Tensión creciente entre Argelia y la Alianza del Sahel por el derribo de un dron maliense
La Alianza de Estados del Sahel (AES), integrada por Mali, Burkina Faso y Níger, ha anunciado la retirada de sus embajadores en Argelia como respuesta al derribo de un dron maliense en la frontera común. El incidente ha sido calificado por el bloque como una violación del derecho internacional y una muestra del supuesto apoyo del gobierno argelino al terrorismo.
Según la AES, el ataque al dron, un modelo Akinci de fabricación turca operado por el ejército de Mali, constituye un acto "irresponsable" que deteriora aún más las ya frágiles relaciones entre Argelia y sus vecinos del sur. La aeronave fue interceptada cerca de la ciudad fronteriza de Tin Zaouatine, en el extremo sur argelino, donde las Fuerzas Armadas de Argelia aseguran haber actuado ante una incursión aérea no autorizada.
El gobierno maliense, sin embargo, ha negado categóricamente que el dron hubiese violado el espacio aéreo argelino. En un comunicado difundido a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, el primer ministro maliense, el general Abdoulaye Maiga, acusó a Argelia de “patrocinar el terrorismo internacional” y afirmó que el acto representa un grave precedente diplomático. Mali también ha anunciado que presentará una denuncia formal ante organismos internacionales.
La tensión ocurre en un momento de creciente distanciamiento entre Argelia y los gobiernos militares del Sahel. Tras sus respectivas rupturas con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), los tres países conformaron en septiembre de 2024 la AES, una coalición centrada en la seguridad regional y en el rechazo a la injerencia extranjera, especialmente la occidental. Desde entonces, su acercamiento a actores como Rusia ha generado nuevas dinámicas geopolíticas en la región.
El conflicto diplomático se intensifica sobre el telón de fondo de una larga historia de mediación por parte de Argelia en los conflictos internos malienses, especialmente entre el gobierno central y los rebeldes tuareg del norte. Sin embargo, tras los golpes de Estado en Mali (2020 y 2021), las relaciones bilaterales se han deteriorado notablemente. Argelia ha criticado abiertamente el uso de mercenarios extranjeros y armamento sofisticado, incluyendo drones, por parte de Bamako para sofocar la insurgencia en el norte del país.
Videos publicados en redes sociales por grupos armados opositores al gobierno maliense muestran restos del dron derribado, sugiriendo que no fue recuperado por el ejército de Mali. Algunos analistas, como Rida Lyammouri del Centro de Políticas para el Nuevo Sur -citada por AP-, consideran que el enfrentamiento no escalará más allá de una guerra de declaraciones, dado que Mali no controla plenamente la zona del incidente y Argelia mantiene una clara superioridad militar.
La retirada de embajadores y el tono cada vez más beligerante de los discursos confirman el deterioro de las relaciones entre Argelia y la AES, lo que amenaza con entorpecer cualquier iniciativa de cooperación regional en un entorno ya marcado por la inseguridad y la inestabilidad política. Al mismo tiempo, el incidente profundiza el aislamiento diplomático de Argelia, que no solo mantiene tensiones con sus vecinos del sur, sino que también está enfrentada con Marruecos y con figuras influyentes de la escena libia, como el mariscal Jalifa Haftar, líder del Ejército Nacional Libio.