El Consejo Europeo fracasa en su plan de rearme mientras la división en la UE persiste
La reportera y periodista María Senovilla, colaboradora de Atalayar, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid las negociaciones para para la guerra de Ucrania.
Además, consideró la producción agrícola de Ucrania.
La reunión de ayer en Bruselas, Consejo Europeo, jefes de Estado y de Gobierno… El húngaro no engaña, mantiene su disidencia. ¿Qué impresión hay en Ucrania sobre esta Unión Europea?
No existen grandes esperanzas, pero la disidencia de Hungría no es el único escollo que hay que salvar, ya que hay que añadirle el hecho de que los demás países de la Unión Europea tampoco se ponen de acuerdo en cómo ayudar a Ucrania en un momento tan crítico como este. Ha quedado claro que hay dos bloques ahora mismo dentro de Europa: el de los países más cercanos a Rusia, que serían encabezados por Polonia y las repúblicas bálticas, que perciben a Putin como una amenaza real, física y directa; y el resto de los países, donde hemos visto que Francia confronta con Alemania sobre la mejor manera de plantar cara a la amenaza rusa. Pero esta división demuestra que la historia del siglo XX para estos países tan cercanos a Rusia y la percepción que tienen del vecino ruso como una amenaza directa, es muy real.
Los otros países, los que estamos más alejados de esa frontera con Rusia, tenemos otra percepción y otra manera de abordar las cosas. Emmanuel Macron sigue apostando por enviar tropas a suelo ucraniano, mientras que Alemania se desmarca de esa idea y propone ayudar con apoyo aéreo y marítimo. En lo único que coinciden es en continuar implementando sanciones a Rusia, que hasta la fecha no han resultado determinantes y que nada indica que lo vayan a hacer ahora.
Así que, esta reunión en Bruselas que ayer se percibía como esperanzadora, y donde además Zelensky acudía para explicar cómo había sido la última conversación telefónica con Donald Trump, concluyó finalmente sin grandes acuerdos, sin reflejar ese despertar de la Unión Europea que era lo que se esperaba, ahora que Trump cada vez se desentiende más de Europa.
Y con respecto al alto el fuego que mencionabas, un alto el fuego parcial que salía de una conversación, también telefónica entre Putin y Trump, Rusia se comprometía hace tres días a dejar de bombardear la infraestructura energética de Ucrania, y tras esa conversación, tras hacer ese anuncio, unos minutos después bombardeaban un hospital en Sumy. Desde ese momento los bombardeos no se han detenido.
El alto el fuego no se respeta.
El alto el fuego se supone que es contra infraestructura energética, pero si lo anuncias, lo primero que haces es bombardear un hospital, te imaginas que a la ciudadanía no le da tranquilidad, y se sienten inmersos en un alto el fuego que no les da respiro. Y aparte, entre esos bombardeos que no se han detenido estos tres días, aparte de Járkov y Odessa, Putin se está centrando mucho en el norte de Donetsk. Recordemos que quiere completar esa toma del Donbás antes de un alto el fuego total y definitivo, y entre esos bombardeos contra el norte de Donetsk, ahí sí tumbó la infraestructura eléctrica de Sloviansk, además de perpetrar el pasado jueves un ataque de doble toque en Kramatorsk, con drones Shahed.
Los lanzó contra un barrio residencial, en el que estuve viviendo en 2023, al lado de mi antigua casa, y cuando los servicios de emergencia acudieron a rescatar a las víctimas volvió a lanzar otra oleada de Shahed. Ese es el alto el fuego que tiene en su cabeza Rusia. En los últimos días los bombardeos se han incrementado después de ese anuncio de alto el fuego parcial, y aquí lo que se percibe en Ucrania es que, ese anuncio de alto el fuego parcial, responde al hecho de que, en las últimas semanas, los ataques ucranianos en suelo ruso con esos drones de largo alcance estaban resultando más efectivos.
Se había anunciado que habían alcanzado varias refinerías hace unos días, son también puntos de abastecimiento de esos aviones cazabombarderos con los que luego Rusia perpetra los ataques aéreos contra Ucrania, y se ve que al Kremlin sí le estaba haciendo un poquito de daño, no sé cuánto, pero sin duda esta propuesta de alto el fuego a la carta solamente para el sector energético responde tácticamente a los intereses rusos para intentar evitar que Ucrania deje de atacar en suelo ruso con esos drones de largo alcance infraestructuras, como por ejemplo, las refinerías o los lugares donde repostan sus aviones cazabombarderos.
Hay una nueva reunión prevista para hoy en Arabia Saudí entre Rusia y Estados Unidos, habrá otra reunión donde participarán Estados Unidos y Ucrania. ¿Qué expectativas? ¿Qué se pondrá encima de la mesa?
