El pueblo argelino dice basta ante el régimen de Tebboune con el boicot electoral
La crisis de legitimidad se agudiza con el paso de los días. La exclusión de candidatos, el caos generado durante las jornadas electorales y la compra de firmas son solo algunos de los motivos que han llevado al Partido de los Trabajadores de Argelia a impugnar las elecciones.
El cuestionamiento de los resultados electorales se mantiene a pie de calle en Argelia cuando se cumplen dos semanas de las elecciones presidenciales del 7 de septiembre. La baja participación ha sido el detonante de la protesta.
De 24,3 millones de inscritos para votar, solo 5.630.000 acudieron a las urnas. De estos, el 84,5% fueron para Tebboune, el 9,56% para Abdelaali Hassani Cherif y el 6,14% para Youcef Aouchiche.
Louisa Hanoune, líder del Partido de los Trabajadores de Argelia, declaró que el verdadero ganador de las elecciones fue el boicot de aquellos que dieron la espalda al proceso electoral, lo que es un fiel reflejo de la profundización de la crisis social que sacude el país por culpa del régimen militar de Abdelmadjid Tebboune.
Encabezado por el Partido de los Trabajadores de Argelia, la legitimidad de los resultados es un clamor en la opinión pública argelina. Los motivos de los cuestionamientos se centran en la baja participación y en la amplificación que han sufrido los resultados para favorecer a los tres principales candidatos, en un intento de maquillar los resultados.
La poca claridad de la Autoridad Electoral Independiente (AINE) provocado entre los partidos de la oposición la posibilidad de que los datos hayan sido adulterados y manipulados, aunque la Autoridad afirmó que “actuaría de forma independiente”.
En un comunicado oficial divulgado por Hanoune, el Partido de los Trabajadores afirmó que “nunca ha sucedido, desde la instauración del pluralismo partidario en nuestro país, que una enmienda tan sorprendente se registrara en los resultados finales de la votación, después de presentar apelaciones”.
“Para nosotros, confirmamos que los resultados finales están lejos de resolver la crisis abierta, sino más bien que contribuyen a su exacerbación, porque los resultados finales a su vez confirman que, durante las abstenciones masivas y los votos cancelados, una gran mayoría de los votantes rechazó todo el proceso electoral”, concluyó.
Además, la expulsión de su persona como candidata a las elecciones lo enmarcó como un ejemplo de violencia política que debería ser condenado en cualquier proceso electoral en todo el mundo (caso similar al de María Corina Machado en Venezuela).
El intento de compra de más de 60 electores y 3 candidatos también fue mencionado por Hanoune como una “práctica que busca quitar de en medio a la competencia y beneficiar a otros candidatos”.
Pese a la poca credibilidad que tenían los partidos de Hassani Cherif y Youcef Aouchiche, segundo y tercero en las votaciones, en la actuación parcial de la Autoridad Electoral, los resultados arrojaron unas cifras de dudosa credibilidad. El Partido de los Trabajadores considera que es necesaria una “decisión de salvación nacional”.
El intento del jefe de la Autoridad Electoral Nacional, Mohamed Charfi, de ocultar la derrota del Gobierno diciendo que la participación media era del 48% y otorgando el 94,5% de los votos a Tebboune forma parte también de las críticas y de la sentencia para impugnar los resultados de las elecciones.
Tal fue el escándalo perpetrado por Charfi que los 3 candidatos con más votos denunciaron de forma conjunta las irregularidades y contradicciones anunciadas por la AINE, advirtiendo a “la opinión pública de la vaguedad y contradicciones de las cifras”.
El Partido de los Trabajadores espera que “después de este fracaso que refleja la exacerbación de la crisis política” se presencie “el derecho a una decisión audaz a nivel de la gravedad de la situación, una decisión de salvación nacional, donde el proceso electoral reveló un abismo sin precedentes en el que se está sumiendo el país y en lo que se está convirtiendo: una presa fácil para intereses extranjeros que incitan a los argelinos a guerras que no les incumben mientras la población cada vez se empobrece más”.