“Tánger se ha convertido en la segunda ciudad industrial de Marruecos en diez años”, afirma Amal Boussouf

Directora de la Cámara de España en Tánger: “Marruecos está en una fase clave de su desarrollo y necesitamos a España”

PHOTO/ATALAYAR - La directora general de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de España en Tánger, Amal Boussouf

“Desde el momento en que Marruecos comenzó a dar un cambio profundo en su estrategia de desarrollo España ha estado allí, al pie del cañón; nos hemos apoyado mutuamente. Pero hay todavía mucho por hacer juntos”. Lo afirma contundente la directora general de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de España en Tánger, Amal Boussouf, que recibe a Atalayar en la sede de la institución. Brillante y locuaz, Boussouf, alma máter de la institución, desgrana el ‘boom’ económico que está experimentando el norte del país vecino, que se traduce en una pléyade de eventos empresariales bilaterales y oportunidades, y anima a las compañías españolas a seguir complementando el desarrollo marroquí con su saber hacer. “Hay una afinidad indudable entre Marruecos y España”, zanja. 

El desarrollo de Tánger y su región en los últimos años no pasa desapercibido al visitante…

Se está dando en los últimos quince años un desarrollo transversal y profundo. Tánger pasó en menos de diez años de ser una ciudad turística a convertirse en la segunda capital industrial de Marruecos y locomotora del desarrollo de la región Norte gracias al impulso que le ha dado el rey Mohamed VI. El núcleo duro del tejido empresarial son empresas extranjeras, la razón que más influye esa decisión de ubicación es sin lugar a dudas su posición geoestratégica, el potencial humano y económico y el desarrollo de su infraestructura.

El primer hito fue la implantación del Complejo Portuaria Tanger Med lanzado por el monarca en el año 2008, el puerto pertenece a un gran lobby estratégico mediterránea llamado, Tanger Med Special Agency (T.M.S.A) que, gracias a sus dos plataformas Tánger Med-I y Tanger Med-II cuenta hoy en día con una capacidad de 9 millones de contenedores y 7 millones de pasajeros con conexiones con más de 186 puertos. 

La implantación de la Unidad de ensamblaje Renault-Nissan que arranco en el año 2012, supuso un efecto llamada a la industria auxiliar. Marruecos se lanzó entonces en la creación de un ecosistema del sector de la automoción, que junto con la implantación de la unidad de ensamblaje Peugeot Citroën en Kenitra llegaron a una tasa de integración local del 60%. Después llegó el programa de desarrollo integrado, equilibrado e inclusivo para acompañar este desarrollo, El programa Tánger Metrópoli, diseñado por el Gobierno marroquí para desarrollar el entorno urbano, cultural, económico y social. 

“Tánger se ha convertido en la segunda ciudad industrial de Marruecos en diez años”, afirma Amal Boussouf

El cambio experimentado por esta ciudad es muy notable.

La oferta hotelera se ha incrementado mucho: tenemos el Golden Inn, el Farah, tres Hilton, el Mövenpick, etc. La medina ha sido rehabilitada, y ofrece muchos riads de calidad. El puerto antiguo ha sido renovado. La nueva marina está parcialmente construida y en ella habrá viviendas de alto standing y hoteles de lujo. Hay un puerto deportivo haciéndose. El paseo marítimo está completamente renovado. Además, hay zonas verdes, deportivas y de recreo construyéndose, así como un palacio de congresos y un museo marítimo. Y un centro cultural multiusos de talla monumental. 

¿Qué ofrece en este punto la economía marroquí en general y el norte del país en particular a la empresa española?

Marruecos está en una fase de industrialización y en un proceso de desarrollo transversal, y ello requiere de saber hacer. También la proporción de material, asesoramiento, seguimiento. En esta región del norte son fundamentales los sectores agrícola y de la automoción, que es la primera industria exportadora de Marruecos. Y el ‘know-how’ y de la construcción español es primordial para el desarrollo turístico y urbanístico. El norte de Marruecos tiene la zona franca de Tánger, una nueva zona logística en el puerto de la ciudad, el proyecto importantísimo de Tanger Med –con sus nueve millones de contendores- y Tetouan Shore en la ciudad de Tetuán. Y dos nuevos proyectos: la ciudad inteligente Mohamed VI y una zona comercial cerca de Ceuta. Por ejemplo, para el citado programa Tánger Metrópoli se ha necesitado la aportación española en automoción y urbanismo.

