Amnistía Internacional denuncia que las fuerzas de seguridad iraníes mataron a 23 niños en las protestas de noviembre de 2019

La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha descubierto pruebas de que al menos 23 niños fueron asesinados por las fuerzas de seguridad iraníes en las protestas que tuvieron lugar entre el 15 y el 19 de noviembre de 2019 en distintas ciudades del país. Así consta en el informe titulado ‘Dispararon a nuestros hijos. Matanzas de menores en las protestas de noviembre de 2019’ (‘They shot our children. Killings of minors in Iran’s 2019 november protests’). Las fuerzas del régimen mataron aquellos días a 300 personas para aplastar las protestas. La gravedad de las violaciones perpetradas y la impunidad sistemática imperante en Irán exige que la ONU ordene de manera urgente una investigación sobre el uso ilegal de la fuerza letal por parte de las fuerzas de seguridad iraníes en las protestas contra el régimen de aquellos días, que comenzaron siendo una reacción al aumento en un 200% de los precios del combustible.
Entre los pequeños asesinados por las fuerzas del régimen de los ayatolás, hay 22 niños, de entre 12 y 17 años, y una niña, según los informes, de entre ocho años y 12. Estas muertes ocurrieron durante la represión de las protestas que estallaron en Irán el 15 de noviembre de 2019 luego de un repentino anuncio del gobierno sobre un aumento en el precio del combustible, reza el informe. Según testimonios creíbles recopilados por AI, al menos 304 personas murieron y miles resultaron heridas entre el 15 y el 19 de noviembre. Según las conclusiones, al menos 22 de los niños fueron asesinados a tiros por las fuerzas de seguridad iraníes, que dispararon munición real contra manifestantes y transeúntes desarmados. En el caso de un niño, hay informes contradictorios sobre la causa de la muerte, uno que apunta a lesiones fatales recibidas en la cabeza por golpes de las fuerzas de seguridad y otro que se refiere al disparo de bolitas metálicas a bocajarro.

En hasta 10 casos, la ONG conoció cómo ocurrieron las muertes a través de los certificados de defunción o en los mismos entierros, así como de fuentes fiables propias: las defunciones ocurrieron como consecuencia de disparos en la cabeza o el torso de los manifestantes o viandantes. Disparaban a matar. En uno de los casos de los menores, el certificado destinado al entierro recogía que falleció como consecuencia de destrozos en el cráneo. En otro caso, en el reporte figuraba que la causa de la muerte fue hemorragia interna masiva y perforaciones en corazón y pulmones. Doce de las 23 muertes registradas por AI tuvieron lugar el 16 de noviembre, otras ocho el 17 de noviembre y tres el 18 de noviembre. Las protestas comenzaron el 15 de noviembre como consecuencia de la subida un 200% de los precios de los combustibles por parte de las autoridades iraníes, y pronto se convirtieron en un clamor contra el régimen teocrático de los ayatolás.
El documento registra que los 23 niños fueron asesinados en 13 ciudades en seis provincias (Isfahán, Fars, Kermanshah, Juzestán, Kurdistán y Teherán), lo que refleja la naturaleza generalizada de la sangrienta represión. AI ha identificado vídeos transmitidos por la televisión estatal que sugieren que dos de las víctimas fueron asesinadas por actores no estatales. Las autoridades iraníes hicieron declaraciones o se encargaron de producir programas en la televisión estatal que atribuyen la responsabilidad de la mayoría de los asesinatos en las protestas de noviembre a los “alborotadores” armados que trabajan para los “enemigos” de la República Islámica de Irán.
Sin embargo, un extenso vídeo analizado por el Cuerpo de Verificación Digital de AI y numerosos testimonios de testigos obtenidos por la organización proporcionan pruebas claras de que quienes usaban armas de fuego contra manifestantes y transeúntes desarmados pertenecían a las fuerzas de seguridad de Irán.

El 25 de febrero pasado, AI escribió al ministro del Interior de Irán, Abdolreza Rahmani Fazli, para proporcionarle la lista de los nombres de los 23 niños registrados como asesinados, junto con sus edades y lugares de defunción, y para solicitar a autoridades que aclarasen las circunstancias de sus muertes.
Como era de esperar, a fecha de 3 de marzo la ONG no había recibido respuesta alguna de parte de las autoridades del régimen. Teniendo en cuenta la impunidad sistemática en las actuaciones del régimen iraní, Teherán no ha llevado a cabo ninguna investigación independiente e imparcial sobre la muerte de manifestantes y transeúntes, incluidos los niños que protagonizan este informe, en las protestas de noviembre y han sido incapaces de llevar a los sospechosos de haber perpetrado los crímenes ante la justicia.
De hecho, las autoridades han hecho imperar la impunidad y el silencio al organizar una campaña despiadada de hostigamiento para intimidar a las familias de los fallecidos y evitar que se expresen. Dada la gravedad de las violaciones perpetradas y la impunidad sistemática que prevalece en Irán, AI ha pedido a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que ordenen urgentemente una investigación sobre el uso ilegal de la fuerza letal por parte de las fuerzas de seguridad iraníes contra manifestantes desarmados y transeúntes, incluidos niños, entre los días 15 y el 19 de noviembre de 2019.