Nueva etapa en la cooperación estratégica entre Japón y Corea del Sur

Tras seis décadas de relaciones diplomáticas, Corea del Sur y Japón se esfuerzan por construir una nueva etapa basada en la cooperación estratégica 
<p>Fotografía de familia de la Cumbre de Líderes del G7 en Kananaskis, Alberta, Canadá, el 17 de junio de 2025 - REUTERS/ AMBER BRACKEN</p>
Fotografía de familia de la Cumbre de Líderes del G7 en Kananaskis, Alberta, Canadá, el 17 de junio de 2025 - REUTERS/ AMBER BRACKEN
  1. De enemigos históricos a aliados estratégicos 
  2. Del conflicto al diálogo: la evolución de los lazos entre Corea del Sur y Japón 
  3. Socios comerciales pese a tensiones políticas 
  4. La esperada reunión del G7 

Con motivo del 60º aniversario de la normalización de sus relaciones diplomáticas, Japón y Corea del Sur celebraron esta semana un acto simbólico en Seúl. El evento fue organizado por la Embajada de Japón, tras un acuerdo entre los ministerios de Exterior de ambos países para llevar a cabo actividades bilaterales en sus respectivos territorios. 

Durante la ceremonia, el presidente surcoreano Lee Jae-myung expresó su deseo de comenzar una nueva etapa de cooperación y desarrollo conjunto. Subrayó que ambas naciones, como aliados estratégicos, deben trabajar unidas para afrontar los desafíos que surgen en un entorno internacional en constante cambio. El mandatario también destacó los logros compartidos en múltiples áreas, como la economía, la cultura y el intercambio humano. En su mensaje, Lee detalló que el comercio bilateral creció cerca de “200 millones de dólares en 1965 a más de 70.000 millones en el último año, lo que representa un incremento aproximado de 350 veces”.  

Por su parte, según informó la Oficina Presidencial, el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba y Lee Jae-myung acordaron a inicios de mes, durante una conversación telefónica, fortalecer el diálogo entre sus administraciones y fomentar los lazos entre ciudadanos, especialmente en este año conmemorativo.  

Como parte de las actividades previstas, se espera que el jueves 19 de junio la Embajada de Corea del Sur en Tokio organice una recepción similar, que contará con la participación del líder de un grupo parlamentario surcoreano. 

<p>El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba (izq.), y el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung (der.), se estrechan la mano al inicio de su reunión bilateral en el marco de la Cumbre del G7 en Kananaskis, Alberta, el 17 de junio de 2025 - PHOTO/ REDES SOCIALES </p>
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba (izq.), y el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung (der.), se estrechan la mano al inicio de su reunión bilateral en el marco de la Cumbre del G7 en Kananaskis, Alberta, el 17 de junio de 2025 - PHOTO/ REDES SOCIALES 

De enemigos históricos a aliados estratégicos 

Han pasado más de 100 años desde la anexión de Corea por parte de Japón en 1910, pero sus efectos siguen vivos en la memoria colectiva coreana. Lo que para Japón fue una estrategia de expansión imperial, para Corea representó la pérdida de su soberanía, identidad y dignidad nacional.  

De acuerdo con diversos historiadores, durante los 35 años de ocupación, Japón impulsó una serie de transformaciones en la península. Las autoridades coloniales introdujeron cambios en la administración, la educación y la economía, sustituyendo estructuras tradicionales coreanas por sistemas alineados con el modelo japonés. Estas reformas incluyeron desde la modernización de infraestructuras hasta la implementación del idioma japonés en la vida pública. Sin embargo, estos cambios no siempre fueron bien recibidos. Muchos coreanos interpretaron la ocupación como una pérdida de su soberanía y de su identidad cultural. El Movimiento del 1 de marzo de 1919 fue una expresión significativa de este sentimiento, aunque fue duramente reprimido. Aun así, la resistencia continuó, tanto dentro como fuera del país. 

El periodo también estuvo marcado por episodios de tensión, como la censura cultural, el trabajo forzado y las restricciones a las libertades civiles. Aunque hubo momentos de apertura, como en la década de 1920, la intensificación del control durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial agudizó las tensiones. La liberación de Corea en 1945 puso fin al dominio colonial, pero no cerró completamente las heridas del pasado.  

