Así es el desconocido y exclusivo sistema GPS desarrollado por Japón, el QZSS

La red regional de navegación y posicionamiento creada por Tokio y su sector tecnológico abarca Extremo Oriente y Oceanía
<p>Durante su reciente visita oficial de tres días a Estados Unidos, el veterano político y primer ministro de Japón desde octubre de 2024, Shigeru Ishiba, también ha hablado con Donald Trump de su constelación QZSS y del divorcio con GPS -&nbsp;&nbsp;PHOTO/Kantei</p>
Durante su reciente visita oficial de tres días a Estados Unidos, el veterano político y primer ministro de Japón desde octubre de 2024, Shigeru Ishiba, también ha hablado con Donald Trump de su constelación QZSS y del divorcio con GPS - PHOTO/Kantei
  1. Japón quiere que su QZSS se divorcie del GPS de Estados Unidos
  2. Constelación posicionada sobre Japón que alcanza hasta Oceanía

Japón opera desde noviembre de 2018 su propia red de satélites de navegación, que acaba de ampliar al colocar en el espacio un eslabón más, el sexto, de su Sistema Satelital Cuasi Cenital o QZSS, acrónimo inglés de Quasi-Zenith Satellite System. Se trata de una constelación que ofrece datos de posicionamiento de alta precisión a millones de usuarios en las islas niponas, Extremo Oriente e incluso Australia y zonas de Nueva Zelanda. 

<p>De 4,9 toneladas, Michibiki-6 es el sexto satélite desarrollado por la industria espacial japonesa para obtener señales complementarias y datos de corrección con los que aumentar la precisión del GPS en el Indo-Pacífico - PHOTO/JAXA-Melco</p>
De 4,9 toneladas, Michibiki-6 es el sexto satélite desarrollado por la industria espacial japonesa para obtener señales complementarias y datos de corrección con los que aumentar la precisión del GPS en el Indo-Pacífico - PHOTO/JAXA-Melco

La red regional japonesa de navegación, posicionamiento y sincronía vía satélite es única. Se apoya en el sistema global norteamericano GPS, por lo que a menudo se la conoce como “la versión japonesa del GPS”. Emplea el término “Cuasi Cenital” porque varios de los satélites se sitúan casi sobre la vertical del archipiélago nipón, lo que facilita que sus señales lleguen a los teléfonos inteligentes y dispositivos receptores con un alto grado de calidad y precisión. 

Las autoridades de Tokio contemplan la constelación QZSS como una iniciativa de soberanía nacional. Prueba de ello es que en el proyecto está implicada la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y los Ministerios de Comunicaciones; Ciencia y Tecnología; Economía, Comercio e Industria, así como el de Infraestructuras y Transportes. Pero Japón aspira a obtener en el corto plazo la plena autonomía tecnológica de Washington, tema que el primer ministro Shigeru Ishiba, de 68 años, ha tratado con Donald Trump durante el muy reciente encuentro de ambos en la Casa Blanca.

En la parte alta del lanzador H3 se alojaba el satélite Michibiki-6, con un secreto sensor óptico norteamericano para misiones de vigilancia y reconocimiento sobre áreas de China de interés estratégico para Japón y Estados Unidos - PHOTO/JAXA-MHI
En la parte alta del lanzador H3 se alojaba el satélite Michibiki-6, con un secreto sensor óptico norteamericano para misiones de vigilancia y reconocimiento sobre áreas de China de interés estratégico para Japón y Estados Unidos - PHOTO/JAXA-MHI

La reunión de los dos mandatarios se ha producido tan sólo cinco días después de que un nuevo lanzador japonés H3 disparado desde la base espacial de Tanegashima haya puesto en órbita otro satélite de la constelación QZSS. Con una masa de 4,9 toneladas, la astronave de nombre japonés Michibiki-6 ‒en español, guía‒ ha sido desarrollado para aportar señales complementarias y datos de corrección y, de ese modo, aumentar el grado de precisión y confiabilidad de los servicios que presta la arquitectura GPS norteamericana en la región del Indo-Pacífico. 

