La irrupción de Macron tensa todavía más la relación entre Argelia y Francia

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, y el presidente francés, Emmanuel Macron, conversan antes de una sesión sobre Inteligencia Artificial (IA), Energía, África y el Mediterráneo en el segundo día de la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Italia, el 14 de junio de 2024 - REUTERS/ LOUISA GOULIAMAKI
Diversos expertos indican que la implicación del presidente francés en la disputa supone un contratiempo importante para el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune

Argelia y Francia siguen atravesando una etapa turbulenta en sus relaciones diplomáticas. 

La irrupción pública de Emmanuel Macron, presidente francés, instando a endurecer los requerimientos para los visados diplomáticos argelinos ha escalado todavía más la tensión. 

Macron pidió a su Gobierno endurecer los requisitos de visado para los diplomáticos argelinos en medio de una creciente lista de agravios entre las dos naciones.

El anuncio de las nuevas medidas por parte de Macron marca la primera vez en varios meses que el mandatario entra en la refriega de represalias y contrarrepresalias entre los dos países.

Hasta ahora, la gestión de las tensas relaciones entre París y Argel estaba en manos del ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, y del ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot.

Los analistas consideran que la implicación del presidente francés constituye un revés personal para el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, que ha tratado de proteger los vínculos con Macron de las consecuencias de las recriminaciones entre Francia y Argelia.

Había dicho en el pasado que el presidente francés seguiría siendo la “única referencia” de Argelia en Francia.
A principios de este mes, Tebboune repitió que no tenía “ningún problema” con Macron ni con Francia, y en cambio atribuyó los problemas a una “minoría extremista” en Francia que alberga “una obsesión con Argelia”.

En una carta a su primer ministro, François Bayrou, publicada por el diario francés Le Figaro, Macron dijo que las crecientes dificultades que enfrenta Francia en términos de migración y seguridad con Argelia requieren una postura más dura contra la excolonia francesa.

Macron solicitó a Barrot que notifique oficialmente a Argelia la suspensión de un acuerdo de 2013 que eximía a los titulares de pasaportes diplomáticos y oficiales de los requisitos de visa.

También pidió al ministro del Interior francés que pida a los países de la zona Schengen, que permiten los viajes sin pasaporte entre sus fronteras, que ayuden a Francia a aplicar la política de visados más estricta, en particular consultando a Francia sobre la emisión de visados de corta duración para los funcionarios argelinos en cuestión y los pasaportes cubiertos por el acuerdo de 2013.

Francia debe ser fuerte e inspirar respeto. Solo podrá obtenerlo de sus socios si les muestra el respeto que les exige. Esta regla básica también se aplica a Argelia, afirmó Macron.

Para explicar su actitud endurecida hacia Argel, Macron citó los casos del escritor franco-argelino Boualem Sansal, condenado por un tribunal argelino a cinco años de cárcel por “socavar la integridad territorial” del país, y el del periodista francés Christophe Gleizes, condenado a siete años de prisión en Argelia por “apología del terrorismo”.

En julio, un tribunal argelino confirmó una condena de cinco años de prisión contra Sansal, un ciudadano de 80 años con doble nacionalidad, por unos comentarios realizados a un medio de comunicación francés.

Tras el veredicto, el primer ministro francés, François Bayrou, dijo que esperaba que su homólogo argelino concediera el indulto a Sansal, lo que nunca ocurrió.

El presidente francés también instó a Tebboune a mostrar “misericordia y humanidad” hacia el autor, pero fue en vano.

En su carta al primer ministro francés, Macron también citó “el incumplimiento de Argelia de sus obligaciones” en materia migratoria y la falta de cooperación entre los consulados argelinos y las autoridades francesas.

Barrot ya había anunciado el 14 de mayo “el regreso a Argelia de todos los funcionarios titulares de pasaportes diplomáticos que no tengan un visado vigente”, en reacción a lo que calificó de decisión “injustificada e injustificable” tomada previamente por Argel de expulsar a funcionarios franceses.

Macron también pidió al Gobierno que utilice “inmediatamente” una disposición de la ley de inmigración de 2024, la “palanca de readmisión de visas (LVR)”, que “permite rechazar visas de corta duración a titulares de pasaportes de servicio y diplomáticos, así como visas de larga duración a todo tipo de solicitantes”.

Los lazos entre París y Argel se han deteriorado desde que Francia reconoció en julio de 2024 la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, en medio de un creciente apoyo de las capitales occidentales al plan de autonomía del reino marroquí para el territorio.

A principios de abril se produjo un breve deshielo en las tensiones después de la visita de Barrot a Argel, pero una semana más tarde las expulsiones diplomáticas por represalia volvieron a tensar los lazos.

A mediados de abril, Francia llamó a consultas a su embajador en Argel y expulsó a 12 agentes de la red consular y diplomática argelina en Francia, después de que Argel hubiera expulsado a 12 funcionarios diplomáticos franceses.

El estancamiento en las relaciones franco-argelinas es el resultado de una acumulación histórica de problemas no resueltos y heridas sin cicatrizar, además de los desacuerdos políticos actuales sobre cuestiones regionales y sensibles y la influencia de factores internos en ambos países.

Entre ellas se encuentra la cuestión de los archivos argelinos conservados en Francia, que Francia se ha negado hasta ahora a entregar en su totalidad, además de la cuestión de las personas desaparecidas durante la guerra de liberación.

Las opiniones divergentes sobre la migración y el movimiento de personas entre los dos países también han sido un punto persistente de discordia.

Las declaraciones de algunos funcionarios franceses, en particular las que Argelia considera una injerencia en los asuntos internos o que tienen una visión colonialista, han exacerbado las tensiones.

Una mala relación tiene importantes repercusiones en la seguridad, la economía y la sociedad. El comercio es amplio y alrededor del diez por ciento de los 68 millones de habitantes de Francia tiene vínculos con Argelia, según funcionarios franceses.