El Ejército sirio se retira de Sweida y delega la seguridad en facciones locales

Llega un giro estratégico en la política de seguridad del Gobierno dirigido por Ahmad Al-Sharaa
<p>El Ejército israelí escolta a sirios mientras caminan desde Majdal Shams de regreso a Siria, a lo largo de la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD&nbsp;</p>
El Ejército israelí escolta a sirios mientras caminan desde Majdal Shams de regreso a Siria, a lo largo de la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD 
  1. Retirada de tropas
  2. Acuerdo de alto el fuego y divisiones internas en la comunidad drusa
  3. El fin de una presencia militar histórica
  4. Intervención israelí y tensiones regionales
  5. ¿Un precedente para futuras retiradas?

El Ejército sirio completó su retirada total de la provincia de Sweida, en el sur del país, tras un acuerdo de alto el fuego con líderes de la comunidad drusa. La salida de las tropas gubernamentales pone fin - al menos temporalmente - a una semana de intensos enfrentamientos sectarios y marca un giro estratégico en la política de seguridad del Gobierno interino liderado por Ahmad Al-Sharaa.

Retirada de tropas

El propio presidente anunció que la seguridad de la provincia será asumida por facciones drusas locales y los “jeques de la razón”, en referencia a la autoridad espiritual de esta comunidad. “La decisión se tomó para preservar la unidad nacional y evitar una guerra mayor”, declaró Al-Sharaa en un discurso transmitido por televisión.

Según confirmó la agencia oficial SANA, la retirada comenzó en la noche del miércoles y se completó en las primeras horas del jueves. Convoyes militares abandonaron la ciudad de Sweida en cumplimiento de lo pactado entre el Estado y los representantes drusos. Medios locales mostraron imágenes de vehículos blindados saliendo del centro urbano bajo vigilancia de líderes comunitarios armados.

“La ciudad parece libre de presencia gubernamental, pero la situación es catastrófica. Aún hay cadáveres en las calles”, declaró Ryan Marouf, editor de la red independiente Sweida 24, tras recorrer la zona.

Acuerdo de alto el fuego y divisiones internas en la comunidad drusa

Previamente, el Ministerio del Interior de Siria y la Casa de la Comunidad Drusa Almohade en Sweida anunciaron un acuerdo para un alto el fuego, aunque marcado por diferencias internas. El pacto incluye la formación de un comité conjunto, compuesto por representantes del Estado y jeques drusos, encargado de supervisar la implementación del cese de hostilidades y la regulación de armas tribales en cooperación con los Ministerios del Interior y Defensa.

Youssef Jarbou, uno de los tres jeques que lideran la comunidad drusa, confirmó que el acuerdo contempla la suspensión inmediata de operaciones militares y el regreso de las fuerzas del Ejército a sus cuarteles.

No obstante, la presidencia espiritual de los Hijri, otro de los clanes históricos de la comunidad drusa, emitió un comunicado rechazando el pacto y afirmando que “no hay acuerdo ni negociación” con el Gobierno sirio. Exhortaron a continuar la defensa legítima y las hostilidades hasta la liberación total de Sweida.

El Ministerio del Interior sirio calificó el acuerdo como “un paso importante para reconstruir la confianza entre el pueblo de Sweida y el Estado”, con el objetivo de mantener la unidad, seguridad y estabilidad nacional. Sin embargo, las discrepancias internas subrayan la fragilidad del alto el fuego y la incertidumbre sobre su cumplimiento a largo plazo.

<p>Drusos observan cómo el Ejército israelí coloca un muro de hormigón en la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD </p>
Drusos observan cómo el Ejército israelí coloca un muro de hormigón en la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD 

El fin de una presencia militar histórica

La retirada representa el primer repliegue completo del Ejército sirio de una provincia clave desde el estallido de la guerra civil en 2011. Sweida, bastión histórico de la minoría drusa, había mantenido durante años una relación ambigua con Damasco: lealtad prudente al régimen a cambio de autonomía relativa.

Esa dinámica cambió en los últimos días, cuando una serie de secuestros y ataques entre milicias drusas y tribus beduinas suníes desató un conflicto armado que dejó, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos 374 muertos, incluidos civiles, combatientes drusos y miembros del Ejército. Entre los fallecidos, se contabilizan más de 27 civiles drusos ejecutados sumariamente, según la misma fuente.

El Ministerio de Defensa sirio declaró que su operación en Sweida tenía como objetivo “eliminar a grupos ilegales”. Sin embargo, múltiples testigos denunciaron que las tropas gubernamentales y milicias aliadas cometieron abusos contra civiles, saquearon hogares y atacaron incluso a líderes religiosos.

