Un simposio saharaui-saharaui
Mohamed Chérif, responsable de Relaciones Internacionales del Movimiento Saharaui por la Paz, declaró que las palabras de Bachir Mustafa Sayed, hermano del fundador del Frente Polisario, sobre el llamamiento urgente a organizar una conferencia para salvar el barco de esta organización, confirman lo que el movimiento viene diciendo desde su creación y demuestran el fracaso del Frente Polisario y su pérdida de control sobre la situación política y militar.
Chérif señaló que “el Polisario, que siempre suprime las voces discrepantes en favor de una única voz lealista, ha acumulado fracasos en los últimos años en todos los frentes, fracasando en la gestión política del conflicto del Sáhara. Además, también ha fracasado militarmente debido a la naturaleza y los métodos cambiantes de la guerra, y a su incapacidad para combatir a Marruecos, que ha desarrollado su arsenal militar y controla actualmente la situación militar en el Sáhara”.
Explicó que “el Movimiento Saharaui por la Paz ha convocado una reunión nacional con la presencia de todas las partes implicadas, incluidos opositores al Polisario, líderes tribales saharauis y representantes de la sociedad civil, para iniciar un diálogo saharaui serio y responsable, basado en principios democráticos, que permita a los saharauis elegir la dirección que consideren oportuna”, subrayando que “la solución a este conflicto sólo puede ser pacífica, lejos del lenguaje de las armas”.
Chérif añadió también que muchos jóvenes de los campamentos de refugiados de Tinduf esperan que el Movimiento Saharaui por la Paz sea el camino a seguir. De hecho, muchos jóvenes y organizaciones dicen ahora que la única esperanza para los saharauis es el Movimiento Saharaui por la Paz, que ha propuesto una solución pragmática y viable, en la que no hay vencedores ni vencidos, para resolver este conflicto de 50 años.
Si Bachir Mustafa Sayed se toma en serio lo que dice, debería convocar una conferencia internacional para saharauis, opositores, jefes tribales y sociedad civil, en un país neutral y con observadores extranjeros.