Francia condena la expulsión de sus funcionarios de Argelia como una decisión “incomprensible”

Banderas de Argelia y Francia - PHOTO/ARCHIVO
Francia aún no ha anunciado medidas concretas, pero se espera una respuesta diplomática en los próximos días
  1. Verano de 2024, el principio del fin

A pesar de los intentos de reconciliación del pasado mes de abril, las relaciones diplomáticas entre Argelia y Francia atraviesan uno de sus momentos más críticos en décadas. Tras la decisión del Gobierno argelino de Abdelmadjid Tebboune de expulsar a 15 diplomáticos franceses de Argelia, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, calificó la medida como “brutal” e “incomprensible”, y anunció que Francia responderá “de manera inmediata, firme y proporcionada”. 

“No está en el interés ni de Francia ni de Argelia que esta relación continúe deteriorándose. Francia ha cumplido con sus obligaciones diplomáticas y espera lo mismo de sus interlocutores”, ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot. Según el propio ministro, las relaciones están “congeladas”, tal y como señaló en una entrevista al medio francés Le Monde. 

Momentos más tarde, en una rueda de prensa, Barrot expresó su desconcierto: “Es una decisión que no tiene justificación ni desde el punto de vista diplomático ni desde el de la cooperación bilateral. Reiteramos nuestra voluntad de mantener canales abiertos, pero no podemos quedarnos sin reaccionar ante una agresión a nuestros intereses”. 

El ministro francés para Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot - REUTERS/ABDUL SABOOR 

La decisión no ha pillado por sorpresa a las autoridades francesas, puesto que estas nuevas expulsiones llegan semana después de que Argel, a través de fuentes oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores, confirmaran la posición como persona non grata a 12 de los 15 funcionarios expulsados, todos ellos pertenecientes a la cartera del Ministerio del Interior. A todos ellos, sin excepción, el Ejecutivo argelino les ha dado 48 horas para abandonar el país. 

De hecho, la decisión se le comunicó días antes al encargado de negocios de la embajada francesa en Argel, tras una convocatoria oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino. 

Son innumerables los reproches y los motivos por los cuales la desconfianza es mutua. La primera vez que Francia recibió diplomáticos expulsados de Argel obtuvo como respuesta argelina que se trataba de una respuesta a la detención de un agente consular, que degeneró en el llamado a consultas del embajador francés en Argelia, Stéphane Romatet. 

Los contactos en entre ambos Gobiernos estaban mejorando gracias a los intentos de reconciliación protagonizados por Emmanuel Macron, presidente de Francia y su homólogo argelino Abdelmadjid Tebboune; pero no han logrado cumplir los objetivos: estabilidad y una relación que se base en la confianza.  

El presidente francés, Emmanuel Macron - REUTERS/ STEPJANIE LECOCQ

Según la agencia estatal argelina APS, Argelia reclama el “repatriamiento inmediato” de todos los funcionarios franceses nombrados “en condiciones irregulares”, argumentando que no se respetaron los procedimientos diplomáticos habituales como las notificaciones oficiales o las solicitudes de acreditación correspondientes. 

Por otro lado, las autoridades argelinas han señalado que Francia estaría bloqueando procesos de acreditación para dos cónsules generales, concretamente los de París y Marsella, desde hace más de siete meses. Y algunas informaciones de APS indican que pueden ser hasta siete más los cónsules que estarían a la espera, desde hace más de cinco meses. 

Verano de 2024, el principio del fin

30 de julio de 2024 en Rabat, el Rey de Marruecos, Mohammed VI, recibió a Emmanuel Macron, en una cita que cambiaría el contexto político del Magreb, ya que marcaría el inicio del reconocimiento de Francia del Plan de Autonomía para el Sáhara Occidental propuesto por Marruecos en 2007. 

Un hecho que marcó un antes y un después para Argelia y, sobre todo, para el Frente Polisario, organización terrorista patrocinadora de la RASD y financiada por Argelia. Tras esto, el Ejecutivo argelino retiró de inmediato al embajador argelino en París y comenzó una guerra institucional a través de la toma de medidas hostiles. 

Una de las más sonadas fue la detención del escritor franco-argelino, Boualem Sansal, acusado de “atentar contra la integridad territorial” del país. Pero con la llegada del nuevo año, las tensiones escalaron. Francia comenzó el año con la solicitud de expulsión de influencers argelinos, demanda que las autoridades argelinas rechazaron.

El rey de Marruecos, Mohammed VI, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se estrechan la mano en Rabat, Marruecos, el 28 de octubre de 2024 - PHOTO/ Agencia de Noticias Marroquí Distribuido vía REUTERS

Otro punto de fricción ha sido la negativa de Argelia a aceptar la repatriación de sus nacionales con órdenes de expulsión vigentes en territorio francés (OQTF), situación que París considera insostenible desde el punto de vista migratorio y jurídico. 

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con inquietud el deterioro de las relaciones entre Argel y París, temiendo que este conflicto diplomático tenga efectos colaterales en áreas como la cooperación antiterrorista, la gestión migratoria o la seguridad en el Mediterráneo.