El Michibiki-6 también aloja una carga militar, fruto de un acuerdo del año 2020 entre la Secretaría de Política Espacial Nacional de Japón y la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Es un secreto sensor óptico norteamericano desarrollado por el Laboratorio Lincoln del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), del que el jefe de la Fuerza Espacial en el Indo-Pacífico, el general Anthony Mastalir, reconoce que su función es “vigilar áreas de interés estratégico común”. Otro sensor semejante va instalado en el Michibiki-7, que construye Mitsubishi Electric Corporation (MELCO) para su despegue en 2026.  

Tras el fracaso de su misión inaugural de marzo de 2023, el cohete H3 ha efectuado cuatro vuelos con éxito y se ha convertido en el nuevo caballo de batalla espacial de la JAXA - PHOTO/JAXA
Tras el fracaso de su misión inaugural de marzo de 2023, el cohete H3 ha efectuado cuatro vuelos con éxito y se ha convertido en el nuevo caballo de batalla espacial de la JAXA - PHOTO/JAXA

Japón quiere que su QZSS se divorcie del GPS de Estados Unidos

El compromiso del primer ministro Shigeru Ishiba ‒heredado de sus antecesores en el cargo: Fumio Kishida (2021-2024), Yoshihide Suga (2020-2021) y Shinzo Abe (2012-2020) ‒ es “garantizar un fácil acceso a los servicios de posicionamiento a un número aún mayor de usuarios”, detalla el comunicado del primer ministro difundido tras conocerse el éxito del Michibiki-6. Para lograrlo, Tokio necesita ampliar el número de plataformas en vuelo de la red QZSS: primero hasta siete satélites y luego hasta 11.  

Y es que, según el denominado Gabinete Oficial, el organismo del primer ministro responsable de la política espacial de Japón, el sistema satelital Quasi-Zenith contribuye a “reforzar la cooperación entre Japón y Estados Unidos, mejorar la competitividad industrial, difundir el estilo de vida japonés y las actividades de las organizaciones públicas”. También “garantiza la seguridad nacional”, al proporcionar capacidades de navegación y sincronización independiente de los sistemas globales administrados por otras potencias, como es el caso del GPS, que está bajo control del Pentágono. 

El cerebro de la constelación japonesa es el profesor Koji Terada, quien subraya que las órbitas elípticas de QZSS se han concebido para que, cuando la constelación cuente con siete satélites, sea posible asegurar que “al menos tres o cuatro se encuentren en todo momento posicionados sobre el cenit de los cielos del archipiélago japonés”. De este modo, será posible captar y mantener las señales QZSS y minimizar las interrupciones causadas por los edificios altos y los terrenos accidentados. 

Varios satélites de la constelación QZSS describen una trayectoria en el espacio que se asemeja a una figura con forma de ocho (8), que cubre tanto Japón, países limítrofes y buena parte de Oceanía - PHOTO/JAXA
Varios satélites de la constelación QZSS describen una trayectoria en el espacio que se asemeja a una figura con forma de ocho (8), que cubre tanto Japón, países limítrofes y buena parte de Oceanía - PHOTO/JAXA

Al ampliar la flota satelital, podremos ofrecer “mejor cobertura a los habitantes de las ciudades con alta densidad de población ‒destaca Koiji Terada‒, asegurar que las señales no se reflejan en los grandes rascacielos y que llegan a los usuarios de zonas montañosas” de las diferentes islas del Archipiélago. Pero se requiere un mínimo de siete satélites para que el sistema QZSS sea todavía más preciso y funcione de manera independiente del GPS, lo que se aspira a conseguir lo más pronto posible. 

El consejero de la Secretaría de Política Espacial Nacional del Gabinete del primer ministro de Japón, el coronel del Aire Shinichiro Tsui, subraya que la constelación QZSS es “vital” para la soberanía de Japón. Un ejemplo es que, para alertar a la población de amenazas graves, terremotos, tsunamis o cualquier tipo de desastres y emergencias, en abril de 2024 comenzó a funcionar el código J-Alert, que previene del posible impacto de misiles balístico. Y para difundir instrucciones de evacuación se instituyó el código L-Alert. También se puso en marcha una notificación de autenticación de señales, que verifica si el mensaje que recibe el usuario es fiable y seguro.  

