Desde el 22 de octubre, el general de división Mustapha Oudjani ya no es interventor del Ejército argelino. Esta información no se hizo pública hasta la publicación del Boletín Oficial número 73, el jueves 16 de noviembre. La información se publicó al final de la 2ª columna de la página 13 del boletín oficial, ahogada en un charco de decretos presidenciales. Ni siquiera se menciona su rango, general de División.

Sin embargo, su nombramiento para este puesto, en sustitución del general de División Hadji Zerhouni en agosto de 2019, había sido anunciado en la prensa. Hay que recordar que este nombramiento fue inconstitucional. Fue decidido por Abdelkader Bensalah, presidente interino de la República tras la "dimisión" del presidente Abdelaziz Bouteflika. Según la Constitución, un presidente interino no tiene prerrogativas para hacer cambios ni en el gobierno ni en ninguna de las instituciones del Estado.
Lo mismo ocurre con su sucesor, el general de División Hadj Bouceldja, nombrado el mismo día. El nuevo interventor general era el director central de los Servicios de Intendencia del Ministerio de Defensa Nacional.

Hay que recordar que los cambios al frente de los servicios secretos se anuncian regularmente, y las ceremonias de relevo se retransmiten por las cadenas de televisión públicas y privadas. Y pensar que los nombramientos en los servicios de seguridad eran un secreto de Estado.
En realidad, este cambio de controlador del Ejército no es aislado. En los últimos días hemos asistido a un auténtico ballet en diversos organismos del Estado, los más espectaculares de los cuales han afectado al cuerpo de embajadores. Un cambio de embajadores y cónsules fuera del periodo habitual. Lo mismo ocurre con los cambios en el Ministerio de Defensa Nacional, que suelen producirse entre junio y septiembre.