Teherán ha aumentado la represión en las últimas semanas de cara al aniversario de la muerte de Amini
El 16 de septiembre es una fecha clave para los iraníes, tanto para los que residen dentro del país como los que se encuentran en la diáspora. Esta jornada estará marcada por multitudinarias protestas con motivo del primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda asesinada por la Policía de la Moral iraní por llevar mal colocado el velo islámico, obligatorio para todas las mujeres desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.
No obstante, esta fecha también representa el comienzo de una serie de manifestaciones masivas contra la represión del régimen iraní que, por primera vez, han estado lideradas por mujeres. La muerte de Amini y la obligatoriedad del hiyab fueron el detonante de estas protestas -que incluso se han llegado a considerar una auténtica revolución-, aunque no son las únicas causas del gran descontento de la sociedad iraní. Existen demasiados motivos que han llevado a los ciudadanos a tomar las calles, llegando incluso a enfrentarse con las fuerzas de seguridad y quemar edificios gubernamentales.

Represión, violencia, corrupción, crisis económica, falta de perspectivas o desigualdades son tan solo algunas de las causas de estas protestas que, a pesar no contar con la cobertura mediática que les corresponde, continúan en varias partes del país a pesar de el alto número de asesinados y detenidos por las autoridades.
Asimismo, la revolución en Irán ha traspasado fronteras y la joven Amini de 22 años se ha convertido en un símbolo de libertad en todo el mundo, así como el lema ‘Mujer, vida libertad’, que ha resonado en todos los rincones del planeta. Con motivo del primer aniversario del fallecimiento de Amini y el inicio de las protestas, se esperan manifestaciones en varias ciudades del mundo, así como dentro de Irán.
No obstante, así como los iraníes en el país y en el extranjero se preparan para el aniversario, también las autoridades están intensificando la represión de cara al 16 de septiembre. Según han denunciando varios activistas y organizaciones de derechos humanos, en las últimas semanas Teherán ha arrestado a activistas, familiares de los detenidos y asesinados y personas influyentes críticos con el régimen, como el cantante Mehdi Yarahi, detenido después de publicar una canción animando a las mujeres a quitarse el velo, desafiando las estrictas leyes de vestimenta.
El cantante #MehdiYarahi fue detenido por orden del fiscal de Teherán. Una vez más y contra sus propias leyes publican imágenes de su detención.
— Ryma Sheermohammadi (@Rsheermohammadi) August 29, 2023
Tras el lanzamiento de su canción “Tu pañuelo” en apoyo al movimiento de #MujerVidaLibertad Mehdi deja su huella una vez más para la… pic.twitter.com/2y2j4HUcyg
También han arrestado a un tío de Mahsa Amini, después de que fuerzas de seguridad entrasen a su casa, registrasen la vivienda y el coche -sin ninguna orden judicial- y confiscasen algunos de sus documentos como el pasaporte. Los familiares han señalado que antes de su arresto, Safa Aeli -el tío de Amini- fue perseguido por las fuerzas de seguridad durante una semana y actualmente se desconoce su paradero.
Familiares de otros detenidos y asesinados han sido igualmente objeto de presiones, así como “arrestos y detenciones arbitrarias” por parte de las autoridades en un intento por silenciarlos, de acuerdo con Amnistía Internacional, organización que también denuncia “interrogatorios abusivos y sentencias injustas” con el fin de encubrir los crímenes cometidos por las propias fuerzas de seguridad. Es el caso de, por ejemplo, tres familiares -incluida la madre- de Hananeh Kia, una chica de unos 20 años asesinada en septiembre de 2022, durante la fase inicial de las protestas. “La crueldad de las autoridades iraníes no tiene límites”, afirma Diana Eltahawy, directora regional adjunta para Oriente Medio y el Norte de África.