Constelación posicionada sobre Japón que alcanza hasta Oceanía

La red QZSS de alcance regional complementa y mejora la cobertura y precisión de la constelación GPS, con soluciones y aplicaciones adaptadas a las necesidades concretas de los países del Indo-Pacífico. Para conseguirlo, la red cuenta en Japón con cuatro estaciones terrestres de verificación y seguimiento y otras cinco en el exterior de la nación, en Bangalore (India), Bangkok (Tailandia), Canberra (Australia) y en las islas norteamericanas de Hawái y Guam, en el océano Pacifico,   

Imagen que recoge la preparación para el lanzamiento del cohete H3 en la base espacial de Tanegashima, la cuna de los despegues de los principales cohetes de Japón - PHOTO/JAXA
Imagen que recoge la preparación para el lanzamiento del cohete H3 en la base espacial de Tanegashima, la cuna de los despegues de los principales cohetes de Japón - PHOTO/JAXA

Todos los satélites no están en orbitas geoestacionarias, es decir, no siempre ocupan una misma posición respecto de la superficie de la Tierra. Varios de ellos se mueven dibujando en el espacio una trayectoria con forma de ocho (8), que cubre tanto Japón como Extremo Oriente y buena parte de Australia y Nueva Zelanda. Esa disposición facilita que las instituciones públicas y privadas niponas y de terceros países de la zona utilicen las señales QZSS para múltiples aplicaciones, entre ellas la conducción y navegación automática de vehículos autónomos, el transporte por carrera, marítimo, aéreo, por ferrocarril y para el movimiento de robots.  

El cohete japonés que ha encaminado con éxito al Michibiki-6 a sumarse a la constelación QZSS es el quinto de la serie H3, un vector de lanzamiento con dos etapas de propulsión desechables, es decir, no reutilizables. Su despegue inaugural el 7 de marzo de 2023 terminó en un rotundo fracaso a poco más de 14 minutos de despegar. Su perdida también provocó la destrucción del satélite de observación de tecnología radar ALOS-3 de 3 toneladas que trasladaba al espacio. 

Los técnicos de la sala de control de vuelos de la JAXA van a estar muy ocupados con los cinco vuelos del H3 previstos para 2025 y los contratados por el operador Eutelsat y la Agencia Espacial de Emiratos para los años siguientes - PHOTO/JAXA
Los técnicos de la sala de control de vuelos de la JAXA van a estar muy ocupados con los cinco vuelos del H3 previstos para 2025 y los contratados por el operador Eutelsat y la Agencia Espacial de Emiratos para los años siguientes - PHOTO/JAXA

Por fortuna, tras casi un año en dique seco sometido a revisiones y mejoras, los tres siguientes vuelos del H3 a lo largo de 2024 se han saldado de manera positiva. El quinto y último también: la misión Michibiki-6 del 2 de febrero. Así pues, con cuatro éxitos en cinco lanzamientos, el H3 desarrollado por la poderosa multinacional Mitsubishi Heavy Industries (MHI) ha pasado a ser el nuevo caballo de batalla espacial de la JAXA para competir en el mercado global. 

Hasta el momento, el H3 de MHI ya ha recibido dos importantes espaldarazos. El primero por el operador francés de satélites de comunicaciones Eutelsat, que en septiembre pasado contrató varias misiones para lanzar a partir de 2027 su nueva generación de satélites OneWeb. El segundo fue en octubre, cuando la Agencia Espacial de la Unión de Emiratos Árabes anunció que en 2028 confiaba al H3 su sonda científica con destino al cinturón de asteroides. Para lo que resta de 2025, la JAXA tiene programadas cinco misiones del H3, una de ellas es el vuelo inaugural de la astronave de carga automática no tripulada HTV-X con destino a la Estación Espacial Internacional.