El ministro de Asuntos Exteriores de Grecia critica las declaraciones de Erdogan en las que compara a los griegos con los nazis

Nuevo capítulo de la guerra dialéctica entre Ankara y Atenas

AFP/ ANGELOS TZORTZINIS - Frontera greco-turca cerca de Kastanies

La crisis de refugiados en el Mediterráneo se agravó desde el pasado 28 de febrero, fecha en la que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan decidió abrir las fronteras para permitir el paso de migrantes hacia la Unión Europea. Desde entonces, más de 35.000 migrantes se han congregado en la frontera turco-griega y se han convertido en el arma política que intentan empuñar tanto Ankara como Atenas. 

Después de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan expresase ante sus diputados que “no existen diferencias entre las imágenes de la frontera de Grecia y lo que hicieron los nazis”, Grecia ha decidido responder acusando a Turquía de utilizar a los migrantes como herramienta para desmantelar las fronteras de Europa. “El país que por primera vez en la historia utilizó a los migrantes como ariete contra otras naciones, no tiene derecho a invocar la justicia y los Derechos Humanos. Al fin y al cabo, la actuación de Turquía en estas esferas es bien conocida”, ha reiterado Gennimatas.

Asimismo, el portavoz del Ministerio de Exteriores ha considerado una “falta de respeto” el hecho de que Turquía compare a los griegos con los nazis. "Es más, su elección de faltar el respeto en repetidas ocasiones a las víctimas del Holocausto es absolutamente inaceptable”, ha asegurado. Por otro lado, ha lamentado el hecho de “haberse acostumbrado” a las constantes violaciones por parte de Turquía de “todas las normas y leyes, ya sea el Estado de Derecho, los Derechos Humanos, la democracia o las relaciones de buena vecindad en su entorno inmediato y en la región en general”. "Las lágrimas de cocodrilo no convencen a nadie”, ha concluido instando a Turquía a realizar un ejercicio de autoconciencia. 

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, Hami Aksoy, ha ignorado por completo el hecho de que Ankara esté transportando en autobús a miles de migrantes para que atraviesen la frontera de Grecia y ha criticado a este país por “violar los principios del Derecho Internacional”. Además, ha denunciado las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias, en las que califica de ilegales las delimitaciones de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) entre Turquía y Libia. "Las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores de Grecia en los medios de comunicación son pruebas concretas de las políticas inconsistentes, de doble rasero, ilegales e inhumanas que lleva a cabo este país”, ha subrayado.

A finales de 2019, Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia liderado por Fayez Sarraj, firmaron una serie de acuerdos sobre la delimitación de sus respectivas zonas económicas exclusivas y sobre cooperación militar y de seguridad. “Los intereses de Turquía en Libia son diversos, pero el verdadero motor de estos acuerdos ha sido la disputa por la delimitación de las aguas en el Mediterráneo oriental con la explotación de los potenciales recursos energéticos que contiene. La firma de los acuerdos supone un cambio de la estrategia turca en la zona, con profundas implicaciones geopolíticas”, explicaba el analista Felipe Sánchez Tapia en un documento publicado en el Instituto Español de Estudios Estratégicos. 

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, Hami Aksoy, considera que su homólogo griego se equivoca en el asunto de la ZEE de Libia. “Grecia con sus pretensiones maximalistas de jurisdicción marítima contrarias al derecho internacional, no sólo violó los derechos de Turquía, sino también los de Libia”, ha recalcado. “Los acuerdos a los que llegamos con el Gobierno legítimo de Libia no representan meramente los intereses de un determinado grupo, sino de todo el pueblo libio. Si Grecia desea plantear una cuestión, debe hacerlo en torno a una mesa con Turquía y el Gobierno legítimo de Libia, en lugar de hablar mal”, ha aclarado.

“Grecia no protege las fronteras de la Unión Europea. Por el contrario, pisotea vergonzosamente los mismos principios y valores sobre los que se construyó esta Unión, tratando a los solicitantes de asilo que llegan a sus puertas como enemigos en lugar de seres humanos. Además, obliga a los refugiados que entraron en el territorio griego a volver a Turquía medio desnudos, llevándose su dinero y sus pertenencias, unas actuaciones que recuerdan a las prácticas de los nazis”, ha asegurado durante un discurso que ha sido recogido por el diario griego To Vima.

