Elecciones europeas 2024: elegir entre la guerra y la paz

Parlamento Europeo - PHOTO/PIXABAY
En los 27 Estados miembros de la UE, las elecciones para elegir a los 720 diputados al Parlamento Europeo (PE) tendrán lugar del 6 de junio al 9 de junio de 2024. Estas elecciones se celebran cada cinco años  
  1. La UE entre el euroescepticismo y el eurooptimismo 
  2. Diferenciación en el espectro político de derechas 
  3. Reducir la edad de voto a 16 años  
  4. La política de ampliación de la UE 
  5. La UE entre la guerra y la paz 
  6. Elección del presidente de la Comisión Europea - Falta de liderazgo visionario 

El reparto de eurodiputados por países es el siguiente: Alemania (96), Francia (81), Italia (76), España (61), Polonia (53), Rumanía (33), Países Bajos (31), Bélgica (22), Grecia (21), República Checa (21), Suecia (21), Portugal (21), Hungría (21), Austria (20), Bulgaria (17), Dinamarca (15), Finlandia (15), Eslovaquia (15), Irlanda (14), Croacia (12), Lituania (11), Eslovenia (9), Letonia (9), Estonia (7), Chipre (6), Luxemburgo (6) y Malta (6). Por consiguiente, seis países dominan en términos de representación: Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Rumanía. 

El Parlamento Europeo está formado por siete grupos políticos: el Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo (S&D), el Grupo Renovar Europa (Liberales), el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, el Grupo Identidad y Democracia y el Grupo de la Izquierda en el Parlamento Europeo - GUE/NGL. 

Aproximadamente 400 millones de votantes tienen derecho a votar, y su elección marcará el rumbo de la UE durante los próximos cinco años. En los últimos años, los partidos de derecha y extrema derecha han ganado peso en la UE, y es probable que este giro a la derecha se refleje en la futura composición del Parlamento Europeo. Algunos partidos de extrema derecha se asocian con Rusia y su influencia. Históricamente, eran los partidos de izquierda los que tenían vínculos con Moscú, pero en el clima político actual, es la extrema derecha. La omnipresente corrupción rusa se ha infiltrado profundamente en las instituciones de la UE. El interés de los votantes por las elecciones es significativamente mayor que hace cinco años. Entre las principales prioridades de los ciudadanos de la UE figuran la lucha contra la pobreza, el apoyo a la sanidad pública, la consecución de la independencia energética, la creación de nuevos puestos de trabajo, la garantía de la seguridad del abastecimiento alimentario, la resolución de los problemas de migración y asilo y el mantenimiento de una defensa y seguridad eficaces. 

Las elecciones al Parlamento Europeo de este año son excepcionalmente importantes. Simultáneamente, se están celebrando elecciones en Estados Unidos, que ponen a prueba la alianza euroatlántica. La identidad del próximo presidente estadounidense es de crucial importancia para la UE. La cuestión sigue siendo si prevalecerán las democracias abiertas y libres. Europa debe dar prioridad a la defensa y la protección como tareas fundamentales. La UE sigue manteniendo sus obligaciones internacionales, (re)posicionándose en las relaciones internacionales y determinando quién entra en Europa y en qué condiciones. 

Imagen de votación – PHOTO/JENS BUTTNER/DPA/dpa Picture-Alliance vía AFP

La UE entre el euroescepticismo y el eurooptimismo 

Después de cada mandato de cinco años en las instituciones de la UE, se observa un notable aumento del euroescepticismo. La UE no está dirigida por políticos de primera fila, lo que se pone de manifiesto en los candidatos al Parlamento Europeo y, posteriormente, en la composición de la Comisión Europea. 

Estas elecciones al PE son cruciales, ya que marcarán el rumbo de la UE, determinando si los soberanistas, los federalistas o las confederaciones ganan fuerza o si la UE sigue una dirección diferente. En ello influirán significativamente los Estados miembros receptores netos de fondos del presupuesto de la UE (Estados que reciben más del presupuesto de la UE de lo que aportan). Las próximas elecciones de la UE, en medio de las actuales circunstancias e intereses geopolíticos y geoestratégicos, tienen un peso añadido.  

