Gustavo de Arístegui: “Trump no es un negociador, es un negociante, y el mundo va a pagar las consecuencias”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostiene una orden ejecutiva firmada sobre aranceles, en el jardín de rosas de la Casa Blanca en Washington, D.C., EE. UU., el 2 de abril de 2025 - REUTERS/ LEAH MILLIS
El diplomático español pasó por los micrófonos del programa “De cara al mundo” y analizó la imposición global de aranceles del Gobierno de Donald Trump

En la última entrega de “De cara al mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de Gustavo de Arístegui, diplomático y analista internacional, quien hizo un repaso sobre las consecuencias económicas a nivel internacional de la aplicación de las nuevas políticas arancelarias que anunció el Gobierno norteamericano, y que afectarán a todo el mundo. 

Señor Gustavo de Aristegui, hablemos de Trump y del shock internacional que ha causado la nueva política arancelaria que se va a aplicar a todos los países del mundo. 

Podríamos resumir las medidas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una sola palabra: estupefacción. Es dejar estupefacto, al contrario, al aliado con el que se sienta a negociar, para dejarlo totalmente fuera de equilibrio y plantearle cuestiones que jamás se habría aceptado de otra manera. 

Dicho esto, voy a citar a un amigo mío que me decía que Trump se presenta a sí mismo como un negociador y en realidad es un negociante y no es lo mismo. Y me parece muy brillante la diferencia. Todo esto que estamos viendo es más de negociante que de negociador. 

Un negociador no plantea una negociación para ver si en un 100 a 0 me puedo quedar en un 90 a 10, porque eso no va a ocurrir. El comercio mundial es una cuestión extraordinariamente delicada, hasta el punto, que países opuestos a lo que podíamos llamar el orden liberal o la estabilidad mundial o que intentan perturbar la paz, el orden y la estabilidad en el mundo en diferentes partes del planeta, pero cuando se refiere al comercio internacional hacen lo imposible por estar en la norma porque saben que cualquier cuestión que signifique un desvío mínimo de una cierta ortodoxia, los primeros afectados van a ser ellos. Y eso significa que, por ejemplo, el mercado internacional te deja fuera. 

Países que son extraordinariamente desestabilizadores, como por ejemplo Irán, saben qué efecto tiene eso cuando dejan tu petróleo fuera del mercado internacional. Pero en los peores momentos de los embargos petroleros contra Irán, todos los demás bienes que Irán ha ido exportando al mundo, alfombras antiguas o nuevas, o caviar, por ejemplo, que se anuncia incluso en grandes almacenes españoles, no ha tenido la más mínima perturbación hasta ahora. Y esto quiere decir que el comercio internacional es un enfermo potencial terminal. 

Si no se le hace exactamente el tratamiento que precisa, la inestabilidad se puede instalar en el comercio internacional, en la economía y en la geoeconomía durante mucho tiempo. Acabo con una frase y un comentario a esta parte. No olvidemos que, aunque duren cuatro o cinco meses los aranceles hasta que se llegue a un hipotético acuerdo entre Trump y sus contrapartes, los efectos que empezarán a sentirse y durarán muchos años porque se tarda mucho más en revertir los efectos negativos de una guerra arancelaria y de barreras no arancelarias. 

Fábrica de chips en China - PHOTO/ARCHIVO

Gustavo, aquí el señor Trump, socios, aliados, amigos, enemigos, regulares, pero si se analiza bien la situación, el principal objetivo de Trump es China y aquellos países, como por ejemplo Vietnam, que China utiliza para exportar a Estados Unidos. 

Sin duda ninguna, el problema está en que está aplicándole aranceles absolutamente desmesurados a países que son aliados como buena parte de la Unión Europea, a países iberoamericanos que han formado parte de la densa red de intereses económicos que relaciona o que establece conexiones profundísimas entre los Estados Unidos e Iberoamérica o países de Asia. No olvidemos que hay cuestiones que son incomprensibles. 

Tú puedes, sin ninguna duda, proteger a cierta parte de tu industria, pero imponer, por ejemplo, aranceles a la industria del aluminio que Estados Unidos prácticamente no tiene, ¿qué va a hacer? ¿Montarla? ¿Y cuánto tiempo se tarda en montar una industria del aluminio en Estados Unidos? ¡Años! Y, en consecuencia, ¿a quién estás perjudicando? A tus propios consumidores de acero y aluminio extranjero. 

