Trump plantea la idea de un cambio de régimen en Irán

El presidente estadounidense Donald Trump - REUTERS/ KEVIN LAMARQUE
Tras el bombardeo de instalaciones nucleares iraníes, Trump sugiere abiertamente derrocar al régimen, mientras continúa la escalada bélica entre Irán e Israel
  1. Un régimen debilitado
  2. Irán responde atacando Israel

El ataque sin precedentes ordenado por la Casa Blanca contra tres instalaciones nucleares iraníes este fin de semana —llevado a cabo con bombarderos furtivos B-2 y municiones antibúnker nunca antes utilizadas— marca un punto de inflexión en casi medio siglo de hostilidades entre Washington y la República Islámica de Irán.

El presidente Donald Trump, que celebró el ataque y lo calificó de “contundente y preciso”, afirma haber infligido daños severos a la infraestructura nuclear de Irán, un objetivo largamente perseguido por sucesivas administraciones estadounidenses e israelíes.

Tras esta operación, el mandatario estadounidense ha sido más allá e incluso ha planteado un posible cambio de régimen en el país persa. “No es políticamente correcto usar el término 'cambio de régimen', pero si el actual régimen iraní es incapaz de hacer a Irán grande de nuevo, ¿por qué no habría un cambio de régimen?”, publicó en sus redes sociales.

El presidente reabre de esta forma uno de los mayores debates de la diplomacia estadounidense desde la caída del Shah en 1979: la intervención directa para derrocar al liderazgo de los ayatolás. Aunque su vicepresidente, J.D. Vance, trató de calmar los ánimos asegurando que Washington no busca una guerra ni un cambio forzoso de gobierno, el propio Trump se encargó de dinamitar esa narrativa.

Las incursiones aéreas, lanzadas desde Missouri y ejecutadas con tecnología de sigilo de última generación, exhibieron el músculo militar de Estados Unidos incluso en medio del caos político que ha caracterizado la administración Trump en el Pentágono. La operación, según analistas, pretendía obligar a Teherán a sentarse a negociar la reducción de su capacidad de enriquecimiento de uranio.

Sin embargo, expertos en seguridad nuclear y diplomáticos de alto rango advierten que es improbable que la humillación sufrida impulse a Teherán a pactar. Por el contrario, podría endurecer la postura del régimen, alimentando la narrativa antiestadounidense internamente, e incluso atacar bases militares en la región a través de sus milicias aliadas. 

Un régimen debilitado

El ataque llega en un momento políticamente delicado para el régimen iraní. El liderazgo atraviesa una fase de transición mientras el ayatolá Alí Jamenei, en el poder desde 1989, se encuentra en el ocaso de su mandato. A esto se suma la presión de Israel, que lleva meses desmantelando redes de milicias proiraníes en Gaza y Líbano.

Pero varios analistas advierten que un colapso del régimen no garantizaría la llegada de un liderazgo moderado, como desean en Washington y Jerusalén, así como los iraníes en la diáspora. Por el contrario, podría desencadenar luchas de poder internas, mayor represión de disidentes y el surgimiento de facciones más radicales. Además, la caída de un Estado tan grande y complejo como Irán podría desestabilizar toda la región, replicando, a mayor escala, el caos que siguió a la invasión de Irak.

 El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, durante el 36.º aniversario de la muerte del líder de la Revolución Islámica de Irán de 1979, el ayatolá Ruhollah Jomenei - Oficina del Líder Supremo de Irán/WANA via REUTERS

Irán responde atacando Israel

Mientras Trump celebra la operación, la región experimenta una peligrosa espiral de represalias. Tras los bombardeos estadounidenses ,Irán ha intensificado sus ataques contra Israel. Tras la ofensiva del fin de semana, este lunes las sirenas antiaéreas sonaron en varias zonas del norte, centro y sur de Israel tras el lanzamiento de misiles iraníes, confirmados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Por otro lado, drones israelíes destruyeron 15 aviones de combate y helicópteros iraníes estacionados en seis aeródromos repartidos por el oeste, este y centro de Irán. Además, unos 20 cazas israelíes descargaron más de 30 municiones de precisión contra instalaciones militares, depósitos de misiles y sistemas de radar, tanto en Kermanshah como en pleno Teherán. La ofensiva continuó el lunes por la mañana con nuevos ataques contra bases de lanzamiento de misiles en Kermanshah.

Este intercambio de golpes muestra que la represalia iraní aún no ha concluido y subraya el riesgo de que un conflicto focalizado se transforme en una guerra regional abierta. Asimismo, Teherán conserva la opción de atacar bases militares estadounidenses en Oriente Medio, interrumpir el flujo de petróleo a través del estratégico estrecho de Ormuz o incluso llevar la confrontación a territorio estadounidense mediante atentados.