Aksoy ha criticado que “Grecia viola todos los instrumentos legales como la Convención Europea de Derechos Humanos, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU y la Convención de la ONU contra la Tortura”. En esta misma línea, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco culpa a Grecia de “no ser capaz de abordar esta situación desde un punto de vista integral y humanitario”. “Nuestro deseo es poder encontrar soluciones racionales y comunes a todos los desafíos de nuestra región en un marco de relaciones de buena vecindad y cooperación, sin recurrir a juegos de culpabilidad”, ha concluido. 

Mientras tanto, un caso de coronavirus COVID-19 en Lesbos ha despertado nuevos temores por la salud y la seguridad de las personas que viven en los campamentos de refugiados de las islas griegas, según ha informado Médicos sin Fronteras (MSF). Ante esta situación, este organismo ha instado a las autoridades correspondientes a evacuar inmediatamente a los migrantes y solicitantes de asilo que se encuentran en los campos de refugiados de estas islas. “Las condiciones de vida en los centros de recepción de migrantes de las islas griegas son la tormenta perfecta para un brote de COVID-19”, han advertido. 

MSF ha explicado a través de un comunicado que, dada la falta de servicios adecuados y la limitada atención médica en esta zona, el riesgo de que el virus se extienda entre los migrantes que viven en los campos de refugiados de Grecia es “extremadamente alto una vez que han sido expuestos”. “En algunas partes del campamento de Moria sólo hay un grifo de agua por cada 1.300 personas y no hay jabón disponible. Las familias de cinco o seis personas tienen que dormir en espacios de no más de tres metros cuadrados", ha detallado la doctora Hilde Vochten, coordinadora médica de MSF en Grecia. "Esto significa que las medidas recomendadas como el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social para prevenir la propagación del virus son simplemente imposibles”, ha añadido.

“Estamos en contacto con la Organización Nacional de Salud Pública para coordinar las acciones, incluyendo la gestión de casos tanto para los residentes locales como para los solicitantes de asilo”, ha informado la doctora Vochten. “Pero debemos ser realistas: sería imposible contener un brote en tales campamentos en Lesbos, Chios, Samos, Leros y Kos. Hasta el día de hoy no hemos visto un plan de emergencia creíble para proteger y tratar a las personas que viven allí en caso de un brote”, ha lamentado. Ante esta situación, MSF ha pedido a las autoridades sanitarias que elaboren un plan que incluya medidas de prevención y control de enfermedades, identificación rápida de casos, aislamiento y gestión de los casos leves, así como el tratamiento de los casos graves y críticos, entre otras medidas.

“La evacuación de los campamentos de las islas griegas es ahora más urgente que nunca. Forzar a la gente a vivir allí como parte de la política de contención de Europa siempre fue irresponsable, pero está a punto de convertirse en algo criminal si no se toman medidas para proteger a la gente”, han advertido. En estos momentos, según sus datos, hay 42.000 solicitantes de asilo atrapados en los cinco “puntos calientes” de las islas griegas. “Mientras que la idea de pedir su evacuación durante una pandemia puede parecer aterradora, obligar a la gente a vivir en campamentos superpoblados, sin protección, es negligente. El Gobierno griego y los Estados miembros de la UE deben actuar lo antes posible y trasladar a la mayoría de los solicitantes de asilo a un alojamiento adecuado antes de que sea demasiado tarde”, han concluido. 

En medio de la guerra dialéctica que enfrenta a Turquía y Grecia se encuentran los miles y miles de refugiados que cada día luchan por sobrevivir. Mientras los líderes políticos de ambas naciones intercambian amenazas, organizaciones como Médicos Sin Fronteras alertan sobre la situación a la que se están enfrentando estas personas. ¿Serán capaces la UE y Turquía de alcanzar un acuerdo que no viole los principios que dan forma al Derecho Internacional? En estos momentos tienen el reto de evitar que el virus de COVID-19 se convierta en una amenaza más para todas las personas que viven en los campos de refugiados de Grecia.