Dos años después del asesinato de Mahsa Amini: “Las protestas han traído consigo una etapa de desobediencia civil”

Una imagen de las revistas iraníes Sazandegi (L) y Andisheh informando sobre la muerte de Mahsa Amini, una mujer que murió después de ser arrestada por la policía de moralidad de las repúblicas islámicas, en Teherán el 14 de marzo, 2023 - AFP/ ATTA KENARE
El movimiento ‘Mujer, Vida, Libertad’ ha marcado un punto de inflexión en Irán y, dos años después, todavía se sienten sus consecuencias
  1. Dos años de represión y violencia
  2. La activista Narges Mohammadi inicia una huelga de hambre en solidaridad con el pueblo iraní

Mahsa Amini ha dejado en Irán un legado difícil de olvidar. Su muerte desencadenó una de las mayores oleadas de protestas en la historia de la República Islámica, poniendo en jaque al régimen de los ayatolás y generando también esperanzas de cambio después de cuatro décadas de opresión. 

El asesinato de esta joven kurda de 22 años a manos de la infame Policía de la Moral por llevar el velo islámico mal colocado, violando así el código de vestimenta para las mujeres, encendió una mecha en Irán que todavía no se ha apagado del todo. A pesar de los esfuerzos del régimen por reprimir las protestas, el movimiento Jin, Jiyan, Azadî (Mujer, Vida, Libertad) sigue vivo, tanto fuera como dentro de las fronteras de Irán. 

Las protestas -lideradas por mujeres- comenzaron poco después de que Mahsa muriese en el hospital como consecuencia de la brutal paliza, extendiéndose por todo el país y también en el extranjero.  

Para entender la gran repercusión que tuvo el caso de Mahsa Amini a nivel nacional e internacional es necesario tener en cuenta la fuerte represión que sufren las mujeres en Irán, así como otros factores que provocaron que personas de todo tipo se uniesen a estas históricas protestas. 

A pesar de que las protestas comenzaron para condenar las leyes de vestimenta, rápidamente se fueron sumando otras demandas relacionadas con la falta de libertades en general, así como con la falta de oportunidades. 

Una mujer sin velo encima de un vehículo mientras miles de personas se dirigen hacia el cementerio de Aichi en Saqez, la ciudad natal de Mahsa Aminis en la provincia occidental iraní de Kurdistán - PHOTO/ UGC

Dos años después de esta oleada de manifestaciones históricas todavía se sienten sus consecuencias. “Las protestas y la represión han traído consigo una etapa de desobediencia civil”, señala el analista político Daniel Bashandeh, quien recuerda que el régimen todavía enfrenta tres crisis vitales: la económica, la generacional e institucional.

“A esto se le añade otra situación: la República Islámica solo representa a una minoría cada vez más pequeña. Sin reformas sociales y políticas la República Islámica continuará prologando sus tres crisis”, explica. 

No obstante, a pesar de los desafíos, el régimen iraní cuenta con una importante baza a su favor: la falta de una oposición interna organizada y institucionalizada que pueda ser la alternativa a la República Islámica.

Una mujer camina en una calle de Teherán, Irán - WANA/MAJID ASGARIPOUR via REUTERS

“No existe una unión ni organización que pueda ser una alternativa. Y el régimen es consciente de que mientras exista fragmentación fuera del país, siempre será un interlocutor valido para Occidente”, apunta Bashandeh. 

Sin embargo, ya que el movimiento Mujer Vida y Libertad es un movimiento de abajo-arriba, protagonizado por los ciudadanos, “es más difícil de controlar por parte del régimen ya que no obedece a una organización y el último recurso es la represión”.

Además de la represión, el régimen ha tratado de canalizar el descontento con la candidatura de Pezeshkian, quien se ha presentado como “reformista” o “moderado”. “Pero Pezeshkian ha declarado lealtad a Jamenei. Y su política siempre estará supervisada por el líder supremo. No se han implementado reformas sociales ni políticas. Está por ver si Pezeshkian puede realizar cambios pero cualquier cambio implica ir en contra de los principios de la República Islámica de Irán”, afirma el analista. 

La policía moral toma el nombre de una mujer detenida en el norte de Teherán el 18 de junio de 2008 - PHOTO/REUTERS

Jamenei espera que Pezeshkian pueda lidiar con las tres crisis del país, pero sobre todo, busca dar continuidad al régimen. “Sin embargo, la población, sobre todo los más jóvenes, demandan cambios estructurales”, destaca. En este sentido, asegura que si la República Islámica no se reforma, “tiene difícil su continuidad con una población joven que rechaza los valores revolucionarios y falta de oportunidades”.

Respecto al futuro de Irán, Bashandeh resalta que este debe “pasar por una democracia”, instando a la comunidad internacional a no olvidar al pueblo de Irán y a no imponer sanciones a la población de Irán ya que las consecuencias las sufre el pueblo y no sus gobernantes. “La semilla del cambio se plantó hace muchos años y empieza a dar sus frutos: la comunidad internacional no debe aislar a Irán”, concluye.

