Irak: energía y seguridad
- Situación actual
- Buscando soluciones
- Relaciones bilaterales con Estados Unidos: historia y perspectivas
- Proyectos energéticos
- Seguridad como pilar para la inversión y la estabilidad energética
Bagdad ha reorientado su relación con Washington, movida por un doble imperativo: asegurar un suministro energético confiable y fortalecer su estabilidad interna. Este acercamiento mutuo permite a Irak avanzar hacia una mayor independencia energética y política, mientras que para Washington representa una oportunidad de contrarrestar la influencia regional de Irán y China.
Situación actual
Irak enfrenta un momento crucial para aprovechar su gran potencial energético, especialmente en gas natural. Actualmente, gran parte del gas asociado a la producción petrolera se quema - en 2023, Irak quemaba alrededor de 1.200 millones de pies cúbicos estándar de gas al día -, lo que representa un enorme desperdicio energético y un problema ambiental. A la vez, Irak depende de importaciones de gas desde Irán, que suman cerca de 1.000 millones de pies cúbicos por día y que son poco confiables, especialmente tras la inestabilidad generada por el reciente conflicto entre Irán e Israel.
El reciente conflicto entre Irán e Israel ha afectado directamente la infraestructura energética iraní, incluyendo el golpe a grandes instalaciones como el campo South Pars, principal fuente de gas iraní Estas ofensivas introducen una alta incertidumbre sobre el flujo de gas en la región.
Este conflicto elevó la preocupación por el cierre del estrecho de Ormuz - paso obligado para más del 20 % del petróleo y gas mundial - lo que impulsó los precios del Brent brevemente por encima de $77 / barril. Aunque no se cerró, existe un temor real de que un bloqueo disruptivo podría afectar las rutas de exportación a Irak.
La decisión de la Administración Trump en marzo de no renovar las exenciones que permitían a Irak importar gas y electricidad desde Irán dejó al país vulnerable frente a la posibilidad de apagones prolongados y colapsos eléctricos. Con temperaturas que superan los 50 °C en verano y una red eléctrica que ya estaba al límite —producía 16.000 MW con una demanda que alcanzaba hasta 55.000 MW en picos—, Irak entró en una carrera urgente por asegurar fuentes alternativas.
Además, Irak está entre los cinco países que más gas queman en el mundo. Aunque el país ocupa el puesto número doce en mayores reservas de gas natural en el mundo, la mayoría de ese gas no es gas extraído directamente, sino “gas asociado”, es decir, gas que se obtiene como subproducto durante la extracción de petróleo especialmente en el sur del país. En lugar de aprovechar ese gas, gran parte de él se quema, lo que representa una enorme pérdida de recursos y genera contaminación.
Buscando soluciones
El primer ministro iraquí, Mohammed Shia' al-Sudani, presentó en enero un plan gubernamental para eliminar por completo la quema de gas para 2028, durante la inauguración de una serie de proyectos petroleros en Baiji, provincia de Salahaddin. “Para 2028, cesará la quema de gas en todo Irak y esta energía se convertirá en energía útil”, declaró el primer ministro. “Estas medidas forman parte de la agenda del Gobierno federal y del Ministerio de Petróleo”, indicó.
Algunos proyectos importantes de aprovechamiento del gas están avanzando. Uno de los más destacados es el proyecto de “crecimiento integrado del gas”, liderado por la empresa francesa TotalEnergies. Este proyecto incluye la creación del Centro de Gas de Ratawi, que procesará hasta 600 millones de pies cúbicos diarios de gas asociado proveniente de varios campos petroleros del sur de Irak. En enero, TotalEnergies y sus socios - la empresa iraquí Basra Oil Company y QatarEnergy - comenzaron la construcción de la primera instalación para procesar gas del campo de Al-Ratawi, ubicado en la gobernación de Basora. Esta instalación, cuando esté en funcionamiento, procesará inicialmente 50 millones de pies cúbicos por día de gas que antes se quemaba, el cual se usará para generar electricidad localmente.
Empresas chinas también están participando en la construcción de esta infraestructura, y China está involucrada en otros grandes proyectos energéticos en Irak, como la planta de procesamiento de gas Allifa, que empezó a operar en junio de 2024.
Además, otro proyecto importante es el de Basra Gas Company, una empresa conjunta entre la South Gas Company de Irak y las multinacionales Shell y Mitsubishi. Esta compañía es actualmente el mayor proyecto de procesamiento de gas asociado del país, y trata el gas extraído de algunos de los campos petroleros más grandes del sur: Rumaila, West Qurna 1 y Al-Zubair.
