El presidente turco recibirá al primer ministro italiano, Giuseppe Conte

Erdogan recibe a Sarraj para hablar sobre el alto el fuego en Libia

Erdogan con Al Serraj

El jefe del Gobierno libio reconocido por la ONU, Fayez Sarraj, se reunió este domingo en Estambul con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para analizar la situación en el país norteafricano tras la entrada en vigor del alto el fuego. Según la agencia de noticias oficial turca Anadolu, Erdogan y Sarraj conversaron durante unas dos horas y media en el Palacio Dolmabahce de Estambul, sin que tras el encuentro, celebrado a puerta cerrada, se emitiera un comunicado. La fuente indicó que Erdogan y Sarraj hablaron, además, sobre el acuerdo militar entre sus dos gobiernos, que incluye el envío de tropas turcas a Libia, el cual se inició hace una semana.

El alto el fuego propuesto el pasado martes por Turquía y Rusia entró en vigor la pasada medianoche, pese a algunas violaciones por parte de las dos partes, que entablaron pequeños combates en áreas próximas a la capital y a la ciudad-estado de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli.

Este lunes Erdogan recibirá al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien el sábado se reunió con Sarraj en Roma. 

Alto el fuego

El Gobierno de Acuerdo Nacional apoyado por la ONU en Trípoli, el GNA, denunció la muerte hoy de uno de sus soldados en un bombardeo de las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte de Libia y tutor del Ejecutivo no reconocido en Tobruk, lo que sería una flagrante violación del alto el fuego que entró en vigor anoche.

Según el coronel Mohamad Guenenu, portavoz de las fuerzas del GNA, el soldado murió durante un supuesto ataque con drones en la localidad de Ain Zara, en el estratégico cinturón rural del sur de la capital. El presunto bombardeo no ha sido ni confirmado ni desmentido por el mando de las fuerzas afines a Haftar, el Ejército Nacional Libio (LNA).

El alto el fuego, propuesto por Turquía y Rusia, los dos países abiertamente más implicados en un conflicto, el de Libia, que ha devenido en un enfrentamiento multinacional, pretende poner fin a nueve meses de combates que han segado la vida de más de 1.500 personas (casi 300 de ellas civiles), han causado heridas a más de 15.000 y han obligado a cerca de 100.000 a abandonar su hogares y convertirse en desplazados internos.

El cese temporal de hostilidades ha sido ampliamente respetado este domingo, excepto ese ataque y otro similar en una aldea cercana. Además del alto el fuego, ambos contendientes han aceptado negociar la vuelta a la mesa de negociación, aunque el Gobierno en Trípoli ha puesto como condición que las tropas de Haftar regresen a las posiciones previas al 2 de enero, cuando se recrudecieron los combates.

Fuentes de seguridad próximas al mariscal indicaron a Efe, por su parte, que el Ejército del este no es proclive a retirarse de las zonas conquistadas, que se amenaza la seguridad de la ciudad de Misrata, aliada del GNA, y le conceden ventaja estratégica. Analistas internacionales coinciden en señalar que, tras los acontecimientos de las dos últimas semanas, el conflicto en Libia parece seguir el patrón del que ensangrienta Siria, donde Rusia y Turquía se han repartido las áreas de influencia apoyando a grupos a priori enfrentados.

La eventual solidez del alto el fuego es también la condición puesta por los mediadores internacionales para celebrar en las próximas semanas en Berlín una cumbre internacional destinada a tratar de recuperar el fallido plan de paz propuesto por la ONU. La convocatoria fue anuncia esta semana por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladímir Putin, tras varios días de intensos contactos con las partes implicadas y viajes cruzados a Roma, Argel y El Cairo. La mayoría de los países árabes se opone al despliegue de Turquía, que se ha topado con el rechazo de Argelia y Túnez a utilizar su territorio.