética, de seguridad y economía. En seguridad cabe destacar que se reafirmó una actitud de concordancia respecto al tema del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), el grupo separatista turco que recientemente ha declarado su desarme y que ha militado de manera transfronteriza durante cuatro décadas, así como la lucha unitaria contra el terrorismo como problemática regional.
Las nuevas relaciones entre Turquía e Irak y sus gobernantes muestran un acercamiento estratégico y camino de coalición Europa- Asia. Sobre todo, simboliza una cooperación mejorada y centrada en el respeto de la soberanía nacional, tras años de tensiones pasadas ocasionadas por las incursiones militares turcas y actuaciones combativas del PKK desde territorio iraquí.