La Administración de la UE está dirigida por tecnócratas y funciona como un aparato totalmente burocratizado. Incluso funcionarios no elegidos deciden sobre el destino de los Estados. El Parlamento Europeo es la única institución elegida directamente mediante un proceso democrático. Las políticas destructivas emanan de determinados Estados miembros o grupos de Estados miembros de la UE.  

Con la salida del Reino Unido, peligra la posición de Alemania frente a Francia, ya que sus relaciones mutuas no se encontraban en un nivel tan bajo desde hacía mucho tiempo. 

Diferenciación en el espectro político de derechas 

Durante la crisis financiera, se produjo una notable diferenciación dentro del espectro político de izquierdas, separando a los partidos socialdemócratas y socialistas tradicionales de la extrema izquierda, ejemplificada por partidos como Syriza en Grecia. 

El Partido Popular Europeo (PPE), siendo el mayor grupo político del Parlamento Europeo, está experimentando un proceso de diferenciación entre los partidos conservadores y democristianos tradicionales, y la extrema derecha. Este proceso dará lugar a un cambio en la dinámica de poder entre los grupos políticos del Parlamento Europeo. 

Los analistas creen que las próximas elecciones al Parlamento Europeo estarán marcadas por un enfrentamiento entre los llamados “sorosoides” y “orbanoides”, en referencia a los partidos políticos que se inspiran y apoyan en George Soros y Viktor Orban, respectivamente. Este enfrentamiento es especialmente frecuente en el sudeste y centro de Europa. La creciente división entre los Estados miembros de la UE, que favorece a unos y margina a otros, representa un claro peligro. Es imperativo que los Estados miembros de Europa del Este asuman papeles más significativos dentro de las instituciones de la UE; de lo contrario, la UE será vista como un club exclusivo de la “Europa occidental”. 

Banderas de la Unión Europea - PHOTO/FILE

Reducir la edad de voto a 16 años  

Reducir la edad mínima para votar ampliaría el número de votantes, lo que aumentaría la legitimidad de las elecciones y de los representantes electos, ya que serían elegidos por un electorado más amplio. Sin embargo, la reducción de la edad de voto, y en consecuencia la ampliación de la base de votantes, no se traduce necesariamente en un aumento de la participación electoral (el porcentaje de votantes con derecho a voto que realmente emiten su voto en las elecciones). Rebajar la edad de voto a los 16 años propuestos para adquirir el derecho de voto y “ampliar” el electorado puede dar lugar a un aumento general del número de votantes. 

Países como Austria, Bélgica, Malta y Alemania ya han concedido el derecho de voto a los jóvenes de 16 años. Grecia ha establecido un límite de edad similar, 17 años. Escocia ya permitió a los jóvenes de 16 años participar en el referéndum de 2014 sobre la independencia de Escocia. Sin embargo, todavía hay muchos países de la UE que prohíben a los menores de 18 años votar en las elecciones al Parlamento Europeo. 

En el siglo XXI, la edad sigue siendo uno de los pocos criterios, junto con la ciudadanía y/o la residencia, que limitan el derecho de voto activo y pasivo. La discriminación por diversos motivos, entre ellos la edad y la nacionalidad, está prohibida en la Unión Europea. El derecho de voto es un derecho humano político fundamental, inalienable e intransferible, por lo que cualquier limitación al mismo debe estar plenamente justificada. 

La infrarrepresentación de los votantes jóvenes repercute negativamente en la calidad de la toma de decisiones en los órganos representativos locales, nacionales y europeos, ya que a menudo se centran excesivamente en cuestiones del pasado en lugar de en asuntos de desarrollo futuro. Por lo tanto, la reducción propuesta de la edad de voto a 16 años contribuiría a una influencia más equilibrada de las distintas generaciones en la toma de decisiones locales, nacionales y europeas. Es hora de dar los pasos necesarios, rebajar el umbral electoral y permitir a los jóvenes opinar sobre la configuración de su futuro en el presente. 

La política de ampliación de la UE 

La política de ampliación de la UE ha dado un nuevo impulso a la integración. Históricamente, la ampliación de la UE ha sido impulsada a menudo por las crisis. 

