La ministra de Asuntos Exteriores reconviene al secretario de Estado que se reunió con la política saharaui Sulima Hay Emhamed Salem

González Laya reafirma el compromiso de España con Marruecos

PHOTO/AP - La ministra de Asuntos Exteriores de España Arancha González Laya

Entuerto en las relaciones bilaterales entre España y Marruecos. La reunión entre el secretario de Estado de Derechos Sociales Nacho Álvarez y la política saharaui Sulima Hay Emhamed Salem ha levantado ampollas en Rabat. Álvarez, un rostro destacado en Podemos bajo el mando directo de Iglesias, se refirió a Salem en su perfil personal de Twitter como “ministra de Asuntos Sociales la República Árabe Saharaui Democrática”. 

Aunque, posteriormente, Álvarez borró el tuit que había publicado, la polémica estaba servida. España no reconoce oficialmente la RASD, como es abreviada normalmente, y Arancha González Laya se ha visto obligada a recordarlo. La ministra de Asuntos Exteriores ha intercambiado una conversación con Nasser Bourita, su homólogo marroquí, en el curso de la cual ha reiterado el apoyo de las instituciones españolas a la postura defendida por Naciones Unidas. 

La posición de España sobre Sáhara Occidental no ha cambiado; es una política de Estado”, ha recalcado González Laya en su perfil de Twitter. “España no reconoce la República Árabe Saharaui Democrática. Apoyamos los esfuerzos del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución pacífica en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, ha apostillado la ministra.

Desde la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, se argumentó, en declaraciones a la agencia EFE, que Salem estaba en España invitada por la ONCE para discutir sobre el programa de apoyo a la discapacidad en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Durante esta visita, la propia ONCE programó una reunión de la política saharaui con el director de la entidad, José Luis Martínez Donoso, y el secretario de Estado Álvarez, según ha explicado Pablo Iglesias, inmediato superior de Álvarez a cuyo cargo se encuentra la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030.

La RASD no goza de un reconocimiento uniforme en la esfera internacional. Fundada en los años 70 bajo los auspicios del Frente Polisario, es cierto que más de 80 estados han entablado, en un momento u otro, relaciones diplomáticas de algún tipo con ella. Sin embargo, la mayoría han acabado interrumpiendo ese canal de reconocimiento. Ni la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni China han asumido nunca su entidad como actor internacional independiente.

El malentendido ha llegado en un momento particularmente delicado para las relaciones bilaterales entre Madrid y Rabat. Recientemente, Marruecos viene de aprobar la expansión de sus aguas territoriales hacia el sur, incluyendo las correspondientes a los territorios que se encuentran en la latitud del Sáhara. La iniciativa marroquí colisiona con los intereses de España en la medida en que su nueva zona económica exclusiva se solaparía con la del archipiélago canario. 

Los dos países, no obstante, ya se han mostrado dispuestos a resolver la controversia a través del diálogo. El Gobierno de Canarias, en concreto, ha tratado de ejercer una cierta presión sobre Moncloa para que el asunto se trate a la mayor brevedad posible.