Según datos del Centro de Derechos Humanos de Irán (CHRI), en tan solo ocho días, 21 familiares de víctimas fueron citados en los tribunales o detenidos, como Mashallah Karami, el padre de Mohammad Mehdi Karami, ahorcado en enero. También ha habido informes de detenciones en las zonas de población kurda al oeste de Irán, lugar de procedencia de Amini y escenario de las primeras protestas y huelgas. Hengaw, una organización kurda con sede fuera de Irán, informó que Saro Mostajer, hermano de uno de los miembros de su junta directiva, Jila Mostajer, había sido arrestado en Saqez, la ciudad natal de Amini, y llevado a un lugar desconocido.
Despite the passage of 16 days, #MashallahKarami, the father of Mohammad Mehdi Karami, is still in prison. Informed sources say that the Karami family has been under severe pressure and threats not to inform about Mashallah Karami's condition.
— ali_naseri (@alireigns1011) September 7, 2023
Be his voice
His life is in… pic.twitter.com/ea9kyCYGzp
De acuerdo con Roya Boroumand, directora ejecutiva del Centro Abdorrahman Boroumand -citada por AFP-, "los familiares de las víctimas han sido atacados de manera bastante sistemática”. “Han sido arrestados, citados e interrogados repetidamente, o sus casas han sido allanadas”, explicó Boroumand, quien también añadió que los familiares han sido presionados para que no publiquen nada en las redes sociales, y para que no acudan a protestas o conmemoraciones. Tal y como señala Boroumand, esta represión "coordinada" tiene como objetivo “impedir la difusión de noticias, vídeos e imágenes de víctimas, conmemoraciones y otras reuniones y evitar una renovada movilización pública dentro y fuera de Irán”.
Por otro lado, Hadi Ghaemi, director de CHRI, ha advertido a la agencia de noticias que el “silencio de la comunidad internacional” ante estos crímenes y la fuerte represión corre el riesgo de dar “luz verde al aparato de seguridad del Estado para seguir amordazando a la sociedad civil”.

Miedo y violencia, los dos elementos en los que se basa el régimen para disuadir las protestas
Las autoridades de la República Islámica son conscientes de que la jornada del 16 de septiembre estará marcada por protestas y muestras de rechazo al régimen, por lo que las fuerzas de seguridad han incrementado la represión para evitar que se repita la situación del año pasado.
“A todos los que han sido detenidos en el pasado se les ha pedido que vayan a comisarías, donde les advierten que si vuelven a participar en las protestas van a sufrir represalias”, explica a Atalayar la activista iraní Nilufar Saberi. “De hecho, se les obliga a firmar un documento por el que se comprometen a no participar en las manifestaciones”, añade Saberi, quien recuerda que estos “compromisos y declaraciones” se obtienen a través de distorsión y amenazas.
Con el objetivo de silenciar todas las críticas antes del aniversario, además de hostigar a los familiares de víctimas y detenidos, las autoridades también han detenido a once activistas de los derechos de las mujeres en la provincia de Gilan, una de las zonas donde se produjeron más protestas el año pasado, según denunció a finales de agosto la Agencia de Noticias de Activistas de Derechos Humanos (HRANA).

El regimen utiliza el miedo y la violencia para tratar de infundir temor entre los ciudadanos y tratar de disuadir las protestas. Según cifras de Iran Human Rights, 486 personas han sido ejecutadas este año con el fin de “crear miedo entre la sociedad e impedir más protestas”.
Sin embargo, esta ha sido la medida que ha tomado Irán durante todo el año. Hace tan solo unos meses, las autoridades anunciaron la vuelta de la temible Policía de la Moral, órgano que había disminuido su actividad con el fin de calmar las protestas y por la presión de la comunidad internacional. Al regreso de estas patrullas, responsables de la muerte de Mahsa Amini, también hay que sumar cámaras de vigilancia que pueden incluso identificar a las mujeres dentro de sus automóviles.

Por otro lado, Ryma Sheermohammadi, activista y traductora española-iraní, destaca a Atalayar otros métodos utilizados para acosar a las mujeres que han sido utilizados a raíz de las protestas. “No hay que olvidar que había personas por los metros y autobuses sacando fotos de las mujeres”, subraya. En este sentido, la activista indica que la represión impulsada por Teherán, incluyendo la vuelta de la Policía de la Moral, es también “la respuesta del régimen a una parte de la sociedad iraní que les exige que se cumplan las leyes del islam”.

Igualmente, Sheermohammadi recuerda una campaña impulsada por el Gobierno que consistía en enviar mensajes a todos los ciudadanos -incluyendo a los hombres- en los que advertían de que si no cumplen con la ley tendrán que responder ante la justicia.
Durante este año de protestas lideradas por mujeres y respaldas por muchos hombres, también se han producido ataques con gas contra escuelas de niñas en varios puntos del país con el fin de envenenarlas.
No obstante, a pesar de todas esta violencia contra las mujeres, muchas continúan desafiando al régimen y a las estrictas y misóginas leyes de vestimenta. “La estética de las calles de todas las a ciudades del país ha cambiado y las mujeres iraníes no solamente ya no llevan el velo, sino que muchas de ellas encima van con la ropa ligera”, afirma Sheermohammadi.