La invasión rusa de Ucrania brinda a la UE la oportunidad de poner en marcha mecanismos acelerados de ampliación. Sin embargo, esto depende de la voluntad política de la UE de incluir a los países de los Balcanes Occidentales entre sus miembros, ya que existe un riesgo tangible de que estos países puedan gravitar hacia otras esferas de interés e integraciones. El entusiasmo por la adhesión a la UE ha decaído en los Balcanes Occidentales, y han empezado a surgir alternativas a la adhesión a la UE debido a las pasadas políticas de la UE en la región. Estas políticas se han caracterizado por diversas formas de condicionamiento, coacción y humillación y nunca han sido realmente sinceras. La población de los Balcanes Occidentales se resiste firmemente a este tipo de trato por parte de la UE. Si las prioridades de la ampliación de la UE se centran en Ucrania o incluso incluyen a Moldavia y Georgia, dejando de lado a los Balcanes Occidentales, supondría una derrota de la visión europea en la región y plantearía el riesgo de perder definitivamente los Balcanes Occidentales para la UE. Preocupa especialmente la percepción entre la población de los Balcanes Occidentales de que la UE, principalmente una «Europa católica», no quiere como miembros a países con población predominantemente ortodoxa o musulmana. 

La UE entre la guerra y la paz 

La precursora de la UE fue la Comunidad del Carbón y del Acero, creada inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial como proyecto de paz con una base euroatlántica. Con el tiempo, ha habido una evolución cualitativa y cuantitativa hasta convertirse en la Comunidad Económica Europea, más tarde en la Comunidad Europea y ahora en la Unión Europea. 

Es crucial reconocer que ambas guerras mundiales comenzaron en Europa, lo que subraya la importancia primordial de la paz en la UE. Esta importancia se ha puesto especialmente de relieve tras la invasión rusa de Ucrania y los conflictos en Gaza. ¿Será Europa un continente de guerra o un continente de paz? La respuesta a esta pregunta dependerá en gran medida del resultado de las próximas elecciones europeas. 

Elección del presidente de la Comisión Europea - Falta de liderazgo visionario 

Una de las principales tareas que aguardan a los recién elegidos diputados al Parlamento Europeo es la selección del presidente de la Comisión Europea. 

Los partidos políticos representados en los siete grupos parlamentarios del Parlamento Europeo han designado un candidato cada uno para el cargo de presidente de la Comisión Europea. Estos candidatos incluyen actualmente a Walter Baier (Izquierda Europea), Sandro Gozi (Renew Europe), Ursula von der Leyen (Partido Popular Europeo), Terry Reintke (Partido Verde Europeo) y Nicholas Schmit (Partido de los Socialistas Europeos). 

La actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aspira a la reelección, pero puede que haya llegado el momento de que un candidato de Europa del Este asuma ese cargo. Los líderes de los 27 Estados miembros de la UE, que forman el Consejo Europeo, estudiarán los resultados de las elecciones y después designarán al candidato cuyo nombre se proponga al Parlamento Europeo. Los grupos políticos del Parlamento de la UE podrían utilizar el sistema de candidatos principales, conocido como Spitzenkandidat, como hicieron en 2014. Según este principio, cada grupo propone un candidato presidencial antes de las elecciones, y el grupo que obtiene más escaños recibe el mandato de elegir al presidente de la Comisión Europea. No se descarta que el nuevo presidente de la Comisión Europea sea alguien que no haya sido Spitzenkandidat, como ocurrió en las anteriores elecciones europeas. 

Los analistas creen que las próximas elecciones europeas son decisivas para el futuro de la UE. Sin una reforma integral, la UE no podrá sobrevivir a largo plazo ni superar su crisis interna. El enfoque actual para dirigir la UE está anticuado. La cuestión de los inmigrantes y la política de asilo no debe sembrar la discordia en la UE, sino servir de catalizador para la unidad en la búsqueda de soluciones adecuadas. Una política exterior y de defensa unificada es indispensable para que la UE siga evolucionando. A pesar de los retos, la UE sigue siendo un destino atractivo para vivir, como demuestran los numerosos emigrantes que aspiran a hacer de la UE su nuevo hogar para vivir y trabajar, y que se han convertido en una de las principales fuentes de inmigración. 

IFIMES - Instituto Internacional de Estudios sobre Oriente Medio y los Balcanes, con sede en Liubliana, Eslovenia, tiene un estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas ECOSOC/ONU en Nueva York desde 2018, y es el editor de la revista científica internacional “Perspectivas Europeas”