Legislativas tunecinas: “El peso de Ennahda será compensado”
16 de octubre de 2014 (19:33 h.)
Por Frida Dahmani (Jeune Afrique)
Foto: Ghazi Gherairi, exportavoz de la Alta Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución.
El antiguo portavoz de la Alta Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución [que derrocó en Túnez a Zine El Abidine Ben Ali], Ghazi Gherairi, analiza la problemática de las legislativas del 26 de octubre.
Pregunta: La cohabitación parece inevitable en la próxima Asamblea (Parlamento). ¿Cómo podrá trabajar esta institución?
Respuesta: “Desde 2011, el escenario político tunecino ha ganado en racionalidad, sobre todo con la emergencia de una fuerza [laica] que podría igualar, incluso superar, o al menos compensar el peso electoral de Ennahda (formación islamista). Es difícil imaginarse que un solo partido e incluso un frente electoral obtenga, el 26 de octubre, la mayoría absoluta. Por otra parte, el nombre del partido que llegue primero será más importante que el porcentaje de votos obtenidos, porque ese partido tendrá que nombrar al jefe del gobierno. Y éste tendrá que formar una amplia coalición o una unión nacional”.
P: ¿Cuáles son las condiciones para la puesta en práctica de la nueva Constitución?
R: “La próxima Asamblea tendrá que tener en cuenta los objetivos adoptados por la Constitución del 26 de enero, sobre todo en el apartado de las leyes específicas que ya se pueden aplicar. Hay que llevar a cabo cambios profundos en la organización judicial, en la administración territorial, y hay que cambiar muchas instituciones, para que puedan adaptarse a la nueva Constitución. Además, los nuevos actores del ámbito jurídico y político tunecinos tendrán que comparecer ante la Corte Constitucional creada en el marco de la Constitución. Necesitaremos al menos una o dos legislaturas para alcanzar este reto tan complicado”.
P: ¿Los partidos tienen que defender su propio modelo social?
R: “La campaña electoral de 2011 se basó en gran medida sobre el modelo social y la cuestión identitaria. Eran las primeras elecciones libres en la historia de Túnez, y su finalidad era elegir una Asamblea Constituyente, no un Parlamento. Las actuales legislativas tienen que promover una competición entre los diferentes proyectos de gobierno y una confrontación de programas socioeconómicos distintos. En principio, el juego político tiene que limitarse al modelo social defendido y contemplado en la Constitución. Sus primeros artículos dejan claro que Túnez es un país árabe y musulmán, y es un Estado civil y democrático. Las divergencias tendrán que manifestarse en este marco y no fuera de él”.