Sólo en la última semana los insurgentes han tomado el control de al menos 28 distritos de ocho provincias afganas

Soldados afganos huyen a Tayikistán ante el rápido avance talibán

REUTERS/MOHAMMAD ISMALI - Las fuerzas de seguridad afganas cerca del lugar de un ataque en una base aérea militar estadounidense en Bagram, al norte de Kabul, Afganistán

La retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán está prevista que se complete a finales de agosto, varias semanas antes de la fecha marcada por la Administración Biden que estableció como día límite el 11 de septiembre, coincidiendo con el 20º aniversario del atentado contra las Torres Gemelas, hecho que desencadenó la invasión estadounidense del país centroasiático.

La semana pasada Estados Unidos abandonaba, sin previo aviso, el aeródromo de Bagram. Bagram, ubicado a 70 km al norte de Kabul, supone un símbolo de la invasión estadounidense de Afganistán. Este complejo que acabó convirtiéndose en una pequeña ciudad para los soldados estadounidenses con todo tipo de instalaciones desde gimnasios hasta tiendas ha visto pasar a más de 100.000 soldados norteamericanos. Bagram se conformó así como el centro del poder militar en el país asiático, así como el epicentro de la guerra para expulsar a los talibanes y localizar a los autores de los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Escasos días después de la salida de los soldados norteamericanos de la basa de Bagram, los talibán han llevado a cabo una nueva ofensiva que ha resultado en la caída de más de una docena de distritos. Los talibán controlan ya alrededor de 168 distritos de los 407 que conforman el país y durante el fin de semana se han hecho con el control de seis distritos clave de la provincia septentrional de Badakshan, fronteriza con Tayikistán y China.

Ante la retirada de las tropas internacionales, los grupos insurgentes han ido adquiriendo mayor poder en el terreno mientras que el Ejército Nacional afgano está experimentando un vacío de poder que está llevando a muchos soldados a desertar y huir al país vecino. Según un comunicado de los servicios de seguridad tayikos, recogido por la agencia de prensa pública Khovar, “durante los enfrentamientos armados con los talibanes, 1.037 militares de las fuerzas gubernamentales afganas, para salvar la vida de su personal, se retiraron y entraron en Tayikistán”.

Asimismo, el comunicado señala que “teniendo en cuenta el principio de buena vecindad y adhiriéndose a la posición de no injerencia en los asuntos internos de Afganistán, se permitió a los militares de las fuerzas gubernamentales afganas cruzar al territorio tayiko”. Ante esta situación el presidente afgano Ashraf Ghani habló por teléfono con su homólogo tayiko, el presidente Emomali Rakhmon, para debatir los acontecimientos. Como recoge la agencia de noticias Reuters, durante la conversación "se prestó especial atención a la escalada de la situación en las zonas del norte de Afganistán adyacentes a Tayikistán”.

La situación en Afganistán es extremadamente delicada. Desde que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciará la retirada de sus tropas el pasado mes de abril el avance talibán ha sido imparable. Sólo en la última semana los insurgentes han tomado el control de al menos 28 distritos de ocho provincias afganas. A pesar del rápido avance talibán la Administración Biden se mantiene en su compromiso de retirar todas las tropas del país centroasiático para septiembre.

Joe Biden, durante una intervención ante los medios con motivo del 4 de julio, insistió en la idea de que el Gobierno de Afganistán tiene la capacidad para mantenerse tras la marcha de los soldados estadounidenses de su territorio y pese a la amenaza de los talibanes. Una afirmación que contrasta con un informe de los servicios de inteligencia estadounidenses hecho público por The Wall Street Journal, en el que se determina que el Gobierno de Afganistán podría caer en apenas seis meses una vez que se retiren las últimas tropas internacionales del país.

Asimismo, los talibán han comunicado que las tropas extranjeras que sigan en el país tras fecha de retirada serán un objetivo. El portavoz de los talibanes, Suhail Shaheen, en una entrevista concedida a la cadena de televisión BBC news ha declarado que ninguna fuerza extranjera -incluidos los contratistas militares- debería permanecer en Kabul una vez completada la retirada. "Si dejan atrás sus fuerzas en contra del acuerdo de Doha, en ese caso será nuestra dirección la que decida cómo proceder", ha afirmado Shaheen a la BBC.