Relaciones bilaterales con Estados Unidos: historia y perspectivas
La relación entre Estados Unidos e Irak ha estado marcada por décadas de tensiones y conflictos que dejaron profundas huellas en la estabilidad regional. En 2003, bajo la Administración de George W. Bush, Estados Unidos lideró una invasión que derrocó al régimen de Saddam Hussein, basándose en la sospecha —luego desacreditada— de que Irak poseía armas de destrucción masiva. Aunque esta acción eliminó una dictadura autoritaria, también desmanteló las estructuras estatales iraquíes y desencadenó un prolongado vacío de poder. La falta de seguridad facilitó el surgimiento de milicias sectarias y grupos extremistas, desatando una espiral de violencia sectaria y terrorismo. La prolongada presencia militar estadounidense, percibida como ocupación por muchos iraquíes, junto con la influencia de potencias regionales como Irán, ha generado una relación compleja y a menudo tensa, donde la soberanía y la estabilidad del país siguen siendo vulnerables a conflictos internos y externos.
Ahora, ambas naciones parecen estar en un nuevo camino hacia la reconstrucción de un futuro próspero. Aunque los desafíos son grandes, el diálogo renovado y los proyectos conjuntos en sectores clave, como la energía y la seguridad, abren una ventana de esperanza para que Irak.
Proyectos energéticos
Irak firmó en abril un memorando de entendimiento con GE Vernova para construir plantas de ciclo combinado por un total de 24.000 MW de capacidad eléctrica —el proyecto más grande en la historia reciente del país—, acompañado por otro acuerdo con UGT Renewables para añadir 3.000 MW de energía solar, tecnología de transmisión avanzada y financiamiento internacional. Este proyecto representa el esfuerzo más avanzado en la historia del país para mejorar su capacidad de generación eléctrica.
Además, Irak está en conversaciones avanzadas con Excelerate Energy, una empresa estadounidense, para facilitar sus primeras importaciones de gas natural licuado (GNL), lo que marcaría un paso significativo hacia la diversificación de sus fuentes de energía.
Seguridad como pilar para la inversión y la estabilidad energética
Si Irak quiere atraer inversiones extranjeras y aprovechar su enorme potencial energético, necesita algo más que recursos naturales: necesita seguridad. Una cooperación energética sólida con Estados Unidos no será posible sin estabilidad interna, instituciones fuertes y un entorno seguro que dé confianza a los inversores.
Esto implica que Irak debe enfrentar dos grandes desafíos: combatir el extremismo violento y reducir la influencia de milicias armadas respaldadas por Irán, que siguen actuando fuera del control del Estado. Para Estados Unidos, apoyar a Bagdad en estos frentes es una prioridad.
Desde 2014, Estados Unidos mantiene tropas en Irak como parte de una coalición internacional para combatir a ISIS. Aunque el grupo fue derrotado territorialmente en 2017, sigue operando mediante células dispersas que buscan desestabilizar el país.
En 2023, Irak comenzó a transformar esta relación militar multinacional en una alianza bilateral directa con Estados Unidos. Pese a un contexto regional complejo, marcado por la inestabilidad en Siria y el conflicto entre Irán e Israel, ambos países comparten intereses comunes en materia de seguridad.
Durante 2025, Irak ha intensificado la protección de bases estadounidenses estratégicas, como Al-Asad y Camp Victory, desplegando fuerzas locales y sistemas avanzados de defensa antimisiles, incluyendo tecnología de vigilancia por drones. Estas medidas responden a un aumento en las amenazas por parte de milicias proiraníes, como Kataib Hezbollah, que han advertido con atacar objetivos estadounidenses si Washington interviene en el conflicto entre Irán e Israel.
Además, en junio de 2025, Irak reafirmó la necesidad de mantener la presencia de la coalición internacional contra ISIS en su territorio, argumentando que la amenaza terrorista se extiende más allá de Siria y sigue vigente. Se estima que entre 1.500 y 3.000 combatientes de ISIS están reorganizando sus redes, especialmente en áreas urbanas, por lo que la cooperación internacional sigue siendo vital para contener esta amenaza.
Por otro lado, Bagdad y Washington han consolidado su cooperación a través del Diálogo de Cooperación en Seguridad, celebrado por segunda vez en julio de 2024 en Washington. En estas reuniones, se planificó la transición de la coalición multinacional a una relación bilateral enfocada en entrenamiento, asistencia técnica y apoyo en inteligencia. Bajo este acuerdo, aunque se espera la retirada de cientos de soldados estadounidenses para finales de 2025, un contingente permanecerá para mantener capacidades esenciales en la lucha contra ISIS.