Ahora bien, las relaciones diplomáticas entre Japón y Corea del Sur no se formalizaron hasta 1965, cuando ambos países firmaron el “Tratado Básico” el 22 de junio, tras años de tensiones derivadas del periodo colonial japonés sobre la península coreana entre 1910 y 1945. El acuerdo, que entró en vigor en diciembre de ese mismo año, fue resultado de 14 años de negociaciones fallidas por parte de gobiernos anteriores. La firma del tratado fue una decisión estratégica del entonces presidente surcoreano Park Chung-hee, quien buscaba reconstruir su país tras la devastación de la Guerra de Corea, con el apoyo económico de Japón. Como parte del pacto, Corea del Sur recibió 800 millones de dólares en forma de ayudas y préstamos blandos. Si bien este acercamiento impulsó el rápido desarrollo económico de Corea del Sur, amplios sectores de la sociedad consideran que el tratado no abordó de forma justa el sufrimiento causado durante la ocupación. Japón, por su parte, sostiene que todas las demandas de reparación quedaron zanjadas con dicho acuerdo. 

<p>El expresidente surcoreano, Moon Jae-in - PHOTO/ JEON HEON-KYUN vía REUTERS </p>
El expresidente surcoreano, Moon Jae-in - PHOTO/ JEON HEON-KYUN vía REUTERS 

Del conflicto al diálogo: la evolución de los lazos entre Corea del Sur y Japón 

Aunque a lo largo de los años varios líderes japoneses expresaron su arrepentimiento por el pasado colonial y los abusos cometidos durante la guerra, estos gestos se vieron opacados por tensiones políticas internas en ambos países: mientras Japón se inclinaba hacia la derecha, Corea del Sur se dividía entre posturas pro y antijaponesas. Las relaciones bilaterales tocaron fondo en la década de 2010, conocida como la “década perdida”, sin cumbres ni intercambios de alto nivel. La situación empeoró durante el mandato de Moon Jae-in, tras fallos del Tribunal Supremo surcoreano en 2018 que obligaban a Japón a compensar a víctimas del trabajo forzado. Tokio respondió con restricciones a exportaciones clave para la industria surcoreana, a lo que Seúl contestó cancelando un acuerdo bilateral de inteligencia militar. Con la llegada al poder de Yoon Suk Yeol, el panorama cambió drásticamente: en 2023, su gobierno anunció una compensación a las víctimas sin exigir participación japonesa, lo que permitió desbloquear el diálogo. Yoon y el entonces primer ministro Fumio Kishida se reunieron en múltiples ocasiones, reactivando la diplomacia bilateral. Este giro fue bien recibido por Estados Unidos y facilitó el lanzamiento de una nueva cooperación trilateral, consolidada en la cumbre de Camp David en agosto de 2023. Su sucesor, Lee Jae-myung, pese a su postura crítica hacia Japón, ha prometido continuar con este enfoque, respaldando la solución de Yoon al conflicto del trabajo forzado y apostando por una estrategia de “doble vía” que separe los temas históricos de la cooperación futura.

<p>Ciudadanos surcoreanos participan en una protesta para denunciar el plan del Gobierno para resolver una disputa sobre la compensación a las víctimas del trabajo forzoso, en la Asamblea Nacional de Seúl, Corea del Sur, el 7 de marzo de 2023. Las pancartas decían “¡La diplomacia humillante de Yoon Suk Yoel está FUERA!” y “Retirar la solución gubernamental para las víctimas del trabajo forzoso bajo la ocupación colonial japonesa de 1910-1945" - REUTERS/ KIM HONG-JI </p>
Ciudadanos surcoreanos participan en una protesta para denunciar el plan del Gobierno para resolver una disputa sobre la compensación a las víctimas del trabajo forzoso, en la Asamblea Nacional de Seúl, Corea del Sur, el 7 de marzo de 2023. Las pancartas decían “¡La diplomacia humillante de Yoon Suk Yoel está FUERA!” y “Retirar la solución gubernamental para las víctimas del trabajo forzoso bajo la ocupación colonial japonesa de 1910-1945" - REUTERS/ KIM HONG-JI 

Socios comerciales pese a tensiones políticas 

Desde 2001, Corea del Sur se ha mantenido como el tercer mayor socio comercial de Japón, pese a las tensiones políticas derivadas de disputas históricas y medidas económicas como restricciones a la exportación. Por ejemplo, en 2018, el intercambio bilateral alcanzó los 9.3 billones de yenes, solo por detrás de China y Estados Unidos.  

