Arabia Saudí intensifica su presencia en Siria

Tras más de una década ambos países vuelven a cooperar en diversos ámbitos
El ministro de Inversiones saudí, Khalid Al-Falih - REUTERS/MAXIM SHEMETOV
El ministro de Inversiones saudí, Khalid Al-Falih - REUTERS/MAXIM SHEMETOV
  1. Historia de las relaciones entre Arabia Saudí y Siria

Siria y Arabia Saudí están intensificando sus relaciones bilaterales. En este sentido, ambas naciones han firmado 47 acuerdos por un valor superior a los 20.000 millones de riyales (4.665 millones euros).  

Dentro de esta dinámica, se produjo la visita a Siria de una delegación saudí encabezada por el ministro de Inversiones, Khalid Al-Falih, previa a la celebración del “Foro de Inversiones Sirio-Saudí 2025”, bajo la dirección del príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, lo que simboliza un punto de inflexión en las relaciones económicas entre ambos países árabes.  

Siria, que acaba de pasar por una larga guerra civil, necesita una reconstrucción urgente, según han manifestado diversos analistas, como el experto económico Dr. Firas Haddad. Este hecho resulta una oportunidad muy atractiva en cuanto a la inversión, y Haddad insistió en que es importante recibir ese apoyo para el estado de bienestar. 

Este encuentro, según los expertos, marca un paso más en los esfuerzos de Arabia Saudí en disipar la influencia iraní en el territorio sirio y la reintegración de este mismo en el entorno árabe tras su reentrada en la Liga Árabe. 

Según gráficos de Alsharq Bloomberg, desde el año 2019 hasta 2023, la inversión siria hacia Riad se cifra aproximadamente en 930 millones de dólares. La razón de las altas cifras en inversión se debe a los altos índices de migración de la población siria.  

El príncipe heredero y primer ministro, Mohamed Bin Salmán, apuesta fuerte por promover el turismo internacional de calidad y, en consecuencia, reforzar la red de aeropuerto y aerolíneas saudíes - PHOTO/SPA
El príncipe heredero y primer ministro, Mohamed Bin Salmán, apuesta fuerte por promover el turismo internacional de calidad y, en consecuencia, reforzar la red de aeropuerto y aerolíneas saudíes - PHOTO/SPA

Por su parte, Arabia Saudí pretende reanudar sus inversiones hacia Damasco con aproximadamente 4.000 millones de dólares después de la suspensión de emprendimientos saudíes en el país sirio durante 12 años.  

Además, según el ministro Al-Falih, tienen la intención de contribuir a los sectores de agricultura, salud, educación, construcción, bienes raíces, TIC, energía, comercio y manufacturación.  

A este foro asistieron entidades públicas y privadas de ambos países y más de 500 empresarios saudíes se mostraron interesados en ingresar dentro del mercado sirio y así marcar el inicio de una nueva era económica. Al-Falih explicó que este encuentro “reafirma el apoyo de Arabia Saudí al proceso de recuperación y desarrollo de Siria”. 

Los acuerdos se solidificaron, según Sudafax, con “la colocación de la primera piedra” de la futura nueva torre Al-Jawhara en Damasco. Ya que este edificio forma parte de los planes de inversión de Arabia Saudí, al igual que el proyecto de la fábrica de Cemento Blanco de Fayhaa en la ciudad industrial de Adra. 

También se expresó el deseo del príncipe heredero de establecer un Consejo Empresarial Saudí-Sirio encabezado por el presidente de ACWA Power, Mohamed Abunayan, para el fortalecimiento de la cooperación tanto comercial como de inversión.  

Entre las empresas saudíes que han firmado contratos millonarios de inversión, está la entidad Beit Al Ibaa Company, que pretende la construcción de un complejo residencial junto a otro comercial en la localidad siria de Homs.  

Vista aérea de la ciudad siria de Alepo - <a  data-cke-saved-href="https://depositphotos.com/es/?/" href="https://depositphotos.com/es/?/">Depositphotos</a>
Vista aérea de la ciudad siria de Alepo - Depositphotos

También figuran las empresas STC y Elm que desarrollarán las instalaciones digitales y tecnológicas, o el Grupo Saudí Tadawul que firmó en el ámbito de datos y finanzas.  

Además, se firmaron más acuerdos como el del sector de aviación entre la Aviación Civil Siria y la Compañía de Aeropuertos Saudíes, o el de ciberseguridad entre el Ministerio de Comunicaciones sirio y una empresa saudí especializada. 

Aunque Siria y Arabia Saudí estén volviendo a una relación amistosa en los recientes años, según Radio France Internationale, la comunidad internacional aún presenta opiniones distintas dependiendo del país. 

Historia de las relaciones entre Arabia Saudí y Siria

Los dos países árabes comparten un largo y vasto historial político y económico marcado por momentos de cooperación y otros de desacuerdo marcados por los regímenes de cada época. 