Persecución a minorías religiosas
Además del acoso a familiares de víctimas y detenidos, en este verano el régimen ha intensificado también la represión contra la comunidad bahai. Tan solo el pasado mes de julio un Tribunal Revolucionario de Teherán condenó a cuatro miembros de la comunidad bahai de Irán a un total de 20 años de prisión. Entre los arrestados se encuentra Shadi Shahidzadeh, cuyo delito ha sido intentar enterrar a su abuela.
El caso de Shahidzadeh pone de manifiesto no solo la persecución de las minorías religiosas -en este caso el de la comunidad bahai-, sino también la crueldad de un régimen que ni siquiera respeta a los fallecidos. Tal y como destaca la conocida activista iraní Narges Mohammadi, la República Islámica ha extendido su represión a cementerios y funerales.
The fate of 4 #Bahai citizens is unknown. Shadi Shahidzadeh, Mansur Amini, Valiollah Ghodamian and Ataollah Zafar, who were arrested 10 days ago in Tehran, have been kept since their arrest without any trial in Ward 209 of Evin Prison. #StopHatePropaganda pic.twitter.com/cTY0MMiORG
— ARAM Iran (@ARAMalliance) May 15, 2023
Shahidzadeh, madre de una niña de 5 años, intentó enterrar a su abuela en un terreno que antes de la Revolución Islámica pertenecía a la comunidad bahaí. No obstante, con la llegada al poder de los ayatolás este terreno quedó bajo el control de Teherán, que construye el Centro Cultural Khavaran sobre las tumbas de los bahaís. A los miembros de esta comunidad, las autoridades islámicas les dan una zona para enterrar a sus muertos que se llama ‘Kofrabad’ (tierra de pecadores), que se encuentra junto a las fosas comunes de las víctimas de las ejecuciones masivas de la década de 1980 en Irán.
Ante esta injusta situación, los bahais se resisten y tratan de honrar a sus difuntos enterrándolos en las mismas tierras que les fueron asignadas en el pasado. Pero en Irán no esta permitido desafiar a las autoridades. Shahidzadeh visitó todas las agencias gubernamentales relevantes para obtener permiso para el entierro. Al final, su abuela fue enterrada sin informar a la familia y la propia Shahidzadeh fue llevada a régimen de aislamiento.
#Shadishahidzadeh was arrested on her way to bury her grandmother, after 48 days of solitary confinement we saw her on June 16th as she entered the women's ward in Evin prison. She is 39 years old and her 5 years old daughter is waiting for her mother. pic.twitter.com/JkZWw4IT7k
— Narges Mohamadi (@freenargesmhmd) September 5, 2023
Estados Unidos devuelve al régimen millones de dólares a cambio de un intercambio de prisioneros
En medio de esta dramática situación, con el aniversario de la muerte de Mahsa Amini y el inicio de las protestas a la vuelta de la esquina, Estados Unidos llegó a un polémico acuerdo el pasado mes de agosto con Irán por el que liberó activo iraníes valorados en 6.000 millones de dólares a cambio de que los dos países realizaran un intercambio de prisioneros.
De acuerdo con el secretario de Estado, Antony Blinken, estos fondos retenidos en Corea del Sur se transferirán “a cuentas restringidas para que el dinero solo se pueda usar con fines humanitarios”. Por su parte, las autoridades iraníes han asegurado que estos miles de millones de dólares “incautados ilegalmente” se destinarán a “las diversas necesidades del país, según lo determinen las autoridades competentes”.

Uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, Israel, ha condenado este acuerdo, asegurando que servirá para “proporcionar financiación a elementos terroristas patrocinados por Teherán”.
Igualmente, muchos analistas y activistas temen que estos fondos sirvan para seguir financiando la máquina violenta del estado. “Ese dinero lo emplea en dos asuntos: en reprimir al pueblo iraní y en expandir el islamismo”, afirma Saberi, quien recuerda que Estados Unidos ya llegó a acuerdos con la teocracia islamista en el pasado.

“Partimos de la base de que los islamistas están en el poder en Irán desde 1979 porque llegaron a acuerdos con las potencias, concretamente con Estados Unidos, a quien le interesaba frenar el avance del comunismo en Irán”, añade.
Asimismo, este acuerdo -según denuncian muchos iraníes- demuestra que no hay interés por parte de la comunidad internacional, en concreto Occidente, de que Irán se convierta en un país democrático y libre. “No hay ni un solo gobierno en el mundo que tenga interés en que se vayan los islamistas de Irán. Primero, porque están regalando los recursos naturales de Irán bajo precio, y segundo porque es un Gobierno débil que su propio pueblo no tan solo no lo apoya, sino que le detesta”, concluye la activista.