Sudán: la guerra al borde de la violencia étnica
Las crecientes tensiones entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de Sudán y las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) podrían tornar en graves problemas entre las 19 tribus que viven controladas por una u otra fuerza.
Sudán es una mezcla de 500 grupos étnicos, como los árabes, que constituyen la mayoría de su población, y los no árabes, como los Nuba en el sur, y los Fur, Masalit y Zaghawa, que tienen sus raíces en Darfur.
Desde el estallido de la guerra en abril de 2023, más de 500 personas relacionadas con estas tribus han sufrido de casos de violencia sexual por parte de los paramilitares de FAR, según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán.
De acuerdo con el documento publicado por el Ministerio, la mayoría de las atrocidades se llevaron a cabo en el Gran Jartum, Darfur y Gezira. Según el experto del Instituto de Estudios de Seguridad de Sudáfrica, Rimadji Huinathi, los ataques sufridos por las tribus del norte de Darfur podrían involucrar la presencia de milicias de Chad en el conflicto.
Asimismo, las FAR han sido acusadas en numerosas ocasiones por parte de la Comunidad Internacional de cometer crímenes de lesa humanidad, y de secuestrar y reclutar a más de 16.000 niños en Sudán.
Además, se alertó de que los paramilitares utilizan la violencia sexual como parte de su “estrategia de genocidio y limpieza étnica dirigida a grupos étnicos específicos”, mediante la cual “matan a todos los hombres de esos grupos y violan a mujeres y niñas con el fin de dar a luz a niños que puedan ser miembros en las tribus de los combatientes de la milicia”.
Según la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, la crisis en Sudán es “la mayor crisis humanitaria del planeta”. A su vez, algunas de las ONG que operan en el país han advertido que la crisis derivada de la guerra está provocando nuevos brotes de cólera.
En todo el país viven 49 millones de personas, de las cuales más de la mitad sufren problemas de hambre, pertenecientes a 19 tribus y alrededor de 500 clanes. La proliferación de ataques de las FAR ha llevado a muchas de estas tribus a tomar las armas para defenderse.
Tras el solitario veto de Rusia de la resolución que pedía el cese inmediato de hostilidades en Sudán, el conflicto no parece que vaya a finalizar en los próximos meses. Más bien todo lo contrario, ya que se estima que, de mantenerse y agudizarse la lucha entre tribus, el país puede entrar en un ciclo de violencia cuyas consecuencias son incalculables. En estos momentos la violencia étnica amenaza con llevar a Sudán a seguir el camino de un genocidio similar al que ocurrió en Ruanda hace 30 años.