Tebboune inicia su mandato aplazando la prometida crisis de gobierno y sin un programa político claro

La ausencia de un diálogo nacional y los graves problemas de la economía argelina son las principales asignaturas pendientes del segundo mandato del presidente argelino

El presidente argelino y candidato presidencial Abdelmadjid Tebboune emite su voto en un colegio electoral durante las elecciones presidenciales en Argel, Argelia, el 7 de septiembre de 2024 
- PHOTO/PRESIDENCIA ARGELINA vía REUTERS
El presidente argelino y candidato presidencial Abdelmadjid Tebboune emite su voto en un colegio electoral durante las elecciones presidenciales en Argel, Argelia, el 7 de septiembre de 2024 - PHOTO/PRESIDENCIA ARGELINA vía REUTERS

El comienzo del segundo mandato del recién reelegido presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, parece tan decepcionante como se temían los observadores internacionales y la oposición.

  1. No habrá crisis de gobierno
  2. Prioridades del Gobierno
  3. Crisis diplomática
  4. Falta de diálogo nacional

En realidad, había pocas esperanzas de un golpe de timón al frente del Gobierno argelino, después de unas elecciones controvertidas, que fueron ganadas de forma abrumadora por el presidente en funciones, sin opositores representativos y con un reguero de candidatos inhabilitados por diversos motivos durante los meses previos a los comicios.

No habrá crisis de gobierno

Para empezar, Tebboune ha incumplido uno de los compromisos adquiridos durante la campaña electoral: el pasado 17 de septiembre, un comunicado de la Presidencia argelina indicaba que el primer ministro Nadhir Arbawi había presentado la dimisión del Gobierno en pleno. Dimisión que fue rechazada por el propio Tebboune, quien argumentó que era necesario que los ministros siguieran trabajando en los diferentes expedientes urgentes que tienen en sus departamentos, y que requieren el conocimiento de la situación.

PHOTO/ARCHIVO - Primer ministro argelino, Nahdir Arbawi
PHOTO/ARCHIVO - Primer ministro argelino, Nahdir Arbawi

Una decisión que no ha sorprendido a los analistas políticos que siguen de cerca la actualidad política argelina, y que albergan pocas esperanzas de que este nuevo mandato de Tebboune suponga un cambio sustancial respecto al último quinquenio.

En su comparecencia en el Palacio del Pueblo de Argel para jurar su segundo y último mandato, Tebboune señaló que “asumo este mandato gracias a vosotros en este periodo sensible caracterizado por desafíos a nivel interno, regional e internacional”, dejando atrás una Argelia “traicionada, agotada y de corrupción”, en referencia al mandato del anterior presidente, Abdelaziz Buteflika.

Prioridades del Gobierno

Durante su discurso, el presidente electo hizo referencia a los principales puntos de su programa electoral, que ha sido muy criticado por su falta de detalles concretos y de una política integral que trate de lograr la recuperación económica del país.

Así, Tebboune aludió a la necesidad de lograr la autosuficiencia total de cereales como el trigo duro, la cebada y el maíz, y ampliar las áreas de regadío a un millón de hectáreas.

Los argelinos salieron el viernes a las calles de la capital y a ciudades dispersas alrededor de su país norteafricano para manifestarse a favor de la democracia movimiento, cuatro días después de que decenas de miles de manifestantes conmemoraran el segundo aniversario de Hirak - AP/ANIS BELGHOUL
Los argelinos salieron el viernes a las calles de la capital y a ciudades dispersas alrededor de su país norteafricano para manifestarse a favor de la democracia movimiento, cuatro días después de que decenas de miles de manifestantes conmemoraran el segundo aniversario de Hirak - AP/ANIS BELGHOUL

En cuanto al empleo, el presidente electo señaló en su discurso que “trabajaremos para crear empleos, y me comprometo ante ustedes a crear 450.000 puestos de trabajo para nuestros jóvenes y 20.000 nuevas empresas para finales del segundo mandato, además de 20.000 nuevos proyectos de inversión y que la contribución de la industria a la producción alcance el 12 %”.

Unas palabras que opositores y observadores han calificado de vacías, ya que el propio Tebboune aún no ha presentado ante las dos cámaras del parlamento un balance y rendición de cuentas de los cinco años de su primer mandato, como se había comprometido públicamente, ni los detalles de las políticas que va a aplicar en esta segunda legislatura.

Crisis diplomática

El problema es que no existe una oposición efectiva a Tebboune en el Parlamento, que está dominado por los partidos independientes y leales al reelegido presidente. La situación económica del país requiere, según coinciden los observadores internacionales, una movilización de los recursos de Argelia, una visión estratégica para hacer frente al desempleo, proporcionar servicios sanitarios y educativos, y promover el desarrollo y la economía.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, habla con el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune - AFP/LUDOVIC MARIN
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, habla con el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune - AFP/LUDOVIC MARIN

En el ámbito internacional, la política exterior agresiva que caracterizó al primer mandato de Tebboune ha provocado numerosas crisis con países vecinos, con el resto de la región e incluso con el mundo. Marruecos, los países del Golfo, España, Francia e incluso Rusia han sido objeto de las iras del Gobierno de Tebboune, cada vez más aislado en el plano internacional, en un momento en el que la complicada situación de los países del Sahel hace aconsejable una política de buscar aliados.

Falta de diálogo nacional

En el plano interno, además de la falta de concreción de sus políticas económicas y sociales, a Tebboune se le critica por no cumplir con su compromiso de abrir un diálogo nacional con el resto de actores políticos para establecer una auténtica democracia.

La única referencia de Tebboune a este diálogo nacional durante su discurso de investidura fue cuando manifestó su intención de “abrir un diálogo político nacional que incluya a todas las energías políticas y juveniles vitales”, nuevamente sin concretar a qué tipo de contactos y con qué organizaciones políticas.

Todo apunta a que el diálogo nacional seguirá siendo una asignatura pendiente del Gobierno de Tebboune quien, desde su llegada al poder en 2019, se ha rodeado de partidos políticos leales y ha excluido a los opositores, impidiendo incluso que se presentaran a las recientes elecciones presidenciales.

Desde la oposición reclaman al reelegido presidente que, si quiere tener credibilidad en sus aspiraciones a llevar a cabo un diálogo nacional, como reclaman desde el Partido de los Trabajadores, la Agrupación por la Cultura y la Democracia y el Frente de Fuerzas Socialistas, debe ofrecer garantías como el levantamiento de las restricciones políticas y la censura a los medios de comunicación, así como la liberación de los presos políticos.