Los talibanes inician conversaciones para la formación de un Gobierno en Afganistán
Los talibanes se asientan en el poder y ya han comenzado las conversaciones para la formación de un Gobierno en Afganistán. Con la llegada del mulá, Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los insurgentes en Qatar, a Kandahar acompañado de una delegación de alto nivel tras más de dos décadas sin pisar el país centroasiático, la cúpula talibán se reorganiza para la inminente formación de un nuevo Ejecutivo.
Altos miembros de los talibanes, entre ellos Anas Haqqani, uno de los principales líderes del grupo fundamentalista que lidera la red Haqqani tildada de terrorista por Estados Unidos en 2012, se reunieron durante la jornada de ayer con el ex presidente afgano, Hamid Karza y el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah, con quienes mantuvieron conversaciones para la formación de un nuevo Gobierno, según ha informado Tolo News. Esta reunión tuvo lugar en la casa de Abdullah, pero se desconocen los detalles sobre los asuntos que discutieron.
Consejo de Gobierno
En este contexto, un alto miembro de los talibanes ha declarado a Reuters que “Afganistán podría ser gobernado por un consejo de Gobierno” y que “el líder supremo del movimiento militante islamista, Haibatullah Akhundzada, probablemente seguiría al mando”. El miembro del grupo fundamentalista, Waheedullah Hashimi, confirmó que había muchas cuestiones que aún no se habían concretado relativas a la gestión del país centroasiático, pero recalcó que Afganistán “no será una democracia”. "No habrá ningún sistema democrático porque no tiene ninguna base en nuestro país y tampoco discutiremos qué tipo de sistema político debería aplicarse en Afganistán, porque la respuesta ya es obvia, es la ley sharía”, ha declarado Hashimi a Reuters.
Asimismo, el alto miembro talibán ha adelantado que el grupo estaría buscando a antiguos pilotos, así como soldados de las Fuerzas Armadas afganas para que se unieran a sus filas, y adelantó que los talibanes planeaban crear una nueva fuerza nacional que incluiría a sus propios miembros, así como a los soldados del Gobierno que estuvieran dispuestos a unirse. La reorganización de la cúpula talibán es un hecho contrastado y el grupo busca legitimidad internacional para no verse completamente aislados como ocurrió durante su anterior mandato en 1996 cuando únicamente tres países reconocieron a los talibanes, entre ellos Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.
Los fundamentalistas desde que tomaran Kabul, el pasado domingo, han intentado ofrecer una imagen “renovada” y han asegurado que no tomarán represalias contra aquellos que lucharon contra el grupo. Además, se han comprometido a proteger los derechos de las mujeres en el marco de la ley islámica, garantizar la libertad de prensa y ofrecer amnistía a los funcionarios del Gobierno de Afganistán, así lo adelantó el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, durante una rueda de prensa el martes.
Ghani en Emiratos
Desde que el pasado mes de abril, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciará la retirada de las tropas norteamericanas del país afgano, los talibanes lanzaron una ofensiva a lo largo de todo el país, que durante las últimas dos semanas provocó la caída de las principales capitales de provincia y que culminó con la toma de Kabul, el pasado domingo, sin que las tropas afganas opusieran ningún tipo de resistencia y con la salida del presidente afgano, Ashraf Ghani, del país.
Ghani, que se encuentra con su familia en Emiratos Árabes Unidos, ha vuelto a defender su precipitada salida de Afganistán, y aseguró en su primera intervención pública desde que huyó del país centroasiático que lo hizo para evitar un "derramamiento de sangre" en la capital, y negó las acusaciones de que hubiera escapado con grandes cantidades de dinero. "Si me quedo, hubiera sido testigo de un derramamiento de sangre en Kabul. Mi misión era que, por ansias de poder, Kabul no se convirtiese en otro Yemen o Siria", declaró Ghani.
El ahora ex presidente de Afganistán ha adelantado que se encontraba en “conversaciones para volver” y continuar “los esfuerzos por la justicia, los verdaderos valores islámicos y nacionales". Además, Ghani, mostró su apoyo a la iniciativa del Gobierno en las negociaciones en curso con Abdullah Abdullah y el ex presidente Hamid Karzai. “Quiero el éxito de este proceso”, apostilló el ex presidente afgano.
FMI congela 400 millones
Mientras que los talibanes ya han iniciado las conversaciones para la formación de un Gobierno y el establecimiento del Emirato Islámico, los países occidentales miran con cautela los que sucede en Afganistán. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, ha bloqueado el acceso de los talibanes a unos 400 millones de dólares de las reservas de emergencia de la organización multilateral. Así lo anunció un portavoz del Fondo en un comunicado, en el que señaló que "existe una falta de claridad dentro de la comunidad internacional respecto al reconocimiento de un Gobierno en Afganistán".
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado que las tropas de su país podrían quedarse en Afganistán más allá de la fecha límite que había establecido para la retirada, el 31 de agosto, para poder completar la evacuación de todos sus ciudadanos. "Si hay estadounidenses todavía allí, vamos a quedarnos hasta que podamos sacarlos a todos", declaró Biden. La mayoría de países extranjeros han tenido que adelantar sus planes de evacuación ante la inminente caída de Kabul en manos de los talibanes y que ha cogido por sorpresa a la mayor parte del mundo.