Lo que se pondrá en mesas separadas porque las delegaciones rusas y ucranianas no se mezclarán. Mantendrán encuentros separados con los negociadores estadounidenses y de momento lo que ha trascendido es que Ucrania va a presentar una lista de objetos de infraestructura crítica para que se respeten en ese alto el fuego, sin ninguna confianza de que luego Rusia lo vaya a cumplir, y ha trascendido que el líder de la delegación rusa es un exespía, un ex alto cargo del FSB, Serguéi Beseda, que fue uno de los planificadores de la invasión a gran escala de 2022. Esos son los interlocutores que envía Rusia a las negociaciones del acuerdo de paz.
Una curiosidad, además de las tierras raras que ansía Estados Unidos, el presidente Trump, ¿cómo se toma en Ucrania esa idea de Estados Unidos de hacerse cargo de las centrales nucleares ucranianas?
Zelensky ha contradicho a Trump y ha negado que se haya discutido en un plan en el que Estados Unidos se apodere de las centrales ucranianas como parte del acuerdo de paz, y ha insistido en que todas esas infraestructuras de energía pertenecen al pueblo de Ucrania.
La contrapropuesta que ha lanzado Zelensky a Trump es que, si están dispuestos a recuperar la central nuclear de Zaporiyia, que actualmente está ocupada por Rusia, para invertir allí, que Ucrania sí está dispuesta a discutirlo, pero que no ha habido realmente conversaciones en esa dirección. La central nuclear de Zaporiyia, que se da un poco por perdida por parte del Gobierno ucraniano, saben que va a ser muy difícil que Rusia les devuelva el sur de Zaporiyia donde está esa central nuclear, la más grande de Europa, creo que lo tienen asumido desde hace tiempo, y de hecho desde hace ya año y pico están implementando obras de ampliación en algunas de las centrales nucleares ucranianas.
Yo tuve acceso a la central nuclear de Yemenilsky el pasado mes de noviembre, y me dijeron que hay en marcha un plan para convertir esta central, que está en el centro del país, en la central más grande de Europa, ampliando el número de núcleos de generación de energía, y más modernos y con más capacidad. Y te voy a dar un matiz muy interesante, y es que los reactores que ha comprado Ucrania para hacer esa ampliación y convertir la de Yemenilsky en la central nuclear más grande de Europa con reactores estadounidenses. Es decir, ya hay acuerdos comerciales con empresas estadounidenses que están muy bien vistos en Ucrania, pero que nunca se han presentado ni se han perfilado con esas ínfulas casi coloniales que presenta Trump, de hacerse con los recursos al estilo del Antiguo Oeste.
Los acuerdos comerciales ya existían, creo que son fructíferos, seguirán avanzando, pero ahora Trump ha planteado que una cosa es tener acuerdos comerciales, y otra es que os apoderéis al estilo colonialista de nuestros recursos naturales. La batalla dialéctica que está protagonizando estas incipientes negociaciones se ha convertido ya en parte de la guerra y cada día es un sobresalto nuevo.
Antes se hacía con más discreción porque en todos los conflictos siempre luego está el negocio de la reconstrucción, pero ahora se hace de una manera bastante descarnada. Además, está el tema de las tierras raras y de las centrales nucleares... y el cereal, el trigo, el granero de Europa e incluso del mundo. Un tema que actualmente pasa desapercibido, pero Ucrania es fundamental para el comercio y la alimentación, no solo la alimentación humana, también del ganado, por ejemplo, para Europa, pero también para África. ¿Cómo está ahora mismo? ¿No se habla o qué es lo que ocurre con ese elemento clave?
Sí, aquí a nivel interno no solo se habla de ello, sino que se está trabajando sobre todo en planes que incluyan el desminado, porque muchas zonas de cultivo donde ha habido batallas cerca o incluso que han estado ocupadas, ahora mismo están minadas.
Hay explosivos y es imposible retomar la producción, es imposible trabajar, es imposible agarrar, es imposible hacer nada. Entonces sí que es cierto que, en el último año y medio, Ucrania ha implementado y aquí hay partners de otros países occidentales, Canadá, que están ayudando con esa limpieza, con ese desminado para que se puedan volver a los trabajos agrícolas.
Luego hay una porción de tierras que está ocupada dentro de ese 18,4 % de territorio ucraniano que tiene ocupada Ucrania, donde hay tierras muy fértiles, y luego hay tierras que están demasiado cerca de la línea del frente como para que se puedan llevar a cabo trabajos agrícolas con normalidad porque están al alcance de la artillería rusa, entonces tampoco se contempla.
En la otra parte, en la que está más o menos a salvo, aunque de un misilazo no está a salvo nadie, sí se sigue trabajando y sí se siguen haciendo exportaciones incluso a través del puerto de Odessa y por carretera. Hace unos meses también hubo polémica por unos problemas con la frontera de Polonia porque muchas de esas mercancías se estaban sacando por tren y por carretera, y los agricultores polacos protestaron porque piden que se les pongan unos aranceles, unas tasas, a las cosechas ucranianas para que ellos no estén en desventaja. Es decir, sí que se ha continuado con esa exportación, obviamente a un nivel mucho más bajo que antes de empezar la guerra, por todas estas cuestiones que te cuento.