Trump impulsa una posible cumbre entre Putin y Zelensky

- Trump impulsa una reunión directa entre Putin y Zelensky
- Trump cambia su postura sobre el alto el fuego
- Garantías de seguridad para Ucrania... y para Europa
- Una reunión mucho más cordial que la de febrero
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este lunes en la Casa Blanca con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, y con varios líderes europeos en un encuentro decisivo para explorar nuevas vías hacia una paz duradera entre Ucrania y Rusia.
Entre los asistentes destacan el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller de Alemania, Frederich Merz; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen; y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
La cumbre se ha dado apenas tres días después de la conversación de Trump con Vladimir Putin en Alaska, y ha dejado señales de un giro estratégico por parte de Washington. Trump ha propuesto organizar una reunión directa entre los presidentes de Rusia y Ucrania y ha suavizado su postura sobre un alto el fuego inmediato, lo que ha generado inquietud entre los aliados europeos.

Trump impulsa una reunión directa entre Putin y Zelensky
En presencia de los líderes mundiales más importantes de Occidente, Donald Trump anunció que han comenzado las conversaciones para preparar una posible cumbre cara a cara entre Zelensky y Putin. “Al concluir las reuniones, llamé al presidente Putin e inicié los preparativos para una reunión, en un lugar por determinar, entre el presidente Putin y el presidente Zelensky”, señaló el presidente norteamericano.
El Kremlin confirmó la llamada, describiéndola como “franca y constructiva”, mientras que el presidente ucraniano expresó estar dispuesto al encuentro.

En la propuesta, además de incluir una reunión inicial entre ambos, también se incluirá una segunda reunión trilateral en la que Trump estará presente como mediador. Un hecho que se está empezando a relacionar con una posible entrega del premio Nobel de la Paz para Donald Trump, como ya sucediera con el expresidente norteamericano Barack Obama en 2009.
De lograrse la reunión, esta sería la primera vez que ambos líderes se sienten cara a cara desde el inicio de la invasión rusa en 2022.

Trump cambia su postura sobre el alto el fuego
Estados Unidos ha sido el aliado más cercano y que más ha aportado a Ucrania en su guerra contra Rusia, aunque, desde que se diera inicio al conflicto en febrero de 2022, la postura de apoyo norteamericana no siempre ha sido la misma.
Bajo el liderazgo del expresidente Joe Biden, la ayuda y el apoyo era total; en cambio, Donald Trump ha sido más contundente y “responsable con la población norteamericana”, recortando la ayuda en varias ocasiones, probablemente, debido a intereses electorales.

Uno de los giros más significativos fue el cambio de postura del mandatario estadounidense respecto al cese al fuego. Trump siempre se había jactado de que, tras su llegada al poder, el conflicto se terminaría en 24 horas.
En numerosas ocasiones, Trump había insistido en que cualquier avance debía incluir un alto al fuego inmediato, incluso advirtiendo de sanciones si Moscú no accedía. Sin embargo, tras su reunión con Putin, Trump señaló que un cese al fuego podría ser contraproducente si “beneficia solo a una de las partes”, alineándose parcialmente con la narrativa rusa.
“Estratégicamente, un cese al fuego podría ser desventajoso para una de las partes”, concluyó Trump.
Esta posición encendió las alarmas tanto en Kiev como entre los socios europeos, que siguen considerando el alto el fuego como un paso esencial para detener la escalada y abrir el camino hacia negociaciones formales.

Garantías de seguridad para Ucrania... y para Europa
Uno de los focos centrales de la reunión fue la discusión sobre las garantías de seguridad para Ucrania en un eventual escenario de paz. Trump aseguró que Estados Unidos brindaría a Kiev “muy buena protección”, aunque no detalló si esto implicara un compromiso militar directo.
Además, se abrió la puerta a un modelo de defensa colectiva similar al del artículo 5 de la OTAN, sin implicar el ingreso formal de Ucrania a la alianza. “Europa será la primera línea de defensa, pero nosotros también vamos a participar”, afirmó Trump.
Los líderes europeos, conscientes de que cualquier concesión mal calculada podría afectar la seguridad regional, mostraron cautela y firmeza, y dejaron claro que el conflicto va más allá de las fronteras ucranianas.

Emmanuel Macron contestó a Trump con respecto a la seguridad de Europa que “cuando se habla de garantías de seguridad, también se habla de la seguridad del continente europeo”. En la misma línea, aunque más contundente, Úrsula von der Leyen expuso que Europa no puede permitirse una paz impuesta, sino que esta debe ser justa, duradera y respetar la soberanía de Ucrania.
También hubo señales de una posición coordinada entre los líderes para evitar que Washington reduzca su implicación en la defensa del continente si se reconfiguran los acuerdos de seguridad. Frederich Merz insistió en que “no estamos aquí solo para apoyar a Ucrania, sino para recordar que su defensa es nuestra defensa”. Finalmente, Giorgia Meloni aclaró que “si Ucrania cae, la próxima línea roja estará dentro de la Unión Europea”.

Una reunión mucho más cordial que la de febrero
El tono del encuentro fue visiblemente más positivo que el de la polémica reunión de febrero, donde Zelensky fue criticado por su actitud y vestimenta.
Esta vez, el presidente ucraniano vistió un traje oscuro, bromeó con los periodistas y expresó repetidamente su agradecimiento. Incluso entregó una carta personal de su esposa para Melania Trump. Los líderes europeos también se mostraron conciliadores, aunque sin dejar de expresar sus preocupaciones estratégicas. El encuentro demostró que, aunque hay avances diplomáticos, persisten profundas diferencias sobre cómo debe ser el camino hacia la paz.