El potencial es enorme…

Ahora la ciudad está experimentando un gran desarrollo el textil y confección. En este último sector hemos trabajado muchos años en la subcontratación. Ahora no es así: el Gobierno está fomentando el producto propio. Ofrece formación a las empresas para que puedan adaptarse. Están creando prendas y trabajando con sus propios clientes. Iniciación en el producto propio y subcontratar a la vez. Además, Marruecos es una envidiable plataforma de comercialización por su situación estratégica. Se da además un fenómeno interesante: a menudo la inversión extranjera –francesa, alemana, estadounidense- llega a través de sus sucursales españolas a Marruecos. 

¿Qué rol puede jugar la empresa española en este sector del textil?

La industria auxiliar de este sector no existe en Marruecos. Una empresa necesita telas, suministros, etcétera. La Cámara ha creado encuentros con el objetivo de crear una plataforma de compras. La idea es que las empresas que quieran extrapolarse lo hagan con materia prima española. Nosotros, como promotores de la inversión española, nosotros vemos siempre el interés que vaya a tener el empresario español en las oportunidades marroquíes. Aquí hay un gran nicho de oportunidades.

Se acaba de suspender la octava edición de Agroindustria. Cuéntanos en qué estado está el sector agrícola en Marruecos.

El Plan Maroc Vert, que dejó un volumen de producción agrícola bastante importante, acaba de terminar. Ahora el rey acaba de lanzar dos nuevos programas, Generation Green 2020-30 y Forêts du Maroc 2020-2030. Todo saber hacer, material y tecnología -incluidos los drones, por ponerte un ejemplo de algo novedoso- son bienvenidos en Marruecos. España está perfectamente situada para ser con su tejido empresarial la que complemente esas necesidades. El Gobierno quiere impulsar una nueva generación de agricultores con capacidad de adaptarse a los cambios. Y ya hay muy buenos agricultores marroquíes, con una gran apertura de mente, capaces de adaptarse a las necesidades de los mercados mundiales: los productos de este país están en todo el mundo. Y muchos tienen mucha capacidad financiera. Y esperamos pronto celebrar Agroindustria, que estará muy centrada en la cuestión de la innovación y el ‘green tech’, que es la próxima fase en el desarrollo del sector. La mayoría de los participantes que estaban confirmados eran firmas españolas productoras de materiales agrícolas, productos fitosanitario y tratamiento de aguas.

¿Dónde está entonces el mayor negocio para el empresario español en el sector agrícola?

Marruecos puede ser un lugar para que el agricultor español venga a cultivar directamente y también una plataforma de compras, que es el mayor valor añadido. Y la tecnología, que hoy lo es todo. Te daré un ejemplo: el riego. El agricultor local se encuentra a menudo con problemas técnicos con su material, amén de las dificultades relacionadas con el clima. Ahí está la oportunidad: el saber hacer de gabinetes de ingeniería y la implantación de sistemas de riego más eficientes como el gota a gota. 

¿Cómo es la tendencia en la promoción del comercio y la inversión española en Marruecos?

Sufrimos para hacer llegar la información y captar empresas. Se requiere muchísimo más esfuerzo. Es todavía muchísima la necesidad de cooperación, mucho el terreno por recorrer. Las oportunidades son muy grandes. 

¿Es así en todos los sectores?

No, el sector marítimo, transporte y logística es una excepción. Es un sector que acompaña a todos los demás, todo el que invierte lo necesita. Nos llegan constantemente y en gran número autoridades portuarias y operadores españoles. 

Otro sector importante: la educación. ¿Están preparados los trabajadores de este país para los retos laborales del futuro?

La formación de la mano de obra es muy importante para Marruecos. Hay necesidad de mejorar los perfiles en atención al cliente, logística, etc. El Gobierno ha creado numerosos centros de formación profesional, que es un ámbito fundamental. Pero hay mucho por hacer. Hay un valor añadido en los centros de formación extranjeros. Por ejemplo, en turismo: es vital formar bien a los profesionales. La universidad española ya ha aterrizado en Marruecos: en el parque empresarial Tetouan Shore la Universidad Complutense de Madrid ha abierto una sede. 

“La formación de los profesionales marroquíes es absolutamente fundamental para Marruecos. Y las empresas españolas tienen una gran oportunidad”, explica la directora de la Cámara 

¿Y la consultoría?

Aún queda mucho terreno por hacer para tener consultorías profesionales específicas de los sectores citados y es muy necesario. Pero aún no hemos llegado a ese momento. No hay muchas por ahora. Por ahora se hacen prestaciones de servicio en ‘joint ventures’ entre empresas españolas y locales. 

Y ahí viene la labor de las cámaras, como la vuestra, como la vuestra para cubrir estas necesidades.

