La esperada conversación entre Trump y Putin concluye sin avances
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mantenido una inusual y prolongada conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en un intento por poner fin a la guerra en Ucrania. A pesar del tono amistoso y declaraciones públicas llenas de elogios mutuos, la conversación no produjo avances significativos hacia la paz.
Trump, quien ha sostenido que la única vía realista para resolver el conflicto es mediante un diálogo directo con Putin, describió la llamada como un intercambio con un “tono y espíritu excelentes”. En su red Truth Social, añadió que Rusia mostró interés en un “comercio a gran escala” con Estados Unidos una vez que termine lo que calificó como “esta catastrófica masacre”. Sin embargo, en términos concretos, aceptó posponer cualquier alto el fuego hasta después de nuevas negociaciones, una concesión vista por muchos como una cesión indirecta a la postura rusa.
Putin, por su parte, elogió públicamente la llamada, calificándola de “significativa y bastante
franca”, y agradeció a Trump su impulso a las negociaciones. Aun así, no ofreció un apoyo claro al alto el fuego propuesto, limitándose a afirmar que “lo principal para nosotros es eliminar las causas profundas del conflicto”. Estas declaraciones indican que el Kremlin sigue firme en sus exigencias, incluyendo una mayor cesión de territorio ucraniano, una línea roja para Kiev.
Por otro lado, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski declaró haber hablado dos veces con Trump el mismo lunes: una antes de la llamada con Putin, y otra durante una videoconferencia con líderes de la OTAN. Según sus palabras, reafirmó que Ucrania está lista para implementar “un alto el fuego total e incondicional”. Sin embargo, la negativa rusa a detener los ataques —incluidos los recientes bombardeos con drones contra territorio ucraniano— refuerza la percepción de que Moscú aún no quiere detener la guerra.
Zelenski también expresó en redes sociales que, si Rusia no cede, deberían aplicarse sanciones más duras contra Moscú. “Presionar a Rusia la impulsará hacia una paz verdadera; esto es evidente para todo el mundo”, explicó.
El Vaticano, a propuesta del nuevo papa León XIV, ha surgido como posible sede de futuras conversaciones de paz. Trump respaldó esta opción, al igual que el gobierno italiano. La llamada del lunes se produce tras conversaciones directas entre delegaciones rusas y ucranianas en Estambul la semana pasada, donde se acordó un intercambio de prisioneros —1.000 por cada lado— pero no se logró pactar una tregua.
La presión internacional también está en aumento. Líderes de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia hablaron el domingo con Trump, instando a Putin a “tomar en serio” las conversaciones de paz.
El presidente francés Emmanuel Macron pidió a Rusia aceptar “mañana mismo” un alto el fuego incondicional de 30 días, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha amenazado con más sanciones contra Rusia, reiteró el apoyo del ejecutivo de la Unión Europea a Zelensky "para lograr una paz duradera en Ucrania".
En medio de esta situación, Trump ha sido criticado por su postura considerada complaciente hacia Putin. Mientras exige sacrificios a Ucrania, parece ofrecer concesiones implícitas a Moscú. En este sentido, el vicepresidente estadounidense J. D. Vance expresó su frustración por el ritmo de las negociaciones, recordando que Rusia sigue pidiendo que Ucrania entregue más territorio, una condición que bloquea cualquier posible acuerdo.
La violencia, mientras tanto, continúa. El domingo, Rusia bombardeó zonas residenciales en Jersón, matando a una mujer de 75 años e hiriendo a otras dos personas, según informes del ayuntamiento local
A más de tres años del inicio de la invasión rusa a gran escala, la guerra en Ucrania sigue sin un horizonte de paz claro. Aunque la llamada entre Trump y Putin puede marcar un punto de inflexión simbólico, la falta de resultados tangibles y la firmeza de Moscú en sus exigencias siguen siendo grandes obstáculos para lograr la paz.