Esta misma mañana en la BBC estaba yo escuchando el comentario desesperado de unos pequeños empresarios en el medio este americano y estaban diciendo que ellos tenían que comprar componentes en acero de países de Europa y del este de Asia y que al mismo tiempo compraban componentes hechos con acero. El hombre señalaba que a unos le aplicarán el 30, a otros el 24, pero hay componentes que tienen las dos y, en consecuencia, voy a pagar por esos componentes para construir automóviles, motos o componentes y me sobreprecio del 54 % y me sacan del mercado. Y este era un americano. Esta es la consecuencia real del problema. 

Planta Great Lakes Works United States Steel en River Rouge, Michigan, EE. UU. - REUTERS/REBECCA COOK

¿La economía americana aguantará este envite? ¿El equipo de Trump gestionará el tsunami que ha provocado? Bueno, es que estamos viendo ya las consecuencias en la bolsa. 

A mí hace ya un mes un importante empresario español, justamente, quizá el empresario español que en puestos más importantes ha tenido las multinacionales del automóvil y no es en quien estamos pensando, no soy de Renault, es uno que estuvo en Ford y en Valeo y después en Federal Mobile, gran amigo mío que vivo hoy en Londres, me decía que había una rebelión sorda que estaba creciendo en volumen entre los empresarios más importantes de Estados Unidos, casi todos ellos republicanos y casi todos ellos contribuyentes en la campaña de Trump, diciendo que se estaban llevando las manos en la cabeza porque los vaivenes constantes en sus políticas económicas, hoy le pongo 20 % a México, mañana se lo quito, hoy le pongo 20 % a Canadá, mañana se lo quito, olvidando, por ejemplo, que Canadá proporciona el 60 % del petróleo extranjero importado que consumen los Estados Unidos de América. 

Con lo cual, ¿quién se está pegando el tiro en la cabeza de quién? En cuanto estos señores dicen que me están mermando la fortuna, en algunos casos hasta el 50 %, incluso tu aliado Elon Musk ha visto como Tesla ha perdido el 50 % de su valor, quizá más, porque no he visto los informes de la Bolsa de Nueva York en las últimas 48 horas, pero estaba en más del 50 % de pérdida de valor real. 

Por tanto, su fortuna, fundada esencialmente en su participación en las empresas que ha puesto en marcha, se ha visto muy afectada. Pero además de esto, no olvidemos que Estados Unidos va a perder cuota de mercado en muchas partes del mundo, porque al imponer aranceles de represalia a los países a los que se les ha sometido a esta tortura económica y comercial hoy, estos países van a dejar de suministrarle en efecto sus propios bienes a Estados Unidos, pero lo que es más importante es que van a dejar de comprar bienes estadounidenses. 

Hay países donde, por ejemplo, los coches estadounidenses son extraordinariamente populares, en Asia, en Oriente Medio, todos estos países, muchos de los cuales se les han impuesto aranceles del 30, del 40, del 50 %, son países que automáticamente van a dejar de comprar vehículos estadounidenses porque tendrán unos aranceles equivalentes. 

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, saluda al CEO de Tesla y propietario de X, Elon Musk - REUTERS/BRIAN SNYDER

¿Qué papel tiene en los aranceles el hecho de que las grandes multinacionales hayan derivado sus fábricas a países del sudeste asiático, donde la mano de obra es más barata? 

En el momento que un país que ha vivido de cuestiones tan importantes como la importación de talento internacional para sus universidades, centros de investigación y empresas más punteras, un país que se ha hecho próspero y rico porque ha exportado tecnología y ha hecho desplazarse los sectores económicos a países donde la producción y la mano de obra son más baratas y quedándose con la parte que es mucho más productiva y mucho más beneficiosa en términos monetarios como es el diseño, la distribución, la concepción o la ingeniería. 

Y ahora lo que quiere es reimportar, es decir, estamos volviendo a los temores de la pandemia cuando en efecto muchos países como China, por ejemplo, de una manera egoísta, se quedaban las vacunas, las mascarillas, los trajes EPI, etcétera, y todos nos estaban diciendo que teníamos que replantearnos esta historia de las cadenas de suministro y de cómo aquellos países a los que les hemos confiado nuestra industria menos productiva, cuando llegan mal dadas se quedan con la producción de cuestiones absolutamente imprescindibles. 

Y no olvidemos que Estados Unidos es un productor fundamental de materias primas, no sólo es una potencia industrial, Estados Unidos es una potencia minera que produce muchísimas cosas, desde carbón a minerales de carácter estratégico, petróleo, gas, etcétera. 

