Un puñado de votos pone en riesgo la cooperación en defensa entre España e Israel
De manera sorpresiva, sin venir a cuento y no estando el horno para bollos, la ministra de Defensa, la magistrada Margarita Robles, ha echado más leña al fuego a las ya tensas relaciones entre Israel y España.
Lo ha hecho unos minutos antes de dar comienzo el desfile militar del Día de las Fuerzas Armadas en Oviedo, la capital del Principado de Asturias. El sábado, 26 de mayo, en respuesta a una periodista de Televisión Española, que ante las cámaras le solicitaba su opinión sobre “la actual principal amenaza para España”, la ministra respondía que España “es siempre muy solidaria con lo que pasa en el mundo”, que en Ucrania hay una guerra “tremenda” y que lo que está pasando en Gaza “es un auténtico genocidio”.
Aunque la primera reacción diplomática del primer ministro Benjamín Netanyahu al anuncio del presidente Sánchez de reconocer el Estado palestino fue llamar a consultas a su embajadora, la bioquímica y diplomática Rodica Radian-Gordon, Robles afirma “estar segura” que el CNI y los servicios de Inteligencia de Israel “seguirán trabajando en materia antiterrorista”. Y que Netanyahu no aplicará represalias sobre los proyectos de venta de sistemas de armas y material electrónico para la defensa que tiene comprometidos con España.
Sin embargo, parece ilusorio descartar que el Gobierno de Jerusalén no haya preparado una batería de medidas de carácter comercial, económico y financiero para desquitarse de la decisión de Sánchez. Y es muy posible que en ese paquete tomen asiento represalias del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sobre los programas de cooperación en materia de seguridad y defensa que Israel tiene acordados con el ministerio de Robles y con la cartera de Interior de Grande-Marlaska.
La información de inteligencia que se supone que Margarita Robles ha recibido de la que fue su directora de Gabinete, después secretaria de Estado de Defensa y hoy directora del CNI, Esperanza Casteleiro, no coincide con el criterio que “sottovoce” expresan algunos directivos de la Inteligencia española. Tampoco concuerda con los datos que les llegan a los altos responsables de la industria de defensa nacional desde sus fuentes en Tel Aviv y Jerusalén.
La futura potencia de fuego de Ejército
Altos mandos militares confirman que, “por el momento, no se ha materializado ninguna ruptura”, pero desde la industria recalcan estar “expectantes a lo que pueda pasar”. En Defensa, las empresas y las asociaciones de la industria coinciden en mostrarse “preocupados porque se lleguen a denunciar acuerdos, romper contratos ya suscritos, echar de lado compromisos que están en pleno proceso de negociación… y que nos veamos metidos en un lio morrocotudo”.
La opinión generalizada es que no es casualidad que la crisis tenga lugar al inicio de la campaña por las elecciones generales al Parlamento Europeo. Unos comicios en los que los partidos a la izquierda del arco político español y europeo libran una dura batalla con los de la derecha. El PSOE ha identificado el desánimo de los votantes de las candidaturas de Sumar que patrocina la vicepresidenta Yolanda Díaz y confía en pescar votos en rio revuelto. “Esa es la principal razón de sacar ahora de la chistera el reconocimiento oficial de Palestina, al margen del parecer de los líderes de Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido”, precisan.
La industria de defensa de Israel es un gran fabricante y exportador de armamento y equipos asociados, de manera principal terrestres y aéreos. Abarca desde fusiles de asalto hasta misiles de toda clase y es pionera en el desarrollo de drones de observación, guerra electrónica y ataque. El Ministerio de Defensa, en su estrategia de diversificar sus compras de armamento, tiene suscritos importantes acuerdos Gobierno a Gobierno con su homónimo de Israel, en el que los grandes beneficiarios son Elbit y Rafael, las dos compañías que lideran su industria militar.
Tres programas de cooperación hispano-israelí son prioritarios para Ejército y la Fuerza Aérea. El de mayor trascendencia, mayor volumen económico y que conlleva un alto grado de transferencia de tecnología está encaminado a hacer realidad el Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad, SILAM. Con él se pretende hacer renacer la artillería lanzacohetes en España, que se volatilizó a finales de 2011, cuando se retiraron de servicio los últimos lanzadores Teruel. Desde entonces, el Ejército carece de sistemas de saturación de gran potencia de fuego de medio y largo alcance.
El SILAM se basa en el Puls, un modelo de lanzacohetes desarrollado por la importante compañía israelí Elbit. Los lanzadores Puls y sus derivados ofrecen una amplia flexibilidad para disparar diferentes tipos y calibres de cohetes ‒de 122 hasta 370 milímetros‒, con un alcance entre 40 y algo más de 300 kilómetros. Están en servicio en Azerbaiyán, Dinamarca, Kazajistán, Ruanda y, por supuesto, en las Fuerzas de Defensa de Israel. También han sido adquiridos por Países Bajos y Tailandia.
Misiles para Ejército y sensores para la Fuerza Aérea
Los diversos contratos suscritos a finales de 2023 ascienden a 697,5 millones de euros. Su principal beneficiario español es la Unión Temporal de Empresas formada por las compañías españolas Escribano M&E y Rheinmetall Expal Munitions, que se comprometen a la producción y entrega de 680 cohetes, una docena de vehículos lanzadores, otros tantos para municionamiento, vehículos para puestos de mando, exploración y recuperación, en su mayoría producidos por Iveco en Madrid. También radares de adquisición de objetivos, drones y sistemas de dirección y control de fuegos.
Otro programa clave es el de los misiles contracarro portátiles de largo alcance. En la guerra en Ucrania se han revalorizado como el imprescindible esqueleto de la defensa, para desarticular y destruir las incursiones de carros de combate y los ataques de los vehículos de Infantería.
Defensa tiene formalizado un contrato de adquisición de 168 puestos de disparo y 1.680 misiles contracarro Spike LR2 de quinta generación de la modalidad “dispara y olvida”, con un alcance máximo de 5,5 kilómetros. Desarrollados por Rafael, incorpora un avanzado rastreador y designador de objetivos y una carga explosiva con gran capacidad de penetración en corazas.
El contrato se pudo cerrar una vez que Pap Tecnos, filial española de Rafael asentada en Torrejón de Ardoz (Madrid), asumió el papel de contratista principal y cedió cargas de trabajo valoradas en más de 90 millones de euros a varias empresas españolas: los equipos de guiado y lanzamiento a Escribano y Tecnobit; los motores cohete a Rheinmetall Expal Munitions que, junto con la Fábrica de Municiones de Granada, también se responsabiliza de las cabezas de guerra y el explosivo del misil.
Defensa también está comprometida en un contrato con Rafael por valor de 207,4 millones. Son para adquirir 46 iluminadores láser Litening V todo tiempo, que mejoran las capacidades de detección y ataque aire-superficie con munición guiada por láser o GPS de los 45 nuevos cazas Eurofighter de los programas Halcón I (20 aparatos) y Halcón II (25). Indra ha pactado con Rafael el mantenimiento de los citados sensores.
Otros contratos relevantes pero de menor entidad económica han sido suscritos con Plasan, empresa judía que proporciona el sistema de blindaje y protección de los primeros 348 Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón del Ejército. En la esfera de las comunicaciones tácticas, Ejercito se está dotando con más de 900 radios cifradas definidas por software de la familia E-LynX de Elbit, que tiene un contrato con Telefónica y Aicox para su fabricación y sostenimiento en España.