El rey de Marruecos, Mohamed VI, agradece a España su cambio de postura en la solución sobre el Sáhara Occidental y anima al resto de países europeos a seguir sus pasos

Repercusiones de la soberanía marroquí sobre el Sáhara a nivel internacional

PHOTO/MAP - El rey de Marruecos, Mohamed VI, durante el discurso de la Fiesta del Trono, 3 de agosto de 2022

Cinco meses después de que el presidente de España, Pedro Sánchez, defendiera por primera vez en la historia de España el plan de autonomía propuesto por Marruecos para dar fin al conflicto enquistado del Sáhara Occidental, el rey de Marruecos, Mohamed VI, ha dado abiertamente las gracias al Gobierno español por su postura, marcando, de esta forma, una nueva etapa en la confianza entre los dos países.

Así, en el marco del discurso del 69º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo, el monarca marroquí, ha querido enfatizar en “la posición clara y responsable de España, nuestra vecina, que bien conoce el origen y la realidad de este diferendo”. Acto seguido, Mohamed VI quiso demostrar el fortalecimiento del compromiso que mantiene Rabat con Madrid tras declarar que esta “posición constructiva” es el inicio de “una nueva página en las relaciones de confianza y el fortalecimiento de la asociación de calidad con estos países amigos”. 

De esta forma y en la misma línea que en las declaraciones de rey alauí, el cambio de postura por parte del Gobierno español abre una nueva etapa entre los dos reinos que promete ser el inicio de unas relaciones diplomáticas fuertes y consolidadas. Así lo ha reiterado la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, tras señalar que Marruecos es “un socio fiable” con el que España “necesita tener buenas relaciones” en ámbitos como en la inmigración y en el sector económico.

En la misma línea se ha pronunciado la Organización para la cooperación hispano marroquí Tariq Ibn Ziad tras declarar que “la nueva posición española” reconoce “la verdad histórica, pero del mismo modo hace justicia, y por tanto se logra la paz. El reconocimiento de Mohammed VI sobre la nueva posición española, pone sólidas bases para el pleno desarrollo de la cooperación cultural, económica, social, política democrática y derechos humanos entre otros aspectos”. 

Y es que sí por algo se ha caracterizado el discurso pronunciado en el 69º aniversario es por la propia insistencia de Mohamed VI a animar al resto de países europeos a mostrar su posición clara sobre la autonomía del Sáhara Occidental, especialmente en países como Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, visitará Argelia el próximo 25 de agosto. Para Marruecos, el Eliseo sigue manteniendo una postura muy ambigua al respecto, al igual que países como Reino Unido. Por este motivo, Mohamed VI ha animado a los países que continúan presentando cierta ambigüedad a la hora de postularse que sigan los pasos de países como España, Alemania, Holanda o Portugal, a lo que ellos consideran como “la mejor solución” a un conflicto que lleva más de 40 años enquistado.

La influencia de EE. UU. en la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental

Asimismo, Marruecos ha subrayado el papel que Estados Unidos estaría ejerciendo como socio, así como su “inamovible posición” respecto a la cuestión del Sáhara Occidental. En un momento en el que Europa vuelve a ser testigo de un nuevo conflicto armado tras la invasión de Rusia sobre Ucrania, el norte de África y Oriente Medio también se han visto afectados por un conflicto que ha trasgredido fronteras y que ha afectado, del mismo modo, a la forma de hacer diplomacia en la región. 

Como consecuencia de lo que se conoce como un “efecto mariposa”, los conflictos - más aún los armados - tienen repercusiones a nivel internacional. Mientras que Rusia continúa estableciendo relaciones con múltiples países africanos, Estados Unidos cada vez ve más relegada su influencia en el continente, al igual que en Oriente Medio. Un ejemplo de esto lo pudimos ver en la Asamblea General de la ONU acogida el 2 de marzo de este año en la que se pedía el cese inmediato de la invasión de Rusia. Un total de 35 países, 25 de ellos africanos, se abstuvieron, mientras que Eritrea votaba en contra de la condena. Este escenario ha dibujado la forma en la que Rusia ha sabido abrirse camino en África, de la mano de China, uno de sus socios más confiables. 

A pesar de que Marruecos también se abstuvo a la condena en un acto al que ellos mismos dijeron que “no puede ser objeto de interpretación alguna”, desde Rabat pidieron “intensificar el diálogo” y lamentaron la “escalada militar” rusa. Todo esto en un momento en el que Rusia continúa fortaleciendo sus lazos con Argelia, sobre todo en el ámbito militar, y poco a poco va llenando los vacíos de poder con su grupo paramilitar Wagner en países como Malí, Burkina Faso o en la República Democrática del Congo.

A pesar de que fue en este último país donde el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken viajó para asegurar las relaciones con Washington, lo cierto es que Rusia también mantiene una importante influencia en el país, al igual que China.

Por este motivo, el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental por parte de los países europeos podría jugar ahora un papel fundamental a la hora de asegurar la influencia estadounidense en el continente y, por ende, de los valores democráticos en un momento en el que estos se encuentran en juego. Como en otros conflictos, el norte de África es ahora también un nuevo tablero de poder en el que a pesar de que Marruecos ha vuelto a tender la mano a Argelia, la división es más que notoria en un contexto en el que la unidad se ha perfilado como elemento clave en un mundo cada vez más polarizado, fragmentado y dividido