Egipto redobla los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra en Sudán y contener su impacto regional
Egipto ha intensificado su papel diplomático en la guerra civil de Sudán, alarmado por la posibilidad de que el conflicto cruce sus fronteras y por las implicaciones geoestratégicas de una posible militarización del mar Rojo. Esta semana, el teniente general Abdel Fattah al-Burhan, presidente del Consejo de Soberanía de Transición de Sudán, realizó su primera visita oficial a El Cairo tras una serie de victorias del ejército sudanés sobre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
La reunión con el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi tuvo lugar en un momento crítico, con cambios tácticos en la guerra y ataques de drones de las RSF contra infraestructuras vitales, como centrales eléctricas y represas, que han agravado la ya delicada situación hídrica de Egipto. Durante el encuentro, ambos líderes acordaron intensificar la cooperación para apoyar al pueblo sudanés en las zonas de conflicto y avanzar en iniciativas de reconstrucción.
La visita también estuvo marcada por las crecientes preocupaciones de El Cairo respecto a un posible acuerdo entre Sudán y Rusia para establecer una base naval en el mar Rojo. La alianza entre Jartum y Moscú podría provocar una reacción de Estados Unidos y un aumento de su presencia militar en la región, lo que afectaría al tráfico marítimo y a la estabilidad del Canal de Suez, eje clave para la economía egipcia.
El embajador Salah Halima, miembro del Consejo Egipcio de Asuntos Exteriores, afirmó a Al-Arab que el tema del mar Rojo fue central en las conversaciones dada su relación estratégica con el Nilo y con la seguridad nacional egipcia. Según Halima, El Cairo percibe que aún no existen condiciones favorables para una base rusa operativa, y subraya que la prioridad debe ser poner fin al conflicto y estabilizar Sudán.
Por su parte, el profesor Mohamed Khalifa Siddiq, experto en ciencias políticas de la Universidad Internacional de África, destacó que Burhan brindó garantías sobre la naturaleza no militar de la posible presencia rusa, que estaría más enfocada en apoyo logístico y energético. Siddiq sugiere que, si Egipto aumentara su cooperación militar y en conectividad eléctrica con Sudán, Jartum podría reducir su dependencia de Moscú.
A nivel interno, el objetivo de Burhan es consolidar su legitimidad a ojos de la comunidad internacional. Desde El Cairo, busca respaldo político en su esfuerzo por ganar reconocimiento como líder legítimo en un país inmerso en la guerra. La iniciativa egipcia contempla convocar un diálogo nacional entre fuerzas sudanesas, facilitar el retorno voluntario de refugiados (más de 200.000 sudaneses han regresado recientemente desde Egipto), y apoyar en la reconstrucción de infraestructuras destruidas por el conflicto.
En paralelo, la reciente visita del jefe de inteligencia egipcio, Hassan Mahmoud Rashad, a Puerto Sudán, a orillas del mar Rojo, aportó nuevas garantías sobre la seguridad en las regiones fronterizas con Egipto ante los rumores de una posible ofensiva de las RSF.
Asimismo, un comunicado de la Presidencia egipcia confirmó que se abordaron mecanismos para fortalecer los lazos bilaterales en sectores clave como energía, transporte ferroviario, comercio, salud, agricultura, minería, e intercambio científico y cultural.
Egipto, consciente de la amenaza que representa un Sudán inestable en su frontera sur, busca adoptar un papel más activo y constructivo en la solución del conflicto, tratando de evitar que el mar Rojo se convierta en el próximo foco de tensión entre potencias globales.