Los aliados de Bouteflika cargan contra los islamistas y los acusan de no ser patriotas argelinos
Paco Soto
Pie de foto: Un grupo de islamistas argelinos recogen pan para los sectores más humildes de la población.
Una nueva polémica política ha surgido en Argelia, donde los islamistas tienen representación en el Parlamento. El Reagrupamiento Nacional Democrático (RND) del primer ministro, Ahmed Ouyahia, aliado sólido del Frente de Liberación Nacional (FLN) del presidente Abdelaziz Bouteflika en el Gobierno y el poder legislativo, ha acusado a los islamistas de no ser patriotas argelinos. El RND reaccionó de esta forma a las críticas que lanzaron los islamistas de la alianza El Adala, sellada entre los partidos Nahda y El Bina, contra el ministro de Cultura, Azzedine Mihoubi, respecto a una estatua –la de Aïn El Fouara- levantada en la ciudad de Setif.
Este monumento, que comenzó siendo una fuente, es una obra del escultor francés François de Saint-Vidal, que después tuvo que ser restaurada. Belabes Belabes, diputado del RND en Djelfa, puso en cuestión durante una sesión en la APN (Parlamento) el patriotismo de los islamistas, y los acusó de estar “al servicio de los Hermanos Musulmanes, los wahabitas y los chiíes, o los tres a la vez”.
“Ustedes han recibido dinero para llevar a cabo esta misión. Lo que significa que han sido financiados por el extranjero”, dijo el diputado del RCD -un partido conservador y de derecha y pieza clave del entramado político argelino- a los islamistas. El parlamentario Belabes fue contundente cuando recordó a los islamistas que en los años noventa del siglo pasado hubo en Argelia una “guerra civil” sanguinaria, porque el “Estado renunció a luchar contra estas ideas extremistas en los años ochenta”.
Pie de foto: El ministro de Asuntos Religiosos de Argelia, Mohamed Aïssa.
Además, dio su apoyo al ministro de Cultura. Los islamistas de Nahda y El Bina quieren que la estatua sea trasladada a un museo, una propuesta que el Gobierno de Ouyahia rechaza. Los oulemas (doctores en religión islámica) de Setif tampoco han puesto ningún reparo a que la estatua se quede dónde está. La alianza islamista, profundamente reaccionaria y anclada en el pasado, acusa al titular de Cultura de aprovecharse del cargo para hacer lo que le dé la gana. El pasado mes de diciembre, la estatua de Aïn El Fouara fue medio destrozada por un islamista barbudo, que fue detenido y trasladado a un centro psiquiátrico. Los trabajos de restauración de la estatua fueron llevados a cabo rápidamente.
Encontronazo dialéctico
Por otra parte, el ministro de Asuntos Religiosos, Mohamed Aïssa, mantuvo un duro encontronazo dialéctico con el predicador salafista Ali Ferkous. Los hechos ocurrieron tras la publicación de un medio integrista por parte de Ferkous. El ministro aseguró que el Estado aplicará la ley contra aquellos que la infrinjan, y no necesita utilizar comunicados para rebatir posturas ideológicas sobre el islam profundamente reaccionario que defiende Ferkous.
En este sentido, el titular de Asuntos Religiosos destacó que las ideas del predicador salafista son peligrosas y sectarias, y fueron la base teórica que desencadenó el “decenio negro” en los años noventa del siglo pasado, una tragedia que provocó unos 200.000 muertos. Mohamed Ali Ferkous es un predicador salafista vinculado al wahabismo, y considera que una parte importante de la sociedad tiene que desaparecer para que los islamistas más extremistas puedan llevar a cabo sus objetivos. En su diatriba titulada ‘partidarios de pasiones’, Ferkous expulsaría de la sociedad a los militantes defensores de los derechos humanos, las mujeres que luchan por sus derechos, los huelguistas, los sufíes, e incluso algunas formaciones que se reclaman del salafismo. Para el ministro de Asuntos Religiosos, “esta ideología es la misma que engendró la corriente de pensamiento que precedió el decenio de los años 1990”.