Las posturas de las naciones no han dependido únicamente de las partes involucradas, sino que las políticas de terceros también influyeron. Los cambios en la relación de estos dos países han sido tanto causa como consecuencia de las prácticas en la política exterior efectuadas en otros territorios. 

Según Alkhaleej online, “desde la llegada al poder de Hafez Al-Assad, la relación entre Riad y Damasco se ha caracterizado por el consenso en numerosos asuntos regionales. Ambas partes han forjado una alianza basada en la solidaridad árabe y las cuestiones nacionales”. 

Si bien su cooperación data de mucho tiempo atrás, según Alshar Al Awsat, Arabia Saudí “ha sido el mayor defensor de Siria” a lo largo de la historia moderna. Abdul Aziz Bin Abdul Rahman, el primer rey y fundador del Reino de Arabia Saudí, estaba orgulloso de tener población siria en su territorio.  

Tan estrecha era su relación, que, en 1928, los mismos sirios le dieron la oportunidad de poner a su hijo como rey de Siria. Él rechazó la oferta y siempre les mandó su apoyo, del mismo modo hicieron sus herederos, incluso después de los años 60, época del régimen del Partido Baaz en Siria e Irak.  

Vista aérea del centro de la ciudad siria de Homs - <a  data-cke-saved-href="https://depositphotos.com/es/?/" href="https://depositphotos.com/es/?/">Depositphotos</a>
Vista aérea del centro de la ciudad siria de Homs - Depositphotos

Ambos países también expresaron su aprecio desde el momento en que se proclamó la República Siria. Relató Saeed Al-Tallawi en su libro “Cómo Siria logró la independencia”, que el primer presidente de la en ese entonces recién liberada nación, Shukri Al-Kuwatli, fue invitado en 1945 a Arabia Saudí por el rey Abdulaziz Al-Saud. 

En la década de los 50, tras años de buenas relaciones con el régimen de Al-Kuwatli (fue apoyado incluso durante un golpe militar), una vez él cedió su mandato al egipcio Gamal Abdel Nasser con el fin de unificar una República Árabe Unida, las cosas empeoraron porque no se fiaba de sus intenciones en la región.  

Desgraciadamente para ambos líderes, el proyecto que unificó a Egipto con Siria como una única nación en 1958 duró nada más que tres años. 

La década de los 60 es una mancha negra en la historia de relaciones de Arabia Saudí y Siria. O, mejor dicho, fue una época en la que la República no se llevaba bien con la mayoría de los países de la región. 

Lo que ocurrió fue que, en marzo de 1963, nació el régimen del Partido Baaz. Su ideología era muy parecida a la de Nasser, ya que criticaban los nacionalismos de los países árabes, que para ellos estaban promovidos por el imperialismo occidental.  

La situación no hizo más que empeorar en el año 1966, cuando las luchas por el poder que el partido llevaba acarreando desembocaron en el suceso del 23 de febrero. El general Salah Al-Jadid llevó a cabo un golpe de Estado y llegó al poder. En consecuencia, Siria se convirtió en la oveja negra de la región por, según Snacksyrian, tildar a los regímenes sirios de atrasados.  

Esta fotografía difundida por la Agencia de Noticias Árabe Siria SANA muestra al jefe de inteligencia del gobierno interino sirio Anas Khattab (izq.) siendo recibido por el primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani (der.), en Doha el 5 de enero de 2025 - PHOTO/SANA
Esta fotografía difundida por la Agencia de Noticias Árabe Siria SANA muestra al jefe de inteligencia del gobierno interino sirio Anas Khattab (izq.) siendo recibido por el primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani (der.), en Doha el 5 de enero de 2025 - PHOTO/SANA

La tensión con Damasco se podía cortar con un cuchillo en esos tiempos, pero la situación se fue relajando paulatinamente hasta mejorar en la década de los 70 cuando Hafez Al-Assad se volvió presidente.  

El historiador libanés Kamal Dib, explicó en su libro “Siria en la Historia”, que Assad mandó la reparación del oleoducto Tapline que transporta petróleo de Arabia Saudí pasando por Siria. Por supuesto, como agradecimiento, los saudíes aumentaron los beneficios sirios.  

El petróleo también fue clave durante la Guerra de octubre de 1973, conflicto bélico en el que la República se vio envuelta contra Israel. Arabia Saudí aprovechó su condición como potencia petrolera y suspendió exportaciones como gesto de apoyo. Y no paró allí, porque llegó a mandar unidades militares para que combatiesen en los Altos del Golán.  

Pero esta época histórica tuvo un problema dentro de la región: la guerra libanesa. Este conflicto bélico conocido como la Guerra de los Dos Años, condicionó el inicio de una campaña saudí empeñada en frenarlo. En la Cumbre de Riad, se acordó que era posible la intervención siria en el Líbano.  

