Los inmigrantes se convierten en chivos expiatorios de la crisis económica en Europa
08 de agosto de 2014 (09:28 h.)
Por Jean-Claude Dufour
Foto: El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, afirma que los inmigrantes marroquíes y argelinos en España viven de “las ayudas sociales y no quieren trabajar”.
La crisis económica ha avivado la xenofobia y el racismo en muchos países de la Unión Europea (UE). Han surgido o se han consolidado cuando ya existían movimientos populistas de extrema derecha que utilizan a los inmigrantes como chivos expiatorios de los problemas socioeconómicos que sufren millones de europeos. En Francia, el ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen se ha convertido en la tercera fuerza política del país y algunos sectores de la derecha democrática se han acercado a las posiciones xenófobas y racistas de este movimiento, que tiene el apoyo de millones de antiguos votantes de la izquierda comunista y socialista. En Grecia, los neonazis de Amanecer Dorado culpan a los extranjeros de ser una de las causas del empobrecimiento económico y social del país. En el Reino Unido, los conservadores y los populistas acusan a los rumanos y a los búlgaros de querer emigrar a ese país para disfrutar de las ayudas sociales. En Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, los populistas xenófobos utilizan el mismo argumento torticero. Los inmigrantes, cuando son pobres, se convierten en indeseables en casi todas partes, hasta en los ricos y civilizados países escandinavos. Francia, que no sería lo que es sin los inmigrantes y que tiene a un primer ministro de origen catalán y a una alcaldesa de París cuyos padres son andaluces, da un pésimo ejemplo al conjunto de la UE en materia de xenofobia y racismo. En este país en crisis y asustado, muchos ciudadanos están convencidos de que los inmigrantes viven en Francia para aprovecharse de su magnifico Estado del bienestar y no para trabajar y prosperar. Y muchos políticos democráticos, en lugar de hacer pedagogía y desmontar esos argumentos tontos y peligrosos de la extrema derecha populista, los asumen como propios. Es lo que hizo hace unos días en una entrevista con la emisora de radio ‘RTL’ el diputado de la UMP (centroderecha) Eric Ciotti. El político conservador pidió al actual Gobierno socialista que reforme la política de inmigración y reduzca los derechos de los inmigrantes. Según Ciotti, es lo único que puede hacer el Gobierno para frenar la inmigración clandestina, que, a su juicio, no deja de crecer. El diputado de la UMP afirmó que los inmigrantes clandestinos proceden de países muy pobres o en conflicto, como Eritrea y Siria, y buscan refugio en el país “de los derechos del hombre”.
Prestaciones sociales
“No confundamos el asilo con las redes de inmigración clandestina masiva”, dijo el político, que es también presidente del Consejo General de los Alpes Marítimos. “Francia siempre ha tendido la mano a los perseguidos”, pero “hay que cambiar la política de inmigración”, manifestó el diputado conservador. En su opinión, el Gobierno de Manuel Valls no lo hará, porque “carece de efectivos, de medios legislativos y de voluntad política” para “enviar a los extranjeros a sus países”. Abundando en la misma línea, Eric Ciotti consideró que “no es lógico que los extranjeros tengan las mismas prestaciones que los nacionales”. Florian Philippot, vicepresidente del FN, apoyó las propuestas de Ciotti. En España, donde la extrema derecha no ha conseguido consolidarse en términos electorales, algunas de sus ideas han calado en la sociedad y en la clase política. El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que es del PP, volvió a decir que los inmigrantes marroquíes y argelinos afincados en España “viven de las ayudas y no quieren trabajar”. En declaraciones a ‘Radio Euskadi’, Maroto destacó que los marroquíes y los argelinos “viven de servicios sociales” que pagan “todos” los ciudadanos, e insistió en que quiere “que eso se cambie”. El alcalde popular admitió que “decir esto no es políticamente correcto, pero, como es una verdad como un pino, yo la digo porque quiero que se cambie y que se mejore. Le puedo asegurar que nunca he tenido tanto apoyo en la calle como en estas semanas”. Las declaraciones del alcalde provocaron una gran polémica tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales. Sus primeras declaraciones desataron protestas organizadas por organizaciones de inmigrantes y antirracistas.