La diplomacia consular de Marruecos recaba el apoyo de Ghana a su propuesta de autonomía del Sáhara Occidental
El cambio de Gobierno en Ghana, con John Dramani Mahama como presidente, inclina la balanza hacia el lado marroquí, con la retirada del apoyo al Frente Polisario
El cambio de Gobierno que ha tenido lugar recientemente en Ghana, con la toma de posesión del nuevo presidente, John Dramani Mahama, va a tener importantes implicaciones en la política exterior del país, especialmente en lo que se refiere a sus relaciones diplomáticas con el resto de países africanos y, muy especialmente, con Marruecos.
- La transición democrática de Ghana
- Apoyo al plan marroquí sobre el Sáhara Occidental
- Un triunfo de la diplomacia marroquí
- El Sáhara Occidental como puente
La transición democrática de Ghana
La influencia de Ghana en África no es nada desdeñable. No en vano, se trata de la segunda mayor economía de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, después de Nigeria. A nadie se le escapa que el cambio político registrado en el país es un evento que va a tener importantes repercusiones geopolíticas.
Además, el hecho de que se haya llevado a cabo una transición pacífica entre el anterior Gobierno del expresidente Nana Akufo-Addo y el nuevo, encabezado por quien fuera el líder de la oposición, le otorga aún mayor credibilidad y autoridad moral en un continente en el que, lamentablemente, las transiciones políticas pacíficas son la excepción.
Como señaló el nuevo presidente Mahama en su discurso de toma de posesión, Ghana está al borde de múltiples transformaciones a nivel político, económico y social, y es considerado una excepción democrática en la región de África Occidental, por la transferencia pacífica del poder en su sistema político, a diferencia de muchos países africanos vecinos que han sufrido y sufren golpes de Estado y desafíos al constitucionalismo.
Apoyo al plan marroquí sobre el Sáhara Occidental
Uno de los primeros cambios que ha traído la nueva administración de Ghana ha sido un giro en la postura relativa a la soberanía del Sáhara Occidental, puesta de relieve por el nuevo presidente John Dramani Mahama desde el mismo momento de su toma de posesión, al afirmar que Ghana ha apostado claramente por Marruecos en este conflicto y ha respaldado su propuesta de autonomía para el Sáhara como la solución única y definitiva.
Esta decisión del nuevo Gobierno fue debidamente comunicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores e Integración Regional de la República de Ghana tanto al Gobierno marroquí, vía Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, además de a la sede de la Unión Africana en Adís Abeba (Etiopía) y a la de Naciones Unidas en Nueva York.
Este apoyo implica también la retirada del reconocimiento al Frente Polisario y sus partidarios por parte de la República de Ghana, que había sido la estrategia del Gobierno del país bajo el mandato del expresidente Nana Akufo.
Hay que recordar que, hace apenas unos meses, el expresidente Akufo realizó una visita oficial a la República Sudafricana que concluyó con una declaración oficial de los gobiernos de Ghana y Sudáfrica en la que manifestaban su apoyo al Frente Polisario.
La decisión del nuevo Gobierno de Ghana respecto a la soberanía del Sáhara Occidental y a la retirada del apoyo al Frente Polisario tiene una enorme trascendencia, ya que la República de Ghana es, históricamente, uno de los países más influyentes en la situación geopolítica de África Occidental y cuenta con una presencia muy activa e influyente en diversas organizaciones regionales e internacionales, como la Unión Africana o la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO).
En este cambio de postura ha tenido mucho que ver la actividad de la diplomacia marroquí en Accra, bajo la dirección del embajador de Marruecos en Ghana, Iman Wadil, quien trabaja para fortalecer las relaciones bilaterales y abrir nuevos caminos para la cooperación y la integración entre ambos países, que aspiran a elevarlas en los próximos meses al nivel de asociación estratégica.
Un triunfo de la diplomacia marroquí
El acercamiento del nuevo Gobierno de Ghana al plan de Marruecos sobre la soberanía del Sáhara Occidental representa, desde el punto de vista marroquí, un indiscutible triunfo de su política exterior, basada en la diplomacia consular.
Si algo ha quedado claro durante estos últimos años es que las relaciones internacionales y diplomáticas que mantiene Marruecos con el resto de países gravitan en torno a la postura que éstos mantengan en torno a la cuestión soberana del Sáhara Occidental.
El acercamiento de España y, últimamente de Francia, tras la visita de Macron a Marruecos el pasado mes de octubre, se explican precisamente en estos términos. Por ello, el hecho de que un país tan influyente en el continente africano como es Ghana haya variado radicalmente su postura relativa al Sáhara Occidental resulta muy relevante para la diplomacia marroquí, por el efecto de arrastre que puede representar: se espera que otros países africanos imiten en próximas fechas el ejemplo del nuevo Gobierno de Mahama.
Precisamente, una de las bases de la política exterior marroquí, en línea con las directrices marcadas por el propio rey Mohamed VI, es una doctrina diplomática sólida y eficaz integrada en múltiples vías, en las que la dimensión africana constituye un camino fundamental.
En este sentido, Marruecos considera fundamental la apertura al continente africano y el refuerzo de la cooperación al desarrollo, así como la profundización de sus vínculos políticos, económicos y culturales con diversos países africanos, con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible y mejorar la estabilidad regional.
El Sáhara Occidental como puente
El objetivo de la diplomacia marroquí es transformar el Sáhara Occidental en un puente de civilización entre los países africanos mediante la puesta en marcha de importantes proyectos e infraestructuras que van a cambiarán el aspecto de la región.
Los proyectos más destacados son el gasoducto Atlántico-África y la iniciativa real para mejorar el acceso de los países del Sahel al Océano Atlántico, con los que se pretende lograr avances diplomáticos en los tradicionales bastiones separatistas de África Occidental, una de las zonas del continente donde están más activos los movimientos de este tipo.
Para que esta política panafricana triunfe ha sido necesario que la diplomacia marroquí logre el aislamiento internacional del Frente Polisario y de su principal promotor, Argelia, desactivando los focos de propaganda separatista que funcionaban en la propia Ghana y en países como Nigeria, Zimbabue, Mozambique, Uganda, Angola o la República Sudafricana.
El objetivo último es hacer de las dos orillas del Océano Atlántico una zona económica de importancia mundial, para superar el modelo de relaciones coloniales y proponer un nuevo modelo de relaciones comerciales tanto en el eje Norte-Sur como en el Sur-Sur.