Ya en los 80, surgió una disyuntiva a raíz de otra contienda bélica: la guerra entre Irán e Irak entre los años 1980 y 1988. Siria estaba a favor de Teherán, mientras que Riad se inclinaba hacia Bagdad.  

No obstante, a pesar de que cada uno apoyaba un bando distinto, según el informe Hormoon, “la relación continuó gracias al pragmatismo de Hafez Al-Assad y la flexibilidad de los saudíes”.  

Aunque, en 1982, hubo cierta ruptura debido a la negativa de sirios y palestinos a la iniciativa de paz que había propuesto el príncipe saudí Fahd durante la conferencia de Fez de ese año. 

Los 90 no empezaron con calma, ya que en 1991 Kuwait estaba siendo invadida por Irak debido a sus reservas petrolíferas. Riad y Damasco estuvieron de acuerdo en su postura respecto a Saddam Hussein hasta el punto en que formaron equipo con más países para echarlo de Kuwait. En el proceso, se enviaron unidades militares sirias a Arabia Saudí.  

El comienzo del siglo XXI repitió el patrón de la última década del siglo XX. En el año 2003, Estados Unidos, junto a una coalición internacional que lideraba, decidió invadir Irak mediante bombardeo aéreo.  

Según Alkhaleej Online y Snacksyrian, Damasco estuvo rotundamente en contra de esta ocupación, mientras que los saudíes estaban a favor. Pero, según el informe Homroom, Hafez Al-Assad aprovechó el momento y apoyó a la coalición de manera simbólica, “mientras que Arabia Saudí contribuía financiera y logísticamente”. 

Dos años después, el Líbano vuelve a ser un motivo de disputa entre ambas naciones. El primer ministro libanés de ese entonces, Rafik Hariri, murió asesinado. En consecuencia, Siria retiró las tropas que tenía allí y comenzó otra era de distanciamiento siria-saudí. 

A pesar de que en 2006 el presidente Bashar Al-Assad había visitado al rey Abdullah Bin Abdulaziz en son de paz y entendimiento, al siguiente año, el vicepresidente sirio Faouk Al-Sharaa criticó la negativa de Riad a coordinar esfuerzos junto a Damasco y El Cairo. 

En respuesta, Arabia Saudí acusó a Sharaa de ser responsable de deteriorar el sentido de unidad en la región, y, sobre todo, empeorar la relación sirio-saudí. 

Las tensiones no se disiparon hasta el año 2009, cuando se firmó el Acuerdo de Doha en la Cumbre de Kuwait sobre asuntos como el que más les había preocupado: el Líbano. Las buenas migas se mostraron evidentes cuando Damasco fue declarada inocente del asesinato del primer ministro libanés y los dirigentes de ambas naciones celebraron reuniones presenciales.  

<p>El presidente interino de Siria, Ahmed Al-Sharaa - REUTERS/ KHALIL ASHAWI</p>
El presidente interino de Siria, Ahmed Al-Sharaa - REUTERS/ KHALIL ASHAWI

Pocos años duró el consenso, ya que en 2011 estalló la guerra civil en Siria en la que el presidente Bashar Al-Assad había llevado a cabo una represión brutal hacia los opositores. Ante estos sucesos, Arabia Saudí se mostró terminantemente en contra del régimen de Assad hasta el punto en que fue de los primeros países en pedir la suspensión de la membresía de Siria en la Liga Árabe.  

Desde ese entonces, las relaciones se congelaron porque cerró la Embajada saudí en Damasco y el embajador sirio fue expulsado de Riad.  

Hubo resquicios de reconciliación en 2018 que no llegaron a más, y otros en 2021 cuando el ministro de Turismo sirio, Mohamed Rami Martini, asistió una reunión del Comité para Oriente Medio de la Organización Mundial del Turismo pautada por Arabia Saudí.  

Después de la caída de Bashar Al-Assad, el crecimiento gradual de las conversaciones entre ambas naciones se acrecentó de manera exponencial, hasta el punto en que, en 2025, Arabia Saudí le pidió a Donald Trump que anule las sanciones a Siria. Y, en efecto, el presidente estadounidense lo hizo meses después. 

Según los recientes acontecimientos, se prevé que los dos países vuelvan a estar en buenos términos en un futuro cercano, hecho que beneficiará a Siria porque necesita reconstruirse tras un largo periodo de guerra que ha acarreado una crisis profunda y el reino saudí tiene el suficiente músculo financiero para poder contribuir de manera relevante a la reconstrucción siria.  

Las relaciones están basadas en la confianza, la colaboración y el trabajo conjunto de cara a los problemas y el desentendimiento. Puede haber periodos de conflicto, pero lo importante, cuando se trata de naciones, es que los esfuerzos por volver a estar en buenos términos no cesen.