Entre los principales bienes que Corea del Sur exporta a su país vecino destacan los semiconductores, maquinaria, materiales químicos y electrónicos, entre otros. Por otra parte, Japón importa petróleo refinado, placas de acero, autopartes y productos electrónicos, y exporta maquinaria, dispositivos de semiconductores, circuitos integrados.  

De acuerdo con el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), en marzo de 2025, Japón exportó 691.000 millones de yenes e importó 367.000 millones. Las exportaciones crecieron un 11.4 % interanual, impulsadas por maquinaria de fabricación de semiconductores y productos básicos, mientras que las importaciones aumentaron un 2.55 %, sobresaliendo la importación del petróleo refinado y los equipos de alta tecnología. Además, los viajes bilaterales también han sido significativos en la economía de ambos países: en 2024, más de 11 millones de personas se desplazaron entre ambos países. Asimismo, fenómenos culturales como los dramas coreanos, el K-pop, los cómics japoneses (manga) y animes, ayudan a consolidar la influencia cultural entre ambas naciones, manteniendo un vínculo social y comercial más estrecho, especialmente entre las generaciones más jóvenes. 

<p>Campus de Google para startups en el distrito de Gangnam, Seúl - REUTERS/ THOMAS PETER </p>
Campus de Google para startups en el distrito de Gangnam, Seúl - REUTERS/ THOMAS PETER 

La esperada reunión del G7 

El 17 de junio, en el marco de la cumbre del G7 celebrada en Kananaskis, Canadá, el presidente surcoreano Lee Jae-myung y el primer ministro japonés Shigeru Ishiba mantuvieron su primera reunión bilateral, donde reafirmaron su voluntad de reforzar los lazos entre ambos países. Subrayaron la importancia estratégica de su cooperación, especialmente en el actual contexto internacional marcado por tensiones comerciales y desafíos geopolíticos. Además, coincidieron en que Corea del Sur y Japón, como vecinos cercanos e interdependientes, deben avanzar hacia una relación más constructiva, superando las diferencias mediante el respeto mutuo. “En nuestro país, a Japón y Corea se les suele describir como vecinos cercanos pero distantes. Como vecinos que comparten el mismo patio, no podemos separarnos. Aunque existen pequeñas diferencias y desacuerdos, espero que Corea y Japón los superen para desarrollar una relación basada en la cooperación y el apoyo mutuo” expresó el presidente Lee.  

Asimismo, ambos mandatarios insistieron en la necesidad de fortalecer el eje trilateral con Estados Unidos, particularmente frente a cuestiones como la amenaza norcoreana, “en el actual entorno estratégico, la importancia de las relaciones entre Japón y Corea del Sur y la cooperación entre Japón, Estados Unidos y Corea del Sur no han cambiado en absoluto; al contrario, se ha vuelto más importante”, añadió el primer ministro Shigeru Ishiba en una conferencia de prensa.  

Finalmente, Lee recordó su anterior llamada telefónica con Ishiba y celebró la posibilidad de conocerse en persona, mientras que el primer ministro japonés resaltó la relevancia del 60.º aniversario de la normalización de las relaciones diplomáticas, expresando su deseo de intensificar los intercambios entre gobiernos, empresas y ciudadanos. Finalmente, los líderes acordaron reanudar con frecuencia las visitas bilaterales y mantener un diálogo activo entre sus administraciones para fomentar una cooperación duradera basada en la confianza. 

“Espero sinceramente que, con el 60º aniversario como hito, los intercambios entre gobiernos, empresas y ciudadanos aumenten y que la cooperación y la asociación entre Corea y Japón se fortalezcan en beneficio de nuestra región y del mundo”, afirmó Shigeru Ishiba, según la oficina presidencial de Corea.