Servicios Secretos de Argelia: intento fallido de secuestro de un opositor y caída de un agente influyente en Francia
A primera hora de la tarde del sábado 27 de abril, la policía nacional detuvo en el aeropuerto de Orly a Saïd Bensdira, alias "la rata de Londres", justo cuando se disponía a volar a Barcelona. Objeto de varias denuncias presentadas contra él por unas dieciséis de sus víctimas, "la rata de Londres" fue conducido a la comisaría de Puteaux, cerca de París.
Protegido por los servicios secretos argelinos, de los que es uno de los relés mediáticos más insolentes, para desacreditar a los opositores argelinos en el extranjero, "la rata de Londres" no escatimaba en palabras soeces para fustigar a cualquiera que fuera objetivo de sus manipuladores.
Descontento con el salario mensual de 4.000 euros que, según fuentes fidedignas, le entrega personalmente el jefe de la oficina de seguridad de la embajada de Argelia en Bruselas, utiliza la protección de que goza para chantajear a empresarios argelinos, cometiendo pequeños delitos que van desde la extorsión mediante chantaje y amenazas hasta el allanamiento de morada, la falsificación de documentos, el robo y la difamación pública de personas honorables.
Varias de sus víctimas han aceptado presentar denuncias ante la policía nacional francesa. Estas denuncias, respaldadas por documentos sin irregularidad alguna, empezaron a llover en enero de este año. Menos de cuatro meses después, "la rata de Londres" caía en las redes de la policía francesa, como se ha descrito anteriormente.
Su detención no tuvo nada que ver con la política ni con sus actividades como agente a sueldo de los servicios secretos argelinos. Un agente no estructurado, cabe recordar. Los cargos que se le imputan son puramente de derecho común.
Tras 48 horas bajo custodia policial, fue presentado ante la fiscalía de Nanterre, donde quedó bajo control judicial a la espera de que el juez de instrucción encargado del caso prosiguiera la investigación.
Poco después de que la "rata de Londres" quedara en libertad bajo fianza, el influencer argelino Amir Boukhors, conocido por el seudónimo de Amir Dz, fue secuestrado hacia las 23.30 horas de la noche del lunes 30 de abril. "Un vehículo sin matrícula con una luz intermitente de la policía en el techo me bloqueó el paso cuando subía a mi coche para ir a casa.
Cuatro hombres encapuchados salieron del vehículo y me pidieron que bajara con las manos en alto tras ordenarme que parara el motor y pusiera las llaves en el salpicadero", relata Amir Dz. Los secuestradores no eran policías franceses, como pensaba Amir. Tampoco eran argelinos. "Por su acento, creo que son gitanos o albaneses. Y uno de ellos es un beur argelino", dice.
Amir fue secuestrado en un edificio precario en un bosque no lejos de la región de París. Pasó 27 horas esposado y a la espera de una decisión que apenas podía imaginar. Los secuestradores no tenían ni idea de sus actividades ni de su perfil. Les sorprendió saber que era un refugiado político argelino en Francia.
Una cosa llevó a la otra y, en el curso de su conversación con uno de ellos, se dio cuenta de que habían hecho un trato con argelinos que habían ordenado su secuestro para trasladarlo a España, desde donde sería enviado a Argelia.
Al día siguiente de la desaparición de su marido, la Sra. Boukhors alertó a la policía hacia las tres de la tarde. El despliegue de fuerzas policiales en torno al edificio donde vive Amir atrajo sin duda la atención de los autores del secuestro. Se cree que esta fue la razón por la que se cortó el contacto entre los secuestradores y los autores del secuestro.
Finalmente, los secuestradores liberaron a su rehén en la naturaleza hacia las 3 de la madrugada. Aturdido por las pastillas que le habían obligado a tomar y debilitado por los acontecimientos que acababa de vivir, Amir se arrastró con dificultad hasta el arcén de la carretera para pedir un aventón hasta su casa al amanecer.
Una vez en casa, la policía nacional se hizo cargo de él. Primero lo llevaron al hospital para hacerle análisis de sangre y orina. A continuación se le entrevistó para que relatara los hechos con detalle a efectos de la investigación. La investigación no tardó en localizar el coche de Amir. Había sido abandonado y quemado por los secuestradores a poca distancia de donde había sido secuestrado.
Para Amir Boukhors, no hay ninguna duda. "Los servicios argelinos están detrás de mi secuestro. No es su primer intento. Comenzó en octubre de 2016, cuando uno de sus secuaces, Aref Mechakra, dio instrucciones a un grupo de jóvenes africanos para que me golpearan. Presenté una denuncia.
Aref Mechakra, conocido por sus exhibiciones de camisones rosas y liguero en las redes sociales, es uno de los secuaces de la "rata de Londres". No hace mucho cumplió una condena de un año de cárcel en Argelia por haber sido sorprendido en flagrante delito con una ciudadana extranjera en Argel. Según el diario argelino "Al-Hayat", estaba mostrando al extranjero sitios sensibles relacionados con la seguridad del Estado.
Ante el juez de instrucción del tribunal de Argel, "el hombre del camisón rosa", como le conocen sus allegados, se defendió explicando que su relación con este extranjero era de carácter sentimental. Lo había conocido en el hotel Georges V de París, donde Aref Mechakra trabaja como chasseur (mozo de equipajes).
Tras cumplir una condena de un año de cárcel, regresó a Francia, donde prosiguió sus actividades en favor de los servicios argelinos con mayor celo para borrar las huellas de la acusación de traición que le persigue hasta hoy.
Estos dos casos, la detención de la "rata de Londres" y el secuestro frustrado de Amir Boukhors, causaron sensación en el cuartel general de la DGDSE en las alturas de Argel.
El general Djebbar Mehenna convocó urgentemente al coronel Sadek, jefe de la oficina de seguridad de la embajada argelina en París. Era una llamada lógica, al fin y al cabo, para elaborar un plan que permitiera "salvar al soldado del camisón rosa y a su compinche la rata".
La moraleja de la historia es que nunca antes un servicio secreto en el mundo había sido expuesto tan públicamente. A la "rata de Londres" ya le habían robado el teléfono móvil, que contenía varios documentos y conversaciones grabadas entre él y sus patrocinadores.
Entre ellos figuraban los números de cuentas bancarias de varios altos cargos de la DGDSE, como el general Mehenna y su mano derecha, el coronel Zerguine Souahi, alias Mouad, y sus otros acólitos, Hocine Boulahia, cuyo verdadero nombre es Hamid Oubelaïd, y el general Abdelkader Haddad, alias Nacer El-Djen, director en funciones de la Seguridad Interior.
Estos dos últimos poseen propiedades en España, al igual que Lotfi Nezzar, hijo del difunto general Khaled Nezzar, que posee un piso de 98 m2 en Barcelona y un terreno de 6.000 m2 en Tarragona. Las cuentas bancarias en España pasan a la rata de Londres para las transferencias de grandes sumas de dinero extorsionadas a empresarios argelinos afincados en Europa.
En esta ocasión, los investigadores confiscaron los teléfonos móviles y los equipos informáticos de la rata de Londres. Se trata de una auténtica mina de oro que lleva consigo regularmente y que va a causar grandes problemas a un gran número de altos funcionarios y agentes de la DGDSE. Un verdadero escándalo.