Nosotros nos asentamos sobre dos pilares: el primero es acoger, asesorar y acompañar a las empresas españolas que quieren invertir o comercializar. Tocamos todos los factores que entran en el proceso. Les informamos y valoramos la viabilidad de sus proyectos. Además, hacemos promoción de la inversión española y de las relaciones comerciales entre España y Marruecos. Ponemos al corriente a los empresarios de los nuevos proyectos que promueven las autoridades españolas y hacemos encuentros para que organismos oficiales y empresarios se den cita. También organizamos misiones comerciales, que suelen ser multisectoriales, con empresarios que hacen prospección. Y apoyamos a empresas individuales que nos piden asesoría. El segundo pilar de nuestra actividad está dirigido al tejido empresarial local, a nuestros socios, con los que trabajamos agendas de contactos. Nos piden ayuda para buscar clientes, comerciales, etcétera. Además tenemos una plataforma de ‘networking’, pues somos conscientes de que la red de contactos es imprescindible hoy en día. Organizamos eventos en forma de desayunos, debates y ‘after work’ para poner en contacto a empresarios; hacemos una media de dos al mes, empezamos a finales de 2017. Los objetivos son crear sinergias entre nuestros socios –son 560 en nuestro caso-, dar visibilidad a las actividades de los socios y crear una nueva red de contactos para los mismos. Además, tenemos una plataforma de formación digital para nuestros socios. En definitiva, el objetivo es detectar nichos de negocio de los socios y buscar quién se puede aprovechar de los mismos y viceversa.

¿Y dónde se encuentran físicamente sus socios? ¿Qué nacionalidades tienen?

La mayoría están radicados en Tánger o la región. El núcleo duro del sector empresarial de esta zona de Marruecos es extranjero; una situación distinta a la del sur del país, donde la composición es distinta. Hay empresas francesas, estadounidenses, alemanas, chinas, tunecinas y, claro, españolas. 

Una vez dejemos atrás la crisis del coronavirus, ¿cómo es vuestra agenda habitual y la de los próximos meses?

Estamos presentes en más frentes que nunca. Hay que retomar Agroindustria, por supuesto. Seremos colaboradores institucionales en el próximo Salón de la Subcontratación Automóvil de Marruecos. Vamos a organizar otro foro sobre el sector textil y la confección. Además, tenemos jornadas informativas y técnicas que se organizan a partir de la aparición de programas, como uno que acaba de lanzar la administración marroquí de apoyo a pymes. A comienzos de año hicimos una sobre las nuevas disposiciones de la ley fiscal 2020. 

¿Entonces, para ir concluyendo, dónde va a estar la clave del interés en los próximos años?

Marruecos, en la fase en que se encuentra el país, va a requerir de las empresas españolas que sean ‘partners’. Nosotros ofrecemos proyectos y ellos vendrán a ayudarnos. Por saber hacer e inversión propiamente dicha. Por ejemplo, una empresa de telas que empieza a vender, después detecta que es Marruecos es un cliente potencial y más tarde se da cuenta de que es una buena plataforma de comercialización para otras zonas de África. Marruecos tiene una sociedad joven, queda mucho aún por desarrollar y restan muchos años hasta que este mercado alcance su madurez. 

¿Y qué sector vislumbráis en ciernes aún?

El aeronáutico. Se está desarrollando. Marruecos firmó a finales de 2016 un acuerdo con Boeing para implantar una plataforma de compras. Boeing tenía que convencer a sus proveedores a que produjeran en Marruecos, a menor coste. Ocho proveedores dijeron que sí, pero la situación quedó estancada por problemas de la empresa. Pero la plataforma está arrancando. España tiene en este sector muchas oportunidades. De hecho, lanzamos una solicitud a GIMAS (Grupo de Industrias marroquíes aeronáuticas y espaciales) para organizar unas jornadas que den a conocer en España y Marruecos las oportunidades del sector. Las ventajas son claras: menores costes de producción y la posibilidad de comercializar los productos gracias a los acuerdos bilaterales y de libre comercio y a la situación geoestratégica de Marruecos. 

¿Qué consejo le da, para terminar, a los empresarios españoles?

Que se dejen aconsejar y asesorar. Tienen que darse tiempo suficiente. Nosotros, como las oficinas económicas y comerciales de España, estamos para eso. Y que sean ágiles, que se muevan. Tienen que conocer las claves culturales de Marruecos si quieren tener éxito y, lamentablemente, no siempre es el caso. La afinidad entre Marruecos y España en todos los sentidos es indudable, así que hay que aprovecharla.