Un ataque turco contra una zona turística del Kurdistán iraquí tensa las relaciones entre Ankara y Bagdad
Se abre una brecha diplomática entre Turquía e Irak después de que un ataque turco matase al a menos nueve personas -incluidos niños- en Zakho, al norte del país. Entre los fallecidos se encuentran varios turistas iraquíes de ciudades como Kerbala o la propia capital, Bagdad, ya que el ataque se produjo contra un resort en la región montañosa del Kurdistán iraquí.
“El fuego de artillería turco en la región turística de Parakh mató a ocho personas e hirió a 23”, declaró Mushir Bashir, jefe de la región de Zakho, a una emisora local poco después del ataque. “Turquía atacó a la localidad dos veces”, señaló Bashir a AFP.
Las autoridades de Bagdad también han condenado el brutal ataque turco. El primer ministro Mustafa Al-Kadhemi advirtió que Irak se reserva el “derecho a tomar represalias” y que aplicará “todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos”. “Las fuerzas turcas han perpetrado una vez más otra violación flagrante de la soberanía iraquí”, indicó Al-Kadhemi a través de un comunicado. El presidente, Barham Saleh, tildó el “bombardeo turco” como “una violación de la soberanía del país y una amenaza para la seguridad nacional”.
El poderoso clérigo chiíta, Muqtada al-Sadr -ganador en las pasadas elecciones de octubre- fue uno de los primeros en denunciar el ataque, sugiriendo que Irak suspendiera las relaciones diplomáticas con Ankara.
Las autoridades iraquíes también han exigido a Turquía que se disculpe oficialmente, que retire a “sus fuerzas militares” de territorio iraquí y han declarado este jueves día de luto nacional por las víctimas del ataque. Por otro lado, el Gobierno iraquí ha enviado una delegación a la zona afectada encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Faud Hussein, para investigar lo sucedido.
El Ejecutivo de la región del Kurdistán iraquí también se ha coordinado con Bagdad para investigar el ataque, según ha anunciado el propio primer ministro kurdo Masrour Barzani en Twitter. Barzani ha condenado la agresión turca y la violencia desencadenada por “las luchas internas entre Turquía y el PKK”. “Esto ha sucedido con demasiada frecuencia y debe terminar”, destacó el líder kurdo.
Es precisamente el PKK a quién Turquía acusa de estar detrás del ataque. A través de un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores asegura que el país “está en contra de todo tipo de ataques contra civil” y señala que están organizados “por la organización terrorista”, refiriéndose al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) grupo kurdo considerado terrorista por Turquía, así como por algunos países occidentales. Por este motivo, las autoridades turcas han pedido a sus homólogos iraquíes que no hagan declaraciones influenciadas por “propaganda terrorista”, aludiendo una vez más al PKK.
El ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, ha reafirmado la posición turca durante una entrevista con la cadena estatal turca TRT. El jefe de la diplomacia turca se ofreció a colaborar con las autoridades iraquíes para desvelar más detalles sobre el “ataque traicionero” el cual, según Cavusoglu, tiene como objetivo evitar las operaciones militares turcas en la región. Asimismo, agregó que el Ministerio de Defensa “no tenía información que confirmase el fuego de artillería en esa área”.
Las fuerzas armadas turcas han llevado a cabo numerosas operaciones en el norte de Irak, así como en Siria, con el objetivo de neutralizar a “terroristas” del PKK. Operación Claw-Lock, por ejemplo, es una misión que Ankara lanzó en abril y que todavía continúa con el fin de “prevenir ataques terroristas y garantizar la seguridad fronteriza”, de acuerdo con el titular turco de Defensa, Hulusi Akar. Poco después de que Turquía iniciase esta operación, Irak la tachó de “violación a la soberanía y a la integridad territorial del país”. Bagdad acusó a Ankara de no avisarles previamente de la misión que se desarrolla en territorio nacional iraquí.
A pesar de que Turquía niegue las acusaciones y su participación en el ataque, las autoridades políticas iraquíes ya han tomado medidas contra Ankara. En primer lugar, el Gobierno iraquí ha retirado a su encargado de negocios en Turquía y ha convocado al embajador turco. Bagdad también ha decidido suspender el proceso de designación de un nuevo embajador en Ankara y prepara una condena para presentarla ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, según informó la agencia estatal de noticias INA.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak, por el momento, ha solicitado una “investigación exhaustiva” e instó a "todas las partes" a cesar las violaciones. Asimismo, la ONU, al igual que Estados Unidos y otros países occidentales, ha pedido que se respete la “soberanía e integridad territorial de Irak”.
Mientras el Gobierno tomaba medidas contra Turquía por el brutal ataque, cientos de personas salieron a las calles para protestar contra el bombardeo y mostrar su rechazo a la política expansionista de Ankara. Los momentos más tensos se vivieron cerca de la Embajada turca, donde los ciudadanos iraquíes quemaron banderas turcas e incluso quitaron la enseña nacional del edificio.
"Queremos quemar la Embajada, el embajador debe ser expulsado", declaró un manifestante de 53 años a AFP mientras sonaban canciones patrióticas y consignas contra Turquía. “Nuestro gobierno no está haciendo nada”, añadió.
Este ataque se ha producido poco después de la reunión tripartita en Teherán entre Recep Tayyip Erdogan, Vladimir Putin y Ebrahim Raisi. En la capital iraní, el presidente turco también se reunió con el ayatolá Jamenei, para lograr apoyos en la incursión inminente que prepara en el noreste de Siria. El líder supremo iraní, por el contrario, se negó a dar su bendición a los planes turcos, advirtiendo que la nueva invasión “beneficiaría a los terroristas”.