Durante la semana del 30 de octubre al 6 de noviembre, los servicios secretos franceses dieron un gran golpe al detener a varios agentes que actuaban por cuenta de los servicios secretos argelinos. La misión de la red era preparar atentados y ataques contra opositores políticos y periodistas argelinos.
Entre los detenidos se encontraba un youtuber conocido por su comportamiento desubicado e inmoral y sus repetidas difamaciones de innumerables personas a las que, por lo general, no conocía. Se trata de Saïd Bensdira, conocido por el seudónimo de “rata de Londres”. Con él está su campaña, Amira Houa y Mohamed Aït-Aftis, conocido como Djahid por unos y como Carlos por otros. Este último es un viejo conocido de los servicios secretos franceses, ya que participó en el intento de secuestro y asesinato de un periodista argelino afincado en Francia. Fue una operación que fracasó estrepitosamente, dada la torpeza y el amateurismo del hombre que le llevó a las garras de la Policía francesa.

Multiplicando las difamaciones en su canal de YouTube y disfrutando de la impunidad que le garantizaba el anonimato, ya que sus víctimas no podían presentar denuncias contra él, “la rata de Londres” acabó cayendo en hueso duro. Se trataba de Karim Amellal, embajador francés de origen argelino y delegado interministerial para el Mediterráneo. Había sido objeto de una serie de insultos y comentarios difamatorios por parte de este youtuber, que pensaba que aún estaba a salvo de una denuncia dado el apoyo de los servicios secretos argelinos, de los que se ha convertido en un enlace mediático y en los que confían mucho, por no mencionar el hecho de que nadie conoce su filiación ni su dirección. Estos dos elementos son absolutamente necesarios para que cualquier caso pueda ser llevado ante los tribunales. A ello se añade el coste exorbitante de los honorarios de los abogados en Gran Bretaña, país de residencia de la “rata de Londres”.
Karim Amellal, gracias a su posición en la administración francesa, pudo obtener de las autoridades británicas la dirección de este Hurluberlu, así como su filiación. La maquinaria legal se puso entonces en marcha tanto en el Reino Unido como en Francia contra este especialista de la difamación pública y el chantaje.

Huyendo del Reino Unido, donde ahora se le perseguía, la “rata de Londres” repartió su tiempo entre España y Francia. En Francia, sintiéndose fortalecido por las instrucciones que recibía de los agentes de la DGDSE, se soltó por completo, confundiendo fechorías criminales con acciones que debían emprenderse contra la oposición argelina en Francia. No tardó en llamar la atención de la Dirección General de Seguridad Interior francesa, que ya ha puesto sus ojos en su cómplice Mohamed Aït Aftis, argelino que viaja con pasaporte británico. Aftis, creyéndose protegido por los servicios argelinos tras creer cerrado su caso de asesinato contra un periodista argelino, ha cometido una serie de errores garrafales que han atraído la atención de los servicios de seguridad franceses. El alborotador londinense y su cómplice acabaron cayendo en la red de la DGSI, llevándose consigo a Amira Houa, que se presentó como representante personal del general Djebbar Mehenna. Solo Lotfi Nezzar, hijo del general retirado Khaled Nezzar, que se encontraba en Argel, escapó a la detención. Pero no tardará en serlo con el relanzamiento de la investigación judicial sobre el intento de asesinato de un periodista argelino, en el que está ampliamente implicado. Al igual que un tal Kaci Ghilas, cómplice de Mohamed Aït-Aftis en la operación contra un periodista argelino.

Es probable que en los próximos días se interrogue a otros elementos, en particular a un psiquiatra argelino que suministra psicofármacos a la red y a un empresario que financia al grupo.
La red está dirigida desde Argel por el general Hamid Oubelaïd, alias Hocine Boulahia, jefe del departamento encargado de las operaciones contra la oposición política argelina en el extranjero. Su relación con Mohamed Aït-Aftis queda demostrada por la trazabilidad de sus intercambios de mensajes en la aplicación de la señal, como consta en el acta de la audiencia de este último.

Tras algo más de 48 horas bajo custodia policial, del 30 de octubre al 2 de noviembre, los detenidos fueron puestos en libertad bajo control judicial. Una medida que “la rata de Londres” no respetó cuando abandonó el territorio francés justo después de su puesta en libertad. Pero en otro caso, cuya investigación acaba de concluir la policía judicial de Nanterre, una orden de detención internacional le sacará de su agujero y le enviará a otro del que no saldrá en muchos años, dada la gravedad de los cargos que se le imputan. Ya los mencionamos en una edición anterior.
Esta represión de los servicios franceses de contraespionaje es el tercer fracaso de las tropas del jefe de la DGDSE, ahora conocido como los “pies de níquel” del espionaje. El general Djebbar no sólo es un novato en lo que se refiere a la recogida de información en el extranjero, ya que ha pasado la mayor parte de su carrera en la seguridad del Ejército, sino que incluso sus colegas más cercanos, traídos de la seguridad del Ejército, tienen el mismo perfil que él. De ahí los múltiples fracasos en las diversas operaciones llevadas a cabo, empezando por el asesinato planificado de cinco opositores políticos en Francia, pasando por el intento de crear un movimiento separatista en el Rif marroquí, hasta la muy reciente destinada a perjudicar por diversos medios a la oposición argelina.