Pedro Sánchez y el húngaro Víktor Orban, las voces discordantes para ReArmar Europa

Los jefes de Gobierno de España y Hungría mantienen discrepancias con el Libro Blanco de Defensa y el plan ReArmar Europa
En su comparecencia ante la prensa tras el Consejo Europeo del 20 de marzo en Bruselas, el presidente Sánchez volvió a reiterar que la palabra rearmar no es de su agrado - PHOTO/Pool Moncloa-Borja Puig de la Bellacasa-Pool UE
En su comparecencia ante la prensa tras el Consejo Europeo del 20 de marzo en Bruselas, el presidente Sánchez volvió a reiterar que la palabra rearmar no es de su agrado - PHOTO/Pool Moncloa-Borja Puig de la Bellacasa-Pool UE
  1. La alemana Úrsula von der Leyen capitanea el rearme
  2. Mecanismos de inversión para impulsar la industria europea de defensa 

El refranero español tiene acuñada la frase “a la fuerza ahorcan” cuando se quiere expresar de manera rotunda que una decisión se acepta de mala gana o se hace algo en contra de la propia voluntad… pero que, sin embargo, no hay más remedio que acatar por exigencias ineludibles.

Lo anterior guarda estrecha relación con el plan ReArmar Europa y con el Libro Blanco de la Defensa de Europa-Preparación para 2030, documentos presentados el 19 de marzo en Bruselas por la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, la ex primera ministra de Estonia Kaja Kallas, junto al comisario de Defensa y Espacio, el ex primer ministro de Lituania Andrius Kubilius.

El Libro Blanco establece un nuevo enfoque para la defensa del Viejo Continente e identifica las necesidades de inversión. En cambio, el plan ReArmar Europa, es un ambicioso programa para reforzar las capacidades de defensa paneuropeas haciendo aflorar nuevas palancas financieras. Ambos trabajos fueron debatidos al día siguiente por los mandatarios de los países de la UE en el Consejo Europeo presidido por el portugués António Costa. 

La Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas (centro), y el comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, detallan el 19 de marzo lo más relevante del Libro Blanco y del plan ReArmar Europa - PHOTO/EU
La Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas (centro), y el comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, detallan el 19 de marzo lo más relevante del Libro Blanco y del plan ReArmar Europa - PHOTO/EU

A la entrada del conclave, el presidente Pedro Sánchez expresó a los periodistas  que “a mí, el término rearme no me gusta en absoluto, no lo comparto”. Y añadió que “tenemos que hablar y dirigirnos a nuestros ciudadanos de otra manera cuando hablamos de la necesidad de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa europeas”. Por sus palabras, daba la impresión que estaba dispuesto a batallar para eliminar tal palabra. 

Pero al salir de la reunión varias horas después, Sánchez volvió a repetir que “no me gusta el término rearmar”. De sus palabras se desprende que el presidente no tuvo éxito en su intento de eliminar el vocablo rearmar. Será porque el Libro Blanco detalla que las naciones europeas se tienen que dotar de sistemas avanzados de artillería para atacar objetivos a larga distancia; proyectiles de grueso calibre, municiones y misiles; de un escudo integrado de defensa aérea frente a aeronaves, misiles balísticos y de crucero y también de sistemas no tripulados capaces de operar de modo autónomo. Se quiera o no, se busque uno u otro eufemismo, lo que se pretende es el ReArmar Europa.

El presidente Sánchez no comparte el término rearmar y quiere dirigirse a los españoles de otra manera al hablar de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa europeas - PHOTO/ Pool Moncloa-Borja Puig de la Bellacasa-Pool UE
El presidente Sánchez no comparte el término rearmar y quiere dirigirse a los españoles de otra manera al hablar de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa europeas - PHOTO/ Pool Moncloa-Borja Puig de la Bellacasa-Pool UE

La alemana Úrsula von der Leyen capitanea el rearme

Así es que, salvo cambios de última hora, al presidente Sánchez que no le queda más remedio que dar su brazo a torcer y volver a practicar el seguidismo, lo que es habitual en la actual política exterior española, dada su muy escasa capacidad de influencia. Lo que desde su punto de vista si tendrá que hacer es tragarse el sapo, uno más de los muchos que acostumbra a engullir por obra y gracia de su incondicional aliado y fraternal compañero de andanzas, el fugado Carles Puigdemont, al que cada vez más a menudo se suman las cohortes de los grupúsculos que le mantienen aupado en el sillón presidencial.