Mujeres iraníes caminan por una calle durante el renacimiento de la policía moral en Teherán, Irán, 16 de julio de 2023 - WANA/MAJID ASGARIPOUR via REUTERS

Dos años de represión y violencia

No obstante, a pesar de los logros, los iraníes han pagado un precio muy alto en su lucha por la libertad. De acuerdo con datos de Iran Human Rights, en los dos años posteriores al asesinato de Mahsa Amini a manos del Estado al menos 1425 personas fueron ejecutadas en Irán en el transcurso de las protestas Mujer, Vida, Libertad. Esta cifra es casi el doble de la cantidad de ejecuciones en comparación con los dos años anteriores a las protestas.

Por otro lado, la República Islámica ha ejecutado a diez hombres en casos relacionados con las protestas. El último fue Gholamreza Rasaei, ahorcado en agosto tras ser declarado culpable de matar a un miembro de la Guardia Revolucionaria.

El ayatolá Ali Jamenei asistiendo a un ritual de duelo durante la Ashura - AFP/HO/LEADER.IR 

Además de los asesinatos y las ejecuciones públicas, las autoridades del régimen utilizaron la tortura, la violación y otras formas de violencia sexual contra los manifestantes detenidos, según detalla un informe de la ONU basándose en testimonios de víctimas. 

El informe incluso habla de “crímenes contra la humanidad”, ya que muchas de que las personas que participaron en las protestas fueron brutalmente heridas, hasta el punto de perder la vista. 

Por otro lado, los familiares de las víctimas se enfrentan a una fuerte presión por parte de las autoridades iraníes, como es el caso de Mashallah Karami, padre de Mohammad Mehdi Karami, quien fue ejecutado en enero de 2023 con solo 22 años en un caso relacionado con las protestas.

Manifestantes se reúnen en Marble Arch antes de marchar a Trafalgar Square para protestar contra la República Islámica en Irán tras la muerte de Mahsa Amini - PHOTO/JONATHAN BRADY via AP

Mashallah Karami, que con frecuencia honraba la memoria de su hijo, fue condenado a seis años de cárcel en mayo y luego, en agosto, a otra pena de casi nueve años. 

También, en estos dos años, las fuerzas de seguridad han mantenido su guerra contra las mujeres y las niñas, intensificando la vigilancia  de la “moralidad” y la aplicación violenta del uso del velo obligatorio. 

En este sentido, las autoridades iraníes han adoptado una serie de medidas que vulneran los derechos de las mujeres, como la confiscación de automóviles y la negación del acceso al empleo, la educación, la atención a la salud, los servicios bancarios y el transporte público. 

El presidente iraní Masoud Pezeshkian - WANA/MAJID ASGARIPOUR via REUTERS

De hecho, en abril de 2024, el régimen lanzó una campaña a nivel nacional llamada “Plan Noor” (Plan Luz), cuyo objetivo es aumentar las patrullas de seguridad a pie, en motocicleta, en automóvil y en furgones policiales en los espacios públicos para hacer cumplir la obligatoriedad del uso de velo.

Desde el inicio de las protestas Mujer, Vida, Libertad también se ha experimentado un incremento de la aplicación de la pena de muerte. 2023 fue el año en que se registró el mayor número de ejecuciones de los últimos tiempos. Las autoridades recurren a esta pena como herramienta de opresión con el objetivo de aterrorizar a la población, incluida las minorías étnicas del país.

Según el Centro Abdorrahman Boroumand para los Derechos Humanos en Irán, durante el 2023 se tuvo constancia de al menos 853 ejecuciones, mientras que durante 2024, hasta el 30 de junio de 2024 ,se habían llevado a cabo al menos 274 ejecuciones.

Una mujer policía iraní observa desde la parte trasera de un vehículo policial antes del comienzo de una campaña para hacer cumplir el código de vestimenta islámico - AFP/BEHROUZ MEHRI

La activista Narges Mohammadi inicia una huelga de hambre en solidaridad con el pueblo iraní

Coincidiendo con el segundo aniversario del asesinato de Mahsa Amini, la premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi y otras 33 prisioneras políticas en Irán iniciaron una huelga de hambre en prisión. “Una vez más, las presas políticas e ideológicas de la prisión Evin han iniciado una huelga de hambre en solidaridad con el pueblo iraní que protesta contra las políticas represivas del gobierno”, declaró Mohammadi en su cuenta de Instagram.

La activista de derechos iraní Narges Mohammadi - AFP/FUNDACIÓN NARGES MOHAMMADI

La activista, de 52 años, es una de las voces más importantes de la defensa de los derechos humanos en Irán. Debido a su incansable trabajo, la premio Nobel de la Paz 2023 ha sido condenada en varias ocasiones desde 2021. Las sentencias suman 13 años y tres meses de cárcel y 154 latigazos, entre otros castigos.

La última sentencia se produjo en junio, cuando fue condenada a otro año de prisión por "propaganda contra el sistema", por criticar la imposición del velo y pedir el boicot de las elecciones parlamentarias.