Trípoli se prepara para una guerra inminente, mientras crece la presión internacional por la paz

Tropas militares en la capital de Libia, Trípoli - PHOTO/ARCHIVO
Los alcaldes de los municipios del Gran Trípoli declararon su absoluta oposición a las manifestaciones armadas y a la movilización militar

Por tercer día consecutivo, decenas de convoyes han llegado desde la ciudad de Misrata a la capital del país que ya se está preparando para una más que posible guerra civil interna. 

Según el propio gabinete de Gobierno del primer ministro designado Abdul Hamid Mohamed Dbeibah, el Ejecutivo estaría esperando “luz verde” de sus aliados internacionales para comenzar el conflicto contra las Fuerzas Especiales de Disuasión y otros grupos armados que les apoyan. 

El primer ministro interino libio, Abdul Hamid Dabaiba - PHOTO/YURI KOCHETKOV

Las mismas fuentes han indicado que los planes del ministro designado pueden tener consecuencias devastadoras para el país. De hecho, la posibilidad de que el conflicto desemboque en una lucha de alianzas, intereses ideológicos, regionales y territoriales, que regresaría al país a una crisis similar a la que estalló entre 2019 y 2020. No obstante, enfatizó en que el país no puede permitirse un nuevo conflicto armado. 

Insistió en que las fuerzas influyentes del país deben priorizar la voz de la razón y ayudar a formar un Estado integral con capacidad y confianza internacional en el país, hasta tal punto que se ha instado al fiscal general y a las instituciones judiciales del país a exigir responsabilidades a quien se demuestre su implicación en la incitación a la guerra o a poner en peligro la vida de los ciudadanos. 

En paralelo, los alcaldes de los municipios del Gran Trípoli han expresado su absoluta oposición a las manifestaciones armadas y a la movilización militar. “La reconciliación es el único camino para lograr la estabilidad y unidad nacional”, señalaron en un comunicado conjunto los alcaldes del Gran Trípoli. 

En concreto, las resoluciones emitidas por las Misiones de Apoyo de las Naciones Unidas a Libia señalan que, de no poderse evitar la escalada de conflicto, se evacue a la mayoría de la población civil del país. Entidades europeas también han señalado que Dbeidah debe “parar el derramamiento de sangre y que bloquee la entrada de más armamento en la capital”. 

Sin embargo, las acciones que se puedan tomar por parte del Gobierno de Dbediah, temen en el seno del Ejecutivo, que puedan costarle el control el cual caería en manos de la oposición. Ante ello el ministro designado indicó, pese a las críticas de los alcaldes, que estos movimientos no pueden aislarse de posibles acuerdos políticos y de seguridad.

En la misma línea, Saleh Fatima, miembro de la Cámara Nacional de Representantes, expresó que el Parlamento tiene que tomar medidas para que la escalada del conflicto no aumente y se pueda llegar a un acuerdo, conforme a las numerosas resoluciones de la ONU, mientras que la presencia militar no hace más que aumentar. 

Como consecuencia uno de los principales grupos armados contra los que lucha Dbeidah, los Mukhtars, señalaron a través de un vídeo su profunda preocupación “por el resurgimiento de los disturbios, la movilización y las manifestaciones armadas en nuestra capital, Trípoli, y sus suburbios, que están aterrorizando a la población en general y a los residentes de la ciudad”.