Las armas occidentales peligran por las restricciones chinas a los minerales raros

Pekín demuestra su influencia sobre las tierras raras en la guerra comercial contra Estados Unidos
Mineros en la mina Bayan Obo, que contiene minerales de tierras raras, en Mongolia Interior, China - REUTERS/ ARCHIVO
Mineros en la mina Bayan Obo, que contiene minerales de tierras raras, en Mongolia Interior, China - REUTERS/ ARCHIVO

China ha endurecido las restricciones al flujo de minerales críticos dirigidos a compañías de defensa occidentales. En consecuencia, la producción se ha ralentizado y las empresas están buscando otras fuentes de materia prima. 

Ahora, según Wall Street Journal, los compradores de Occidente se enfrentan a precios exorbitantes y a la elaboración de informes que garanticen que sus productos sean únicamente para uso civil. Hechos que acarrean un aumento del coste del mercado de armas. 

Es verdad que en junio hubo cierta distensión dentro de la guerra comercial que ha comenzado el presidente norteamericano Donald Trump por las concesiones comerciales acordadas. Pero Pekín ha estado imponiendo restricciones, como la prohibición de la exportación de germanio, galio y antimonio a Estados Unidos desde el pasado diciembre.

Este escenario se ha evidenciado cuando una carga de United States Antimony Corporation, con 55 toneladas de antimonio que se dirigía a México, quedó retenida durante tres meses en el puerto de Ningbo, China. Tras la intervención del Departamento de Estado y de la Casa Blanca, el conflicto acabó en que la mercancía fue a Australia y nunca llegó a suelo americano.

Muestras de minerales de tierras raras (izquierda): óxido de cerio, bastnasita, óxido de neodimio y carbonato de lantano - REUTERS/ DAVID BECKER 
Muestras de minerales de tierras raras (izquierda): óxido de cerio, bastnasita, óxido de neodimio y carbonato de lantano - REUTERS/ DAVID BECKER 

Y ha metido a 17 empresas estadounidenses (de las que hay relacionadas con la industria de defensa y el sector aéreo) en su lista de control de exportaciones para limitar su acceso a los materiales de las tierras raras.

Si bien existen otros proveedores de minerales raros, según Wall Street Journal, son tan especializados que no resultan factibles. O también cogen de sus reservas de suministros, aunque, en muchos casos no son suficientes para una producción a largo plazo.

Hay casos como el de ePropelled, que ha optado por proveedores en Estados Unidos, Europa, Japón y Taiwán, pero algunos dependen de China.

No obstante, el escenario no parece muy favorable, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), porque concluyó en abril que el país norteamericano no está preparado.

Sumado a esto, los reguladores chinos solicitan a los compradores occidentales de los metales raros chinos información sobre los productos, los clientes a los que van dirigidos y una garantía de que su uso no será militar.

Y no es casualidad que cause tanto revuelo: el país asiático suministra aproximadamente el 90 % de las tierras raras globales. Además, domina mercados importantes para la fabricación de componentes militares. Tiene el dominio 70 % de la minería y el 90 % del refinamiento químico de esas tierras en sus manos. 

Según informó National Geographic, en las tierras raras se encuentran 17 elementos químicos muy importantes para fabricar cualquier cosa. No obstante, comentó que “no son tierras ni particularmente raras, pero en manos chinas se han convertido en una poderosa arma comercial”. 

El dominio del gigante asiático se fue forjando desde finales del siglo XX, cuando el lado occidental fue cerrando minas y explotaciones por el coste ambiental o la baja rentabilidad de esta actividad en ese momento. 

Una planta de fundición de tierras raras en la aldea de Xinguang, ubicada a las afueras de la ciudad de Baotou, en la Región Autónoma de Mongolia Interior de China - REUTERS/ DAVID GRAY
Una planta de fundición de tierras raras en la aldea de Xinguang, ubicada a las afueras de la ciudad de Baotou, en la Región Autónoma de Mongolia Interior de China - REUTERS/ DAVID GRAY

“Nacionalizó sectores clave, invirtió en tecnologías de refinamiento y subsidió agresivamente su industria minera. En apenas una generación, pasó de ser un actor marginal a convertirse en el eje sobre el que gira casi toda la cadena de suministro mundial de tierras raras”, explicó National Geographic. 

La extracción no es lo único en lo que estableció su hegemonía, porque el proceso de refinado es un alto precio para Occidente debido a la contaminación, coste que no ha frenado a China. Por eso, muchos países dependen de ella aún teniendo sus propias tierras. 

Y en el escenario global actual, el mundo entero depende más que nunca de los minerales críticos para todo tipo de tecnología y maquinaria. Entonces, su posesión de estas tierras no es únicamente un beneficio económico, también es una estrategia de control geopolítico. 

“Lo que el petróleo era para el siglo XX, lo son los minerales raros para el siglo XXI”, explicó Sean McFAte, profesor adjunto en la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos en la Universidad de Siracusa. 

Esto muestra la influencia china dentro del marco económico y productivo, porque el Ejército estadounidense depende en gran medida de esas tierras y de los metales que se producen en el gigante asiático o que son controlados de alguna manera en la cadena de producción por el régimen comunista. 

En respuesta, el Pentágono pactó, en julio de este año, gastar 400 millones de dólares en el operador de las minas de tierras raras más grande de América, MP Material. El director ejecutivo de Lockheed Martin, James Taiclet, a pesar de su optimismo de cara a la producción de imanes, advirtió de que será un proceso largo. 

Los aviones Lockheed Martin F-35 Lightning II se ven en la cubierta de vuelo del buque de asalto anfibio USS Tripoli (LHA-7) en la Base Naval de Changi en Singapur el 1 de septiembre de 2022 - REUTERS/ EDGAR SU
Los aviones Lockheed Martin F-35 Lightning II se ven en la cubierta de vuelo del buque de asalto anfibio USS Tripoli (LHA-7) en la Base Naval de Changi en Singapur el 1 de septiembre de 2022 - REUTERS/ EDGAR SU

También ha impuesto a los contratistas de defensa que dejen de usar cualquier tipo de imán que tenga materiales de origen chino, con fecha límite en el año 2027. 

Es más, el Departamento de Defensa lleva invirtiendo desde 2020 en la construcción de una cadena de suministro nacional, pero, según el CSIS, no llegará al nivel de producción de China. 

Según Infobae, el Foro de Minerales Críticos del Departamento de Defensa busca la colaboración con empresas mineras y comenzar proyectos que garanticen la obtención de materia necesaria como el germanio. Ahora, las empresas de defensa negocian cara a cara con los productores.

Nicholas Myers, CEO de Phoenix Tailings, se refirió al asunto: “Las grandes compañías se están poniendo cada vez más nerviosas, porque reconocen que no conseguirán los imanes, pase lo que pase, a menos que se involucren directamente”.