El país ha celebrado este domingo sus terceras elecciones parlamentarias desde el comienzo de la guerra civil en 2011

La resaca electoral en Siria apunta a una nueva mayoría Baaz y la oposición califica de farsa los comicios

PHOTO/PRESIDENCIA SIRIA - El presidente sirio Bashar al-Assad y su esposa Asma se registran para emitir su voto durante las elecciones parlamentarias el 19 de julio de 2020

Lunes de resaca electoral en Siria. Aunque el escrutinio ya se ha puesto en marcha, según la agencia siria de noticias Sana, todavía es pronto para saber los resultados. Aunque los expertos esperan que el partido Baaz, encabezado por el presidente Bachar al-Assad, mantenga su actual hegemonía sobre los 250 escaños en disputa. En 2016, con una participación del 56%, esta formación consiguió hacerse con 200 diputados. Los líderes de la oposición en el exilio han calificado de farsa a esta cita electoral y han vaticinado que al-Assad y sus compañeros de partido coparán la cámara legislativa. Millones de refugiados sirios y aquellos ciudadanos que se encuentran en zonas fuera del control del Gobierno de Damasco no han podido acudir a las urnas en las terceras elecciones parlamentarias que se organizan tras el estallido de la guerra civil en 2011. 

Un total de 1.656 personas han concurrido como candidatos y se han habilitado 7.277 colegios electorales para que los ciudadanos ejercieran su derecho al voto entre las 7.00 y las 19.00, aunque el cierre de las urnas se prolongó cuatro horas, hasta las 23.00 por la Alta Comisión Judicial Electoral. El jefe de la comisión, el juez Samer Zamriq, ha asegurado a Sana que los comités en los centros electorales comenzaron el escrutinio de los votos inmediatamente después del cierre de los colegios y ha explicado que no ha habido violaciones ni irregularidades en el proceso electoral. 

Zamriq ha destacado que el comité de cada centro lleva a cabo el escrutinio de los votos en el mismo lugar en el que se organizan los registros de votación y se entregan al subcomité judicial. “Durante el escrutinio se permite a los candidatos, sus representantes y a los medios de comunicación monitorear el proceso de votación y el escrutinio de los votos, así como inscribirlos en un acta especial”, ha indicado.

Pese a este alarde de transparencia, la oposición en el exilio denuncia desde que la familia al-Assad se hizo con el poder hace 50 años no se puede hablar de verdaderas elecciones. La Coalición Nacional Siria, de la oposición, ha señalado que esta cita ha sido “una elección teatral del régimen de al-Assad”, según recoge la versión digital de Arab News este lunes. Otro líder de la oposición, Obeida Nahhas, ha asegurado que las elecciones son una “descarada farsa” que se ha llevado a cabo durante 50 años. “La duración de la era de la dictadura y la tiranía ha producido una situación que no refleja la opinión de la mayoría popular. Ha vaciado las elecciones de su verdadero significado democrático”, ha explicado en declaraciones recogidas por Arab News. 

Las autoridades del país, ajenas a estas quejas, han destacado la fortaleza del país y la celebración de elecciones pese al largo conflicto armado. “La de hoy es una victoria política que se suma a las victorias militares”, ha declarado a pie de urna a la agencia Sana Hussein Arnous, ministro en funciones tras la destitución de Imad Khamis por las protestas que se desataron tras la devaluación de la moneda a mediados de julio. Los principales retos de la siguiente legislatura serán la designación de un nuevo primer ministro en sustitución de Arnous y la aprobación de una nueva Constitución, uno de los principales proyectos impulsados por Rusia, a través de la mesa tripartita de Astana, junto con Irán y Turquía, para poner fin al conflicto sirio. 

La sombra de la COVID-19

Estas elecciones han estado marcadas por la expansión de la COVID-19 en el país. Hasta ahora se han producido 25 fallecidos y 496 infectados en las zonas que controla el Gobierno de Damasco, según el Ministerio de Sanidad. Las mascarillas han sido protagonistas en los centros de votación con le objetivo de evitar los contagios. Una oleada descontrolada de contagios supondría todo un reto para el sistema sanitario de un país arruinado tras nueve años de cruenta guerra civil. 

La violencia tampoco ha desaparecido del escenario. En las últimas 24 horas han muerto al menos siete personas y más de 60 han resultados heridas este domingo en un atentado con coche bomba cerca del paso fronterizo de Bab el Salam, en la frontera con Turquía, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, pero con una red de colaboradores sobre el terreno. 

Se trata del segundo cruce más importante de la zona para la entrada de ayuda humanitaria como para el establecimiento de las mercancías turcas que llenan las estanterías de la provincia de Idlib y parte de Alepo. 
La detonación de un artefacto explosivo el sábado por la noche frente a la mezquita del barrio de Nahr Aisha, en la periferia de Damasco, ha teñido de luto la jornada electoral de este domingo con la muerte de una persona. Otra ha resultado herida, según ha informado Sana. El Observatorio ha concretado que el fallecido un miembro de la inteligencia siria.