Cómo Estados Unidos contribuyó a la operación militar turca en Siria
Las autoridades estadounidenses les suministraron a sus homólogas turcas “datos de inteligencia de tierra, aire y mar” de la provincia de Idlib, donde el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan dio la orden de lanzar el pasado 1 de marzo la denominada Operación ‘Escudo de Primavera’ para frenar el rápido avance del Ejército Árabe Sirio, apoyado por Rusia, sobre el territorio. Así lo ha confirmado el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, en una entrevista concedida a la agencia nacional de prensa Anadolu.
Esto ofrece una muestra más de que el gigante norteamericano ha abandonado una postura neutral, como parecía hasta el momento, para tomar parte del lado de la nación euroasiática frente al eje representado por la Siria de Bachar al-Asad y Moscú en la guerra siria.
Cabe recordar, en este punto, que el pasado 21 de febrero se desveló que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan le había solicitado a la Casa Blanca el despliegue de sistemas de defensa antiaérea Patriot en la frontera sur de Turquía, para contrarrestar la creciente influencia del Ejército Árabe Sirio en el noroeste del territorio. Entonces, un oficial estadounidense reconoció la existencia de la petición turca, pero aseguró que “no se había tomado ninguna decisión”, evitando mostrar un apoyo explícito a Ankara. De hecho, como se conoció más tarde, el Pentágono se ha resistido desde el primer momento a aceptar la solicitud por el temor de que el envío de equipamiento militar tenga “ramificaciones globales negativas”.
El discurso cambió 15 días después, cuando el propio secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, mostró explícitamente un “apoyo inquebrantable” a la contienda turca, según recogió entonces Anadolu. “Creemos firmemente que nuestro socio de la OTAN, Turquía, tiene todo el derecho de defenderse del riesgo que están creando Asad, los rusos y los iraníes dentro de Siria”, declaró el funcionario de la Administración Trump.
Un día antes, el representante de EEUU para Siria, James Jeffrey, aseveró que compartirían “información de inteligencia” con Turquía al ser un aliado de la OTAN y que se asegurarían de que tuviesen “lo necesario” allí. “Estados Unidos apoyó las solicitudes de Turquía en diferentes niveles dentro de la OTAN”, admitió el enviado especial, quién llegó a reconocer que desde la Casa Blanca estaban “dispuestos a proporcionar, por ejemplo, municiones” a las filas turcas. Sin embargo, preguntado sobre la solicitud del sistema Patriot, declaró que todavía la estaban examinando y que, en cualquier caso, no estaban “trabajando en un programa militar específico”.
La semana pasada, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Robert O’Brien, aseguró que no existía ningún plan para enviar a soldados del Ejército a Idlib, escenario en las últimas semanas de una escalada de violencia sin precedentes entre las tropas gubernamentales sirias y los rebeldes apoyados por Ankara. “Esta es una situación muy difícil. Algunas personas sugirieron que nos involucráramos para detener los combates, pero no vamos a meter a nuestras divisiones en medio de las fuerzas de defensa rusas, sirias, iraníes, turcas, Al-Qaeda… Eso no es algo a lo que vayamos a comprometer a las tropas estadounidenses en estos momentos”, detalló.
O’Brien también explicó que EEUU ya está presente militarmente en las regionales orientales y meridionales de Siria “en apoyo de los kurdos”, cuestión que es, paradójicamente, la misma que ha contribuido a deteriorar las relaciones entre Washington y Ankara en los últimos meses.
El gigante norteamericano tiene actualmente 11 destacamentos militares en Siria, en las provincias de Al Hasakah, donde coincide con Rusia; en Deir Ezzor, una zona muy rica en petróleo; y Raqqa, bastión de las milicias armadas kurdas Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en inglés).
No obstante, para el que fuera representante de EEUU en Siria -actualmente miembro del Consejo Atlántico- Frederic C. Hof, esto no es suficiente. “Estados Unidos debería considerar la intervención militar el noroeste del país, sobre todo, después de que 33 soldados turcos murieran en un ataque aéreo [el pasado 27 de febrero”, ha señalado en la publicación Newsweek.
“Las declaraciones [en referencia a las de Robert O’Brien] han promovido un sentido de impunidad absoluta entre los adversarios que no tienen sentido de la decencia y no tienen límites conocidos cuando se trata de homicidios civiles masivos o de atacar a aliados estadounidenses”, ha criticado el exfuncionario. “Las percepciones de la debilidad e indiferencia de Estados Unidos en Siria amenazan, como lo han hecho anteriormente, con desatar un contagio de inestabilidad mucho más allá de Idlib”, ha advertido al respecto.
A diferencia del ámbito militar, EEUU sí ha adoptado medidas concretas en el campo humanitario. El pasado 3 de marzo, Mike Pompeo anunció a través de Twitter que había desmovilizado 108 millones de dólares adicionales para asistencia humanitaria a la población siria, “en respuesta a la crisis causada por el régimen de Asad y las fuerzas rusas e iraníes”. Cabe recordar, en este punto, que las personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde el pasado mes de diciembre superan las 900.000.
Asimismo, según ha desvelado el analista Bryant Harris en Al-Monitor, la Administración Trump se estaría preparando para emitir nuevas sanciones estrictas al Gobierno de Al-Asad, bajo el marco de aplicación de la denominada ‘Ley de Protección Civil César’, que contempla la imposición de medidas contra cualquiera que respalde los sectores militares, de energía, construcción e ingeniería de Siria a menos que Damasco haga una serie de reformas de derechos humanos.