Es evidente que los asuntos de defensa no son temas del agrado de presidente Sánchez, ni a los que haya dedicado el tiempo suficiente a lo largo de sus casi ocho años de estancia en el palacio de la Moncloa. En el marco internacional, lo justo. En el doméstico, se limita a su obligada presencia en los actos castrenses con motivo de la fiesta nacional del 12 de octubre en Madrid. Y, como no, a las video conferencias protocolarias por Navidad, que durante unos minutos mantiene con los jefes de los contingentes militares desplegados fuera de las fronteras españolas: Irak, Letonia, Líbano, Lituania, océano Indico, Rumania, Turquía…

La excepción, alguna rápida visita cada varios años a un despliegue militar en el exterior ¡Ah! No hay que olvidar que preside una o dos veces al año las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional. Y que se cuentan con los dedos de una mano o muy poco más sus muy escasas visitas a acuartelamientos, buques, bases aéreas o instalaciones militares. En ese poco más se incluyen sus nulas reuniones con el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante Teodoro López Calderón, su principal asesor militar desde que el marino ocupó el cargo hace algo más de cuatro años.

El jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón, hasta el día de hoy no ha tenido ocasión de despachar con el presidente Sánchez. En imagen, con su homólogo francés, general Thierry Burkhard - PHOTO/MoD France - CEMA
El jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón, hasta el día de hoy no ha tenido ocasión de despachar con el presidente Sánchez. En imagen, con su homólogo francés, general Thierry Burkhard - PHOTO/MoD France - CEMA

Pudiera ser que, teniendo en cuenta los planes de Bruselas, Sánchez haya convocado al almirante cualquier día de las últimas dos semanas para mantener un despacho en Moncloa. Pero tal reunión no consta en la agenda presidencial. Al parecer, el jefe de Gobierno no ha sentido ni siquiera la curiosidad de conocer por boca del JEMAD los intríngulis del Foro de París de Defensa y Estrategia, al que el almirante López Calderón acudió el 11 de marzo, convocado por su homologo francés, el general Thierry Burkhard, en nombre del presidente Emmanuel Macron. Allí, los máximos jefes militares de las naciones pertenecientes a la UE y la OTAN hablaron del rearme europeo y del posible envío de una fuerza de paz a Ucrania.

Parece razonable que Pedro Sánchez, antes de acudir el 20 de marzo a su encuentro con el resto de mandatarios de la UE para debatir el Libro Blanco de la Defensa y el plan ReArmar Europa, hubiera departido con su directora del departamento de Seguridad Nacional, la general del Aire Loreto Gutiérrez Hurtado. Pero también, y, sobre todo, con el almirante López Calderón, que acumula un conocimiento y una experiencia sin igual. Pues va a ser que no.

El Libro Blanco indica que las naciones europeas se tienen que dotar de sistemas de armas que favorezcan la disuasión. No se habla de compartir tecnologías críticas a bordo de submarinos, que son objeto de soberanía nacional - PHOTO/Armada
El Libro Blanco indica que las naciones europeas se tienen que dotar de sistemas de armas que favorezcan la disuasión. No se habla de compartir tecnologías críticas a bordo de submarinos, que son objeto de soberanía nacional - PHOTO/Armada

Mecanismos de inversión para impulsar la industria europea de defensa 

El paquete de medidas que contiene el plan ReArmar Europa está encaminado a proporcionar a los Estados miembros de la UE los recursos financieros que les permitan dar los impulsos necesarios para favorecer los respectivos presupuestos nacionales de defensa. Ante el supuesto abandono de la ayuda militar que pueda proporcionar la Administración Trump, Bruselas saca a flote mecanismos de inversión para potenciar las capacidades de producción de las industrias de defensa en el continente y poder hacer realidad los sistemas de armas y equipamientos soberanos más críticos y urgentes para incrementar su disuasión.

