Una polémica olímpica en el Consejo de Seguridad de la ONU enfría las relaciones entre Argelia y Rusia

El género de la atleta Imán Khalif sirvió de arma arrojadiza de Rusia contra Francia, lo que indignó al representante de Argelia

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, asisten a una ceremonia de firma luego de sus conversaciones en el Kremlin en Moscú el 15 de junio de 2023 - SPUTNIK/MIKHAIL METZEL
SPUTNIK/MIKHAIL METZEL - El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, asisten a una ceremonia de firma luego de sus conversaciones en el Kremlin en Moscú el 15 de junio de 2023

La polémica que ha rodeado en estos días a la competición de boxeo femenino de los Juegos Olímpicos de París se ha trasladado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y amenaza con empañar las “históricas” relaciones diplomáticas entre Argelia y uno de sus aliados, Rusia.

  1. El caso Khalif
  2. Rusia y la Federación Internacional de Boxeo
  3. Reacción de Argelia

Unas relaciones que en las últimas semanas parecen estarse enfriando, debido a los intereses encontrados de ambos países en la región del Sahel.

El caso Khalif

Lo que no esperaba nadie es que la controversia se suscitara con el deporte como telón de fondo, una cuestión que Rusia aprovechó para pasar factura a Francia, como organizadora de los Juegos Olímpicos de 2024 y, por extensión, a Occidente.

Todo comenzó cuando el representante adjunto de Rusia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Dmitry Polyansky, criticó al mundo occidental y, especialmente, a Francia, organizadora de los Juegos Olímpicos, por lo que consideró como “una falta de respeto hacia las mujeres y una manipulación de los valores olímpicos”.

AFP/SEYLLOU - La argelina Iman Khalif (roja) pelea contra la tunecina Homrani Ep Zayani Mariem (azul)
AFP/SEYLLOU - La argelina Iman Khalif (roja) pelea contra la tunecina Homrani Ep Zayani Mariem (azul)

Polyansky arremetió también contra el Comité Olímpico Internacional, cuya actuación calificó de “repugnante”, y denunció el “fraude” que supone la presencia de boxeadoras como Imán Khalif y el taiwanés Lin Yu-Ting, ambos con cromosomas masculinos, en la competición femenina, donde han ido venciendo sus combates de forma aplastante contra las boxeadoras rivales.

En su intervención, el representante ruso acusó a los países occidentales de monopolizar el movimiento olímpico e imponer la agenda LGBT “agresivamente”: “en los Juegos Olímpicos de París, las boxeadoras están expuestas a la violencia en público por parte de atletas que no pasaron las pruebas hormonales realizadas por la Federación Internacional de Boxeo y, según la lógica, son hombres. Esto es absolutamente repugnante”.

Rusia y la Federación Internacional de Boxeo

El contexto de estas acusaciones hay que buscarlos, por un lado, en el deseo de Rusia de pasar factura a Occidente por la exclusión de sus atletas debido a la invasión de Ucrania, así como a la indignación rusa por los valores que se transmitieron en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

Otra variable que hay que tener en cuenta es también el ninguneo al que el Comité Olímpico ha sometido a la Federación Internacional de Boxeo, presidida por Omar Krimlev, una figura cercana al presidente ruso Vladimir Putin.

Hay que recordar que la Federación Internacional de Boxeo rechazó la participación de Khalif y Yu-Ting en sus competiciones, al no haber superado las pruebas hormonales a las que fueron sometidas ambas atletas. De hecho, en el campeonato del mundo celebrado el año pasado en la India, Khalif fue eliminada en la ronda final, mientras que Yu-Ting fue despojada de la medalla de bronce.

Reacción de Argelia

Como era de esperar, la intervención del representante ruso provocó la indignación de Tawfiq Koudari, representante adjunto de Argelia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, quien pidió reiteradas veces la palabra para mostrar su asombro por la mezcla de deporte y política que estaba haciendo el portavoz ruso.

Según indicó Koudari, “la atleta argelina nació mujer, se crió como mujer y avanzó en los deportes hasta las clasificaciones internacionales como mujer, y nadie puede dudar de ello. Argelia rechaza la campaña de intimidación y calumnia lanzada por sus oponentes, desde la Federación Internacional de Boxeo hasta las élites políticas, mediáticas y financieras. No hay dudas al respecto, excepto para aquellos con una determinada agenda política”.

Este altercado registrado en el Consejo de Seguridad de la ONU por un motivo que podría calificarse de anecdótico pone de relieve el progresivo deterioro de las relaciones diplomáticas entre Rusia y Argelia, que se iniciaron en la década de los 50 del siglo pasado y se habían mantenido en buena forma hasta ahora.

Los expertos apuntan a la existencia de silenciosas diferencias entre ambos, originadas por los distintos intereses militares y armamentísticos de ambos países en el Sahel, y que se han ido trasladando a otros ámbitos como, en este caso, el deporte. Desde Argelia han denunciado el cambio en la retórica de Rusia, que parece dispuesta a sacrificar sus relaciones con Argelia para atacar a Europa Occidental.