El acuerdo de retirada fue alcanzado el miércoles tras días de negociaciones respaldadas por Estados Unidos, Turquía y países árabes. Washington calificó el pacto como “una oportunidad para restaurar la calma” y pidió a todas las partes respetar sus compromisos.

No obstante, el cese de hostilidades previo, anunciado el martes, se rompió casi de inmediato tras el rechazo público del influyente clérigo druso Sheikh Hikmat al-Hijri. Esta vez, el compromiso parece haberse cumplido en su aspecto más visible: la salida de las tropas.

Aún así, la incertidumbre domina el panorama. “No está claro si el acuerdo se mantendrá, ni qué ocurrirá si los enfrentamientos se reanudan”, advirtió un funcionario de seguridad regional a la agencia AFP. 

<p>Un trabajador desata muros de hormigón que se colocarán cerca de una puerta en la frontera entre Israel y Siria mediante una maquinaria, a lo largo de la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD </p>
Un trabajador desata muros de hormigón que se colocarán cerca de una puerta en la frontera entre Israel y Siria mediante una maquinaria, a lo largo de la línea de alto el fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y Siria, en medio del conflicto en curso en las zonas drusas de Siria, en Majdal Shams, el 17 de julio de 2025 - REUTERS/ AMMAR AWAD 

Intervención israelí y tensiones regionales

La violencia en Sweida también desencadenó una nueva escalada militar entre Siria e Israel. El miércoles, el Ejército israelí bombardeó varios objetivos estratégicos en Damasco, incluida la sede del Ministerio de Defensa, en represalia por los ataques a la población drusa. Al menos tres personas murieron y 34 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud sirio.

Los drusos, una comunidad esotérica de raíces islámicas chiíes, representan una de las minorías más cerradas y antiguas del Medio Oriente. Aunque culturalmente árabes, su identidad es fuertemente religiosa y autónoma.

En Siria, donde viven cerca de 700.000 drusos, la mayoría ha optado históricamente por la neutralidad, manteniendo una relación ambivalente con el poder central. Durante el régimen de Bashar Al-Assad, muchos prefirieron no alinearse ni con el Gobierno ni con la oposición islamista, temiendo represalias o aislamiento.

Pero la caída de Assad en diciembre de 2024 a manos de una coalición rebelde liderada por islamistas, y la llegada al poder de Ahmad Al-Sharaa, antiguo líder de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), ha resquebrajado el frágil equilibrio. “Confiar en el nuevo Gobierno es difícil, especialmente cuando muchos de sus miembros combatieron contra nosotros hace apenas unos años”, señaló un anciano druso en Sweida.

La posición israelí no es desinteresada. Más de 150.000 drusos viven en Israel, muchos de ellos en los Altos del Golán ocupados. Son el único grupo árabe del país sujeto al servicio militar obligatorio. Para el Gobierno de Benjamín Netanyahu, el vínculo con esta comunidad va más allá de la solidaridad religiosa: también es un asunto estratégico. Buscan mantener a las fuerzas sirias alejadas de su frontera. 

“Estamos actuando con moderación, pero con determinación”, afirmó el ministro de Defensa, Israel Katz, quien advirtió a Damasco que cesara sus operaciones en Sweida o enfrentaría “consecuencias dolorosas”.

La retirada comenzó apenas horas después de que Israel lanzara una serie de ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Damasco, incluida la sede del Ministerio de Defensa y el palacio presidencial, en represalia por los enfrentamientos en Sweida, que afectan a la minoría drusa. Washington, en un intento de mediar en el conflicto y restablecer relaciones con Siria, anunció que se había alcanzado un acuerdo para restablecer la calma y pidió a todas las partes que cumplieran sus compromisos.

<p>El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz - REUTERS/RONEN ZVLUN</p>
El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz - REUTERS/RONEN ZVLUN

¿Un precedente para futuras retiradas?

Con Sweida fuera del control directo del Estado, se abre un precedente peligroso pero inevitable en un país fragmentado por más de una década de conflicto. La provincia será ahora gestionada por actores locales, con armamento y estructuras de poder propias, sin supervisión central clara.

Aunque Al-Sharaa elogió la mediación internacional y prometió una Siria “plural e inclusiva”, el vacío de poder en Sweida refleja los límites de su control territorial, y deja abierta la posibilidad de una desintegración aún mayor si no se alcanza un pacto político duradero. “Esta retirada no es una victoria ni una rendición: es un reconocimiento de que la centralización forzada ha fracasado”, analizó un diplomático árabe bajo condición de anonimato.