El Libro Blanco identifica necesidades de inversión para continuar con el apoyo europeo a Ucrania lo más rápido posible. Tal empeño no lo contempla la Hungría de Víktor Orban, que se ha desligado de sus socios comunitarios y rechaza aplicar sanciones a Rusia y ayudas al Gobierno de Zelenski. No obstante, el documento conjunto de Kaja Kallas y Andrius Kubilius hace aflorar el instrumento financiero Rearm, para reforzar la producción de armamento y respaldar con préstamos hasta 150.000 millones de euros a los Estados miembros, pero NO con subvenciones a fondo perdido, como abandera el presidente Sánchez.

El secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, se entrevistó el 13 de marzo en el Despacho Oval con el presidente Trump, acompañado por su vicepresidente, el secretario de Defensa y el consejero de Seguridad Nacional - PHOTO/NATO
El secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, se entrevistó el 13 de marzo en el Despacho Oval con el presidente Trump, acompañado por su vicepresidente, el secretario de Defensa y el consejero de Seguridad Nacional - PHOTO/NATO

Lo que si permite Rearm es hacer uso de la cláusula nacional de escape por un plazo de cuatro años, para poder incluir en los presupuestos nacionales grandes incrementos de gasto. También admite flexibilizar el traspaso de fondos e inversiones desde, por ejemplo, los fondos de cohesión regional hacia el sector de la defensa. Y abre la puerta al Banco Europeo de Inversiones para incrementar su financiación anual a las industrias militares con hasta 2.000 millones. Según Kaja Kallas, “lo que invertimos en defensa refleja el valor que le concedemos, que durante las pasadas décadas no le hemos dado el suficiente valor, por lo que ahora debemos invertir más”. 

La OTAN que, junto con Estados Unidos, ha insistido en la necesidad de elevar los presupuestos de defensa hasta el 2 por ciento del PIB y más allá, ha estado callada en las últimas fechas. Es el caso del secretario general de la Alianza, el holandés Mark Rutte, pero no de su segunda a bordo, la ex ministra de Defensa de Macedonia del Norte, Radmila Shekerinska. Al día siguiente de la presentación en Bruselas del Libro Blanco y del plan ReArmar Europa, Shekerinska compareció ante la subcomisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo y felicitó a los eurodiputados por la iniciativa de la presidenta Von der Leyen de apoyar sin tapujos el aumento de las inversiones en defensa.

Bruselas aspira a que países como India sean beneficiarios de la iniciativa de rearmar Europa. El comisario de Defensa y Espacio, Kubilius, se reunió el 28 de febrero en Nueva Delhi con sus responsables de espacio - PHOTO/Andrius Kubilius X
Bruselas aspira a que países como India sean beneficiarios de la iniciativa de rearmar Europa. El comisario de Defensa y Espacio, Kubilius, se reunió el 28 de febrero en Nueva Delhi con sus responsables de espacio - PHOTO/Andrius Kubilius X

Sobre la cooperación entre la OTAN y a la UE, vicesecretaria general de la OTAN ha expresado que ambas organizaciones son “socios naturales”, que la relación transatlántica sigue siendo “la piedra angular de la seguridad europea”, a la vez que ha subrayado la conveniencia de construir “un pilar europeo más fuerte, dentro de una OTAN fuerte”. Desde su perspectiva, la UE debe “aprovechar su influencia económica” para aumentar la producción de sistema de armas, la innovación y la movilidad militar “de acuerdo con los planes, capacidades y estándares militares de la OTAN”.

En el actual contexto geopolítico de inestabilidad y amenazas procedentes de múltiples direcciones, Radmila Shekerinska se ha mostrado partidaria de “involucrar en las iniciativas de defensa lideradas por Bruselas a aliados no pertenecientes a la UE”, por ejemplo, Australia, Canadá, Corea, India, Japón, Noruega, Turquía y Reino Unido, lo que, curiosamente, cuenta con el apoyo del presidente Sánchez.