La última regulación gubernamental afecta al juego online

El sector privado del juego pasa por un mal momento en España

William Hill Sector Juego

La situación en Europa en general, y en España en particular, es angustiante para el universo de la industria publicitaria, luego de los cambios y las regulaciones impuestas por los entes gubernamentales hacia el juego online.

El lanzamiento en simultáneo de la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercado Digital no hizo más que aplicar un drástico freno sobre las casas de apuestas y juegos de azar, en tanto se oprimió a las compañías de aquel sector, entre ellas la gran empresa de casino William Hill.

Es por eso por lo que la Asociación Española de Anunciantes (AEA) se puso al frente de una jugada en conjunto con la Federación Mundial de Anunciantes (WFA), la Asociación Europea de Agencias de Comunicación (EACA) y el Grupo Europeo de la Publicidad en Televisión (EGTA).

En una carta enviada a los ministros Carmen Calvo (Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática), Nadia Calviño (Asuntos Económicos) y Alberto Garzón (Consumo), reclaman una prórroga en el plazo "sobre las nuevas restricciones a la publicidad para asegurar que se evalúa plenamente el impacto general y de consecuencias no deseadas de cualquier nueva norma".

En dicha carta, las organizaciones exigen prudencia y un marco regulatorio español “comparable al de otros Estados miembros de la Unión Europea, para no quedar rezagados en términos de competitividad en el mercado global", afirman.

Es que, claro, la situación es realmente apremiante. En un contexto tan inusual como dramático e incierto por la pandemia del coronavirus, el confinamiento como principal medida para combatir al virus y su consecuente -y lógica- economía en recesión fueron capaces de hacer tambalear a cualquiera.

Tal fue el impacto de este cóctel demoledor que combinaba confinamiento con regulaciones insólitas, que llegó a erosionar la estructura financiera de la gran empresa de casino William Hill, como así de sus pares Cirsa y Codere. Todas empresas de renombre que vieron cómo se degradaron sus activos a la vez que el Gobierno aseguraba estar protegiéndolas.

“El decreto es un desastre”, llegó a decir Cristina Romero, socia de la firma Loyra Abogados, a SBC Noticias. Y agregó: “Hay miles de personas que quedan en la calle temporalmente y se pierden las contribuciones que hacen en impuestos y en empleo. Evidentemente, estamos en manos de personas que ignoran las consecuencias”.

A Romero se le sumó Javier Agustí, secretario general de la Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC), quien preocupado le comentó a El País de España que “el nuevo decreto es una adversidad más a sumar en un momento de muchas dificultades”.

“Los ingresos por publicidad en las radios han decrecido entre un 70 y un 80%, siendo además en los meses que suelen ser los mejores desde el punto de vista publicitario”, argumentó Agustí.

La debacle de William Hill y su adquisición por parte de la cadena Caesars 

El caso de la gran empresa de casino William Hill es quizás el más significativo de este atropello regulatorio impuesto por el Gobierno que solo consiguió profundizar una crisis ya de por sí grave.

Tras una estrecha y depredadora puja entre el fondo de inversión Apollo y el grupo de casinos y hoteles Caesars Entertainment, fue ésta última la que a finales de 2020 terminó quedándose con la compañía.

La cifra por la que se habría sellado la adquisición de William Hill se estima en 3.200 millones de euros, lo que sugiere que la oferta de Caesars Entertainment fue de 2,72 libras por acción.

Dicha oferta de la cadena hotelera infiere una prima del 57,6% respecto al 1 de septiembre, el último día bursátil previo al primer contacto entre ambas empresas. También supone un incremento del 80,7% en comparación con la media ponderada de la cotización de William Hill en los tres meses previos al 24 de septiembre.

¿Qué llevó al consejo de administración a aceptar la oferta de Caesars Entertainment? Está claro. Producto de la situación mencionada anteriormente, la gran empresa de casino William Hill llegó a registrar pérdidas netas por 11,4 millones de euros solo en el primer semestre del año.

Un dato más que alarmante si, a su vez, se tienen en cuenta para comparar las ganancias de algo más de 50 millones de euros registradas durante el mismo periodo del ejercicio anterior.

Y es que el impacto de aquel cóctel demoledor produjo una sangría casi irreparable en William Hill. Entre enero y junio de 2020, los ingresos obtenidos de sus locales físicos se retrajeron un 62,5%, facturando tan solo 160,6 millones de euros.

Es por eso por lo que las asociaciones que nuclean a las compañías de publicidad y comunicación salieron al cruce de los entes gubernamentales, que en un supuesto pos del bienestar social y económico, arrasaron con una industria ya de por sí vapuleada.