Argelia se muestra a favor de que España transporte gas argelino al resto de Europa
19 de septiembre de 2014 (21:31 h.)
Por Ahmed Brahim
Foto: Un gasoducto en el sur de Argelia.
Las autoridades de Argelia están favor de que España se convierta en el país que transporte gas argelino al resto de Europa. La crisis entre la Unión Europea (UE) y Rusia por el conflicto de Ucrania, ha demostrado que una parte del Viejo Continente es dependiente de los hidrocarburos rusos. Es por eso que la UE no consigue tener una política unitaria respecto a Moscú. Alemania, la locomotora económica de la Unión, es dependiente del gas ruso: compra el 40% del que consume a Moscú. Rusia es hoy el mayor proveedor de gas natural a la UE y países como Estonia, Lituania y Letonia, junto con Bulgaria, la República Checa, Eslovaquia, Rumanía y Finlandia reciben el 100% de su gas de Rusia, y Polonia y Austria, el 60%. Berlín, que ve en el Este de Europa y en la propia Rusia a un gran mercado para sus intereses empresariales, no quiere enfrentarse abiertamente a Moscú. La situación de España, Reino Unido y Francia es diferente a la de Alemania, porque estos tres países no sufren una dependencia de los hidrocarburos rusos. Y es España, que importa buena parte de los hidrocarburos que necesita de Argelia, el Estado que se posiciona mejor para desempeñar el papel de intermediario entre el país norteafricano y Europa. El Gobierno español baraja esta posibilidad y defiende que tiene una capacidad de reserva que podría ayudar a reducir la dependencia de Europa de los envíos de energía procedentes de la Federación Rusa. Algunos medios de comunicación occidentales, como ‘Financial Times’, apuntan en esta dirección. Argelia es el principal suministrador de gas natural para España. El Gobierno español ha invertido mucho en los últimos años para reforzar su capacidad de importar gas natural licuado (GNL). El ministro de Industria, José Manuel Soria, defiende que España podría cubrir casi la mitad del gas que fluye hacia Europa a través de Ucrania, mientras que, según una estimación realizada por la Asociación Española de la Industria del Gas, el país podría proporcionar alrededor del 10% de las exportaciones de gas ruso a Europa. De los 21 terminales de regasificación en Europa, seis se encuentran en España, con un séptimo listo para entrar en funcionamiento. Los terminales españoles representan el 38% de la capacidad europea. En este contexto, las autoridades españolas consideran que la crisis con Moscú supone una oportunidad para poner de relieve su propio modelo de gas, y su potencial para ayudar al continente en su conjunto a reducir la dependencia de Rusia.
Puerta de entrada de África
Los expertos están convencidos de que España, como puerto de entrada del gas africano y americano, es parte de la solución para el Viejo Continente. Pero hay que resaltar que Francia se interpone al dificultar la construcción del gasoducto MidCat, por Perpiñán, que junto con los de Irún y Navarra aportarían al sistema español un potencial enorme de exportación hacia Europa, del 10 al 15% de la necesidad del continente. La Comisión Europea calificó esta infraestructura como prioritaria, lo que supondría fondos comunitarios para costearla. Sin embargo, como declaró el presidente de Enagás, Antonio Llardén, entre la construcción y los acuerdos y permisos entre países, el gasoducto podría demorarse cuatro o cinco años. Según fuentes de Gas Natural Fenosa, el conflicto de Ucrania “ha abierto una oportunidad para que España juegue un papel más relevante como puerta de entrada de gas al centro de Europa”. España tiene una potente red gasista, tanto en gasoductos como en regasificadoras. Y cuenta con dos gasoductos que proceden de Argelia: el más antiguo entra por Tarifa tras atravesar Marruecos; y el segundo, el Medgas, en funcionamiento desde 2011, va directamente de Argelia a Almería. El sector considera que el uso de las instalaciones españolas, tanto de gasoductos como de regasificadoras, para canalizar gas natural desde África, especialmente Argelia, y América del Sur (Trinidad Tobago y Perú), abarataría el precio del gas en España, pues los ingresos de esta fuente de energía en tránsito contribuirían a pagar el coste de las redes. Además, España es uno de los países más diversificados y seguros de Europa. Tanto es así que en el año 2013 recibió gas de 11 países distintos. Por otro lado, su nivel de infraestructuras es óptimo.
Un reto difícil
Los dirigentes argelinos creen que España acabará ganando la batalla. Esa batalla interesa a Argelia, porque exportar más gas a Europa sería positivo en términos económicos para el país norteafricano. Pero es un objetivo difícil de conseguir para ambos países. “La elección del español Miguel Arias Cañete como comisario europeo para la Energía y el Clima, ha permitido a la derecha española, en el poder desde 2011, renovar sus esperanzas de cara al transporte de gas argelino por los Pirineos en dirección al resto de los países europeos”, señala un medio de comunicación digital argelino. El propio vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, defendió esta tesis recientemente en una reunión interna del partido conservador celebrada en Valencia, según informó el medio digital ‘energíadiario.com’. Habrá que ver si Arias Cañete consigue apoyos suficientes. Argelia lo desea, y en Europa, el comisario español tiene el respaldo político del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y de la canciller alemana, Ángela Merkel. Tiene en contra a la oposición socialdemócrata y liberal, la izquierda radical y los ecologistas. No está claro que Francia acabe dando el visto bueno al proyecto MidCat, que tendría que unir a España con su vecino del Norte, aunque sea una infraestructura de interés comunitario. París no quiere perder protagonismo económico y político respecto a Madrid sobre esta cuestión. Así las cosas, nadie puede afirmar de momento que España alcance el reto que se ha fijado y que Argelia logre que su deseo se haga realidad.