Europa retrasa su interconexión eléctrica con África del Norte

 
Por Dunia Gattiui
Foto: Un parque eólico  en Marruecos vigilado por agentes de la Gendarmería Real.
 
La fundación Iniciativa Industrial Desertec (DII), un organismo que se ocupa de cuestiones energéticas, criticó con dureza el retraso de la interconexión entre la Unión Europea (UE) y África del Norte. El Plan Decenal de Desarrollo de la Red de Transporte Europeo (TYNDP) para 2014 “no prevé ninguna conexión (NTC de 0,6GW), ni especifica ningún punto de conexión y retrasa a 2030 su realización”, denunció la fundación. DII considera que esta decisión de la UE es “una señal desalentadora para los países de África del Norte”.  Sin embargo, el  TYNDP en 2012  planteó como proyectos de interés europeo a poner en marcha la interconexión eléctrica entre Europa y África del Norte a través de Argelia e Italia y Túnez e Italia. La UE no cumplió con las expectativas energéticas que se había fijado  y el proyecto de cable eléctrico que una la parte sur de Europa con el norte del continente africano tendrá que esperar. Participan en  este proyecto multinacionales españolas como ACS y Abengoa y empresas y organismos  como Germain Watch, Medgrid, Rcreee y  ResMed. Estos actores económicos lamentan el retraso de la interconexión eléctrica  entre Europa y África del Norte y consideran que el Viejo Continente “pierde una gran oportunidad” y da un mal ejemplo a “los países de África del Norte que se han comprometido en proyectos  de reforma de su mercado eléctrico e impulsan la integración regional  de sus sistemas con un objetivo: su integración en el marcado europeo”. Los dos proyectos que no se cumplieron en 2012 y 2014, según las empresas y organismos partidarios de la iniciativa de integración eléctrica entre el norte y el sur del Mediterráneo, son vitales para el futuro económico y energético de ambas regiones. El organismo ENTSO-E (European Network of Transmission System Operators for Electricity) publica regularmente un plan decenal de desarrollo de la red de transporte eléctrico europea, un documento cuyo objetivo es “mejorar la información y la transparencia respecto a las inversiones en los sistemas de transporte de electricidad necesarios  a nivel europeo y apoyar las decisiones regionales y europeas”. Cabe recordar que DII promueve un proyecto muy importante de desarrollo de energías renovables en el Sáhara, porque es un sector con futuro en esta región que podría cubrir las crecientes  necesidades energéticas del conjunto de África del Norte. Además del retraso europeo, el proyecto también se enfrenta a las reticencias políticas de  países del sur del Mediterráneo occidental, como Argelia, que es un gran productor de energías fósiles y ve con recelo una iniciativa regional que podría limitar su independencia en este sector. 
 
Oposición de España
En 2013, España frenó la construcción de un gran parque solar en el Sáhara. La deserción de dos de sus principales valedores, los gigantes alemanes Siemens y Bosch, puso en alto riesgo la continuidad de este megaproyecto que unió en el año 2009 a un potente conglomerado de empresas como E.ON, Enel, Deutsche Bank o la española Abengoa para construir en el desierto del Sáhara un gigantesco parque solar capaz de producir para 2050 hasta 125 gigavatios de electricidad. El objetivo de este ambicioso proyecto es cubrir el 100% de la demanda de Marruecos y entre el 15% y el 20% de Europa, en situación de dependencia extrema del gas argelino y ruso. La viabilidad del proyecto valorado en 400.000 millones de euros  quedó en entredicho tras la salida primero de Siemens, porque la compañía alemana  decidió dar un giro en su estrategia de renovables y apostar a favor de la eólica y la  hidroeléctrica en lugar de la solar, y después de Bosch. España se mostró reticente, aunque es el único país de la UE unido a Marruecos a través de redes eléctricas, en concreto, dos cables submarinos de 25 kilómetros a través del Estrecho de Gibraltar, con una capacidad disponible de entre 400 y 1.000 megavatios. Según, Javier García Breva,  presidente de la Fundación Renovables, además de la  difícil situación económica, otra de las causas de las reticencias de España podría ser “la política reaccionaria, que tanto el Gobierno anterior como el actual, están llevando a cabo paralizando o frenando las energías renovables e incentivando los combustibles fósiles, al revés de lo que está haciendo el resto del mundo”.