Continúa la devastación en Sudán

La guerra civil sudanesa entre el Ejército y las FAR cumple dos años convirtiéndose en una de las peores tragedias humanitarias del mundo
Miembros del Ejército sudanés se encuentran en el palacio presidencial, después de que el Ejército sudanés dijera que había tomado el control del edificio, en la capital de Jartum, Sudán, el 24 de marzo de 2025 - REUTERS/EL TAYEB SIDDIG
Miembros del Ejército sudanés se encuentran en el palacio presidencial, después de que el Ejército sudanés dijera que había tomado el control del edificio, en la capital de Jartum, Sudán, el 24 de marzo de 2025 - REUTERS/EL TAYEB SIDDIG

La guerra civil de Sudán ha cumplido ya dos años este mes de abril. 

En abril de 2023 se desató el actual enfrentamiento entre el Ejército de Sudán, liderado por Abdel Fattah Al-Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), dirigidos por Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti. Un enfrentamiento que se produjo por las disensiones existentes dentro de las Fuerzas Armadas sudanesas sobre la dirección que llevaba el país africano, tras años de inestabilidad política y corrupción. 

Otro mes de abril, pero de 2019, cayó el régimen autoritario de Omar Al-Bashir, que rigió los designios nacionales durante prácticamente 30 años. Una época oscura del país africano que terminó entre acusaciones de abusos políticos, violenta represión y corrupción. 

El propio Ejército propició el derrocamiento de Al-Bashir y se inició una supuesta etapa de transición política encaminada a desarrollar una Constitución y unas elecciones democráticas, bajo la omnipresente figura de Abdel Fattah Al-Burhan, jefe del Ejército sudanés, quien habló en su momento de una colaboración civil-militar para llegar a favorecer la instauración de un Gobierno civil que propiciase un sistema democrático y pacífico en el país africano. 

Abdel Fattah Al-Burhan, levanta el puño tras descender de un helicóptero en la capital, Jartum, Sudán, el 26 de marzo de 2025 - Consejo Soberano de Sudán vía REUTERS 
Abdel Fattah Al-Burhan, levanta el puño tras descender de un helicóptero en la capital, Jartum, Sudán, el 26 de marzo de 2025 - Consejo Soberano de Sudán vía REUTERS 

La transición política acabó con otro golpe de Estado en 2021, esta vez contra el Gobierno civil dirigido en su momento por el primer ministro Abdalla Hamdok. Una etapa que dio paso al régimen militar actual comandado por Al-Burhan, aupado al poder como presidente del Consejo Soberano de Transición, quien seguía prometiendo el desarrollo de un proceso democratizador con la instauración de una Constitución y la celebración de elecciones, que tampoco ha llegado a fructificar. 

En este escenario, la guerra desencadenada en 2023 ha proseguido. El Ejército de Sudán había dado pasos firmes en las últimas semanas con la toma de Jartum, capital sudanesa, que estaba en gran parte en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Al-Burhan llegó a tomar el palacio presidencial, que estaba controlado por las FAR, y otros núcleos relevantes. Según un reciente comunicado oficial del Ejército, los enfrentamientos permitieron consolidar la presencia militar en puntos estratégicos de la capital tras una ofensiva que dejó atrás cadáveres y equipo militar abandonado por la facción enemiga, considerada terrorista por las Fuerzas Armadas. 

Vista muestra el palacio presidencial, después de que el Ejército sudanés dijera que había tomado el control del edificio, en la capital de Jartum, Sudán, el 24 de marzo de 2025 - REUTERS/EL TAYEB SIDDIG
Vista muestra el palacio presidencial, después de que el Ejército sudanés dijera que había tomado el control del edificio, en la capital de Jartum, Sudán, el 24 de marzo de 2025 - REUTERS/EL TAYEB SIDDIG

Por su parte, las Fuerzas de Apoyo Rápido se refirieron a un reposicionamiento para poder seguir presentando batalla y desde este bando se negaba la derrota o entrega de la capital a manos del Ejército sudanés. 

Miembros del Ejército sudanés junto a un vehículo militar destruido después de una batalla con las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la capital, Jartum, Sudán, el 25 de marzo de 2025 - PHOTO/REUTERS
Miembros del Ejército sudanés junto a un vehículo militar destruido después de una batalla con las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la capital, Jartum, Sudán, el 25 de marzo de 2025 - PHOTO/REUTERS

Por su parte, últimamente, las Fuerzas de Apoyo Rápido tomaron el control del campamento de Zamzam para personas desplazadas e impusieron un asedio a El Fasher, la capital de Darfur del Norte, en el oeste de Sudán. Los paramilitares atacaron el campamento de desplazados y esto agravó la crisis humanitaria tras dos años de guerra en Sudán. Más de 100 civiles murieron en una masacre atribuida a las Fuerzas de Apoyo Rápido en Darfur Norte, mientras que la Organización de Naciones Unidas (ONU) sigue advirtiendo sobre crímenes de guerra y un mayor recrudecimiento del conflicto. 

Un miembro del personal señala los camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que transportan alimentos y suministros nutricionales desde Chad al campamento de Zamzam en Darfur, Sudán, en Adre, Chad - PMA vía REUTERS
Un miembro del personal señala los camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que transportan alimentos y suministros nutricionales desde Chad al campamento de Zamzam en Darfur, Sudán, en Adre, Chad - PMA vía REUTERS

Según fuentes locales citadas por el medio Sudan Akbar, el ataque de los paramilitares provocó un éxodo masivo en un área que alberga a unas 750.000 personas, la mitad de ellas niños. Al menos un centenar de civiles, incluidos nueve cooperantes, murieron como consecuencia de los ataques desde el 11 de abril, mientras que el gobierno regional eleva la cifra de víctimas a 350.

Un niño se somete a una prueba de desnutrición en el campamento del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en El Fasher, Darfur, Sudán, el 27 de marzo de 2025 - PMA vía REUTERS
Un niño se somete a una prueba de desnutrición en el campamento del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en El Fasher, Darfur, Sudán, el 27 de marzo de 2025 - PMA vía REUTERS

También hay que valorar la posición de otra facción para tener en cuenta, como es la extremista Hermandad Musulmana, que, tras la caída del régimen de Omar Al-Bashir, trató de reposicionarse para seguir influyendo en las esferas de poder y que ha buscado ganar posiciones en el seno del Ejército sudanés para seguir influyendo en la vida política y pública de la nación. Una Hermandad Musulmana que es una organización catalogada como terrorista por varios países como Estados Unidos o Egipto. 

La ONU considera la de Sudán una de las peores tragedias humanitarias del mundo por el excesivo número de muertes que ha dejado y la pobreza que está extendiendo por todo el territorio nacional. En un informe publicado por UNICEF, la agencia de las Naciones Unidas que trabaja para promover los derechos de los niños y adolescentes, esta entidad anunció que la guerra que dura ya dos años ha destrozado la vida de millones de niños, con un “aumento del 1.000 por ciento en las violaciones graves contra los niños”. Las muertes y lesiones infantiles confirmadas aumentaron de 150 en 2022 a más de 2.700 en 2023 y 2024, mientras que el número de niños que necesitan asistencia humanitaria se duplicó de 7,8 millones a más de 15 millones, según las cifras de Naciones Unidas. Se estima también que en torno a 465.000 niños corren riesgo de sufrir desnutrición grave en los próximos meses.

Además, las cifras globales hablan de más de 20.000 muertos y en torno a 14 millones de refugiados y desplazados desde que se desatasen las hostilidades entre el Ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido en abril de 2023.