Todo esto se verá seriamente afectado, sin olvidar, por ejemplo, que no hay un país del planeta en un bar o restaurante o hotel que se considere digno de tal nombre, en el que no haya dos, tres o cuatro marcas de cerveza americana, de whiskies americanos, de productos americanos en general. 

Laboratorio - PHOTO/PIXABAY

Y, por último, la Unión Europea utiliza un subterfugio que a mí me parece muy poco ético, si se me permite esta expresión. No olvidemos que la Organización Mundial del Comercio tiene vetadas las barreras no arancelarias que no tengan un carácter estrictamente fitosanitario. 

Y cuando los Estados Unidos aprueban, por ejemplo, las cosechas transgénicas o que las carnes en Estados Unidos puedan ser tratadas con hormonas o con antibióticos, eso obviamente en Europa no está permitido, pero no es estrictamente una barrera fitosanitaria, en consecuencia, solo es una cuestión de legislación interna, pero que podías muy bien contornear, pero sin embargo lo que es evidente es que para evitar la importación de carnes estadounidenses que tienen estos dos problemas, los antibióticos y las hormonas, se les impone unos aranceles del 54 %, que son de facto unas barreras no arancelarias. 

Y a eso se agarran, pero claro, es lo menos, porque la media de los aranceles europeos a productos americanos, en todas las categorías conjuntamente, y hecha una media racional, es del 2,7 %. Esta es la realidad. Y, por último, un comentario político. 

Lo que no se puede permitir es que fuerzas políticas españolas, europeas, se pongan del lado de quien está imponiendo a tus productores, a tus agricultores, a tus ganaderos, unos aranceles que son ruinosos. Y en ese sentido, los comentarios del líder de Vox no tienen ningún sentido. Este ha confundido que las elecciones se ganan en Toledo, Ohio, y no en Toledo, Castilla-La Mancha, como muy brillantemente decía Carlos Herrera el viernes en su programa matinal. 

Santiago Abascal, líder de VOX - PHOTO/ARCHIVO

Te quería plantear, con cierta ironía, pero se nos va el tiempo que al menos Trump ha conseguido que el gobierno de Pedro Sánchez llame al PP para negociar algo y estudiar medidas conjuntas. Para terminar, Gustavo, Marco Rubio en la reunión de ministros de defensa de la OTAN, afirma, “Estados Unidos permanecerá en la alianza, pero con unos aliados que gastan un 5 % de su PIB”. Creo que es una cuestión importante que no debemos dejar pasar. 

No, en absoluto. Lo hemos hablado muchas veces en tu programa, y personalmente la cuestión de la inmoralidad, si me permites que la califique así, es una verdadera inmoralidad que países como España, Italia u otros, otros que incluso se consideran neutrales, pero eso sí, bajo la protección muy cómoda de los Estados Unidos, me refiero, por ejemplo, a Irlanda, que no olvidemos que nadie se está hablando de esta cuestión, pero es extraordinariamente importante desde el punto de vista ético internacional. Un país que se empeña en solo gastar para su propia defensa, que es la defensa colectiva, incluso la de Estados Unidos, porque en efecto defender el flanco sur de la OTAN es defender a Estonia, a Suecia, a Finlandia y a Noruega. No solo a España, no solo a Portugal, no solo a Francia o Italia. 

El 1,2 % y un gasto militar que llega escasamente a los 18.000 millones de euros, 18.000 millones de euros para un país como España, que tiene real, un PIB de en torno a 2 billones españoles, trillones americanos, no tiene ni pies ni cabeza. Y, en consecuencia, España, Italia y otros asumen un compromiso real con la defensa colectiva, que no solo es el gasto de defensa, es la mentalidad, es aprender cultura de defensa, aprender la importancia y que la guerra moderna no se combate con carros y con aviones, es que se combate con otras cosas, pero sobre todo con carros y con aviones. 

No se puede defender el territorio de un país con casi 4.000 kilómetros de costa, si incluimos las islas, como es el caso de España, sin una armada, sin submarinos, sin portaaviones, no se puede defender sin aviación de caza, no se puede defender, es decir, si creemos que vamos a sustituir importantes aviones de caza que son en efecto elementos muy caros que pueden costar en torno a 100 millones de euros cada uno por drones y por guerra electrónica, no sabe de lo que está hablando.