El Líbano busca defender su seguridad nacional
El Líbano, a través de su Consejo Supremo de Defensa, su órgano supremo militar y de seguridad, ha emitido un firme aviso en referencia al reto que supone la expansión del movimiento militante palestino en la nación y en la región.
Se trató de una reunión dirigida por el presidente Joseph Aoun, que concentró a los altos cargos de las entidades públicas, como el primer ministro, Nawat Salam, en coordinación con los ministros de Finanzas, Defensa Nacional, Economía y Comercio, Asuntos Exteriores, Justicia, Interior y la presencia de actores municipales y altos funcionarios del Ejército y de las agencias de seguridad.
Las preocupaciones sobre las vinculaciones de Hamás han circulado los círculos políticos de Oriente Medio, no solo relacionado con la creciente inquietud que generan sus capacidades operacionales y armamentísticas, sino por la revelación de que los ataques de Hamás al norte de Israel tienen como represalias ofensivas directas en el interior del Líbano, así como por la posibilidad de una intensificación del conflicto Palestina-Israel y la desestabilización de toda el área.
Precisamente, recientes investigaciones han afirmado que Hamás desarrolla entrenamiento militar en territorio libanés, otro fundamento que ha agravado la inquietud en torno a la seguridad. De esta manera, la advertencia libanesa es una referencia dirigida a la promesa de actuación contra cualquier acción que atente contra la soberanía y seguridad estatal y que le situé como plataforma de perturbación.
Junto a esto, la instituida figura de Hamás en el país árabe mediterráneo no es algo novedoso, aunque en consonancia con su debilitado control y funcionamiento gubernamental socavado por el grupo político-paramilitar de Hezbolá, las limitadas capacidades de las fuerzas de seguridad libanesas, la presencia de los campamentos de refugiados palestinos, y la reescalada de la Guerra de Gaza desde 2023 que ha enfrentado más severamente a los miembros con presencia armada de Hamás y Hezbolá con Israel, algo que ha ocasionado múltiples enfrentamientos transfronterizos y ataques aéreos que han generado una amplia devastación en la nación. Esto se ha atenuado con la intervención de Estados Unidos y Francia en la búsqueda del cese de hostilidades, con un acuerdo en vigor entre Hezbolá e Israel desde el pasado mes de noviembre.
Cabe mencionar el apoyo del Líbano a la causa palestina y la autodeterminación de su pueblo por las bases emanadas del derecho internacional y de la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, pero análogamente se acentuó que ante todo se debe salvaguardar la seguridad libanesa y evitar la exposición a los peligros de una guerra abierta.
Esto viene de la mano del ataque de cohetes impedido por el Ejército libanés este mes de abril hacia el norte Israel, que finalizó con el arresto de palestinos y libaneses participantes de otros ataques similares que acontecieron a finales de marzo.
Estas medidas se alinean con el fortalecimiento de la vigilancia de las fronteras como recurso para restringir posibles ataques hacia Israel o Siria y así eludir la entrada en una guerra o enfrentamiento militar a gran escala. Además, tenemos las influencias internacionales que persuaden la desarticulación de Hezbolá. Igualmente, es fundamental no desestimar la importancia estratégica que tiene el territorio en las disputas regionales, en especial la actividad que reside en el sur del país y lo que este espacio supone para la geopolítica y estabilidad del Medio Oriente.
Todo esto está teniendo lugar durante el proceso de restablecimiento de autoridad por parte de los poderes del Gobierno libanés, en especial en aquellas regiones controladas por Hezbolá y la complejidad existente del establecimiento de cualquier forma de diálogo. De esta manera, el rol del Líbano en el conflicto entre Hamás e Israel ha estado supeditado a las decisiones del brazo político y militar de Hezbolá y sus funciones en la gobernanza del Estado, resaltando el equipamiento y organización que posee y su desempeño como parte del “eje de la resistencia” y líder frente al resto